CUATRO

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Castiel llevaba una semana en el búnker, había mejorado un poco de su tobillo, cuando estaba solo se dedicaba a explorar el búnker como solía hacerlo años atrás, un día se encontraba aburrido, pues Sam trabajaría hasta tarde y Dean llegaría en unas horas más, aún no tenían una buena relación, el rubio se mantenía distante y siempre a la defensiva, recorría los pasillos y después de muchas vueltas, se detuvo en la habitación de Dean, era el momento perfecto para entrar, no había nadie, pero se sentía mal por estar ahí sin permiso, siguió avanzando en la silla de ruedas, casi una hora después volvió a detenerse frente a la puerta de la habitación, lo pensó varias veces pero al final encogió los hombros y entró a la habitación.
Era exactamente igual a como la recordaba, nada parecía haber cambiado por ahí, miraba a su alrededor mientras seguía avanzado, chocó con el borde de cama haciéndole soltar un quejido, su pie enyesado comenzó a punzarle, se maldijo a sí mismo por ser tan torpe, miró la cama sonriendo estúpidamente y se ruborizó al instante.

Dean lo arrastró hacia él para ponerlo sobre sus piernas pero el ángel lo detuvo.-Dean... si haces eso voy a lastimarte.

-Eso no importa, cariño.-Lo siguió arrastrando hasta que Cas estuvo sobre él, siguieron besándose hasta que el ángel comenzó a bajar sus labios y recorrió todo el cuello de humano quien jadeaba deseando más, el Winchester le quitó la gabardina junto con el saco de su traje, lo tomó por las caderas y lo presionó a su paquete haciendo que Cas soltara un gemido...

-¿Qué demonios haces aquí?-Preguntó Dean a sus espaldas, Castiel regresó al presente y se giró como pudo sus miradas se cruzaron, el rubio lo miraba fulminante, el ex ángel tembló ante su voz tan dura y frívola.-Te hice una pregunta.

-Yo...-Estaba en pánico, no podía decirle porque estaba ahí, necesitaba pensar rápido.-Estaba buscando mi habitación.-Castiel apartó la mirada, se veía como un tonto.

-Creo que esta no es.-Dijo Dean sarcásticamente, se cruzó de brazos.

-Si, lo siento.-Dijo Castiel en un susurro y comenzó a avanzar para salir de la habitación.

-A la próxima deja migas de pan o algo así.-Dijo Dean cerrando su puerta. Castiel golpeó su frente con la palma de su mano y cerró los ojos. Se dirigió a su habitación y se quedó ahí lo que restaba de la tarde.

Tocaron su puerta cerca de las 11 pm, apareció Sam con un plato de pizza y una cerveza, Castiel se enderezó en la cama, no había salido cuando Sam llegó pues sabía que Dean le reclamaría a su hermano y era mejor mantenerse alejado del rubio por ahora.

-Te traje un poco de comida, así no tendrás que levantarte tanto de la cama.-El menor sonrió y se acercó, dejó el plato en la mesita de noche junto a la cama, dejó escapar un suspiro.

-Gracias Sam.-Castiel sonrió sin mostrar los dientes.

-Dean me dijo que entraste a su habitación...-Dijo sin rodeos, Castiel se quedó en silencio unos minutos.

-Fue sin querer...-Bajó la mirada.

-Lo entiendo, solo deberías hacer lo posible por no acercarte a Dean es un grano en el trasero estos días.-Dijo Sam rodando los ojos.

-Me mantendré alejado.-Castiel hizo una mueca asintiendo con la cabeza.-No quiero que me rompa el otro brazo.-Bromeó Cas y Sam se rió.

-Saldré del pueblo este fin de semana.-Sam tomó asiento al pie de la cama.-En Kansas City habrá una conferencia de las bibliotecas del estado y me eligieron como el representante.

-¿Conferencia?-Castiel frunció el ceño, Sam asintió.

-El consejo quiere cerrar nuestra biblioteca, entonces iré a negociar con ellos.-Castiel lo miró sorprendido.-Lo siento pero tendrás que quedarte con Dean, tal vez podrías ayudarme a acomodar nuestra biblioteca, sigue siendo un desastre.

-Claro, suena divertido.-Dijo Castiel sarcásticamente.-¿Él ya sabe?-Castiel preguntó temeroso.

-Si, pareció no importarle.-Sam se encogió de hombros.-Como dije, solo ignóralo.

Cuando llegó el viernes, Castiel le ayudó a Sam a empacar su ropa, después se dirigió a su habitación para tomar una ducha, pues había pasado todo el día abriendo libros con demasiada polvo, en una semana más le quitarían el yeso del tobillo, eso le emocionaba pero aún así le faltaban 3 semanas para que el yeso de su muñeca desapareciera. Entro al baño de su habitación, comenzó a correr el agua en la ducha, se deshizo de su ropa como pudo, optó por no usar la silla que había estado usando cuando se bañaba, pues ya podía apoyarse en su tobillo, mala decisión. Al entrar a la ducha perdió el equilibrio y cayó dentro de la bañera. Soltó un grito de dolor, no podía ponerse de pie, el agua caía sobre su cabeza recorriendo todo su cuerpo.

-¡Sam!-Gritó con la esperanza de que este siguiera en el búnker, necesitaba ayuda para ponerse de pie.-¡Sam!-Volvió a gritar sin conseguir ninguna respuesta, cerró los ojos y comenzó a maldecir.

-Sam no está, ¿qué te pasó?-Escuchó del otro lado de la puerta, era Dean, no podía pedirle ayuda, estaba desnudo y eso le causaba vergüenza, pero si no le pedía ayuda, jamás se levantaría de ahí.

-Me caí dentro de la bañera.-Dijo Castiel aún con los ojos cerrados.-No puedo levantarme.

No recibió respuesta, probablemente Dean ya no estaba ahí o se estaba burlando de él, pero entonces la puerta se abrió de golpe, Dean entró sin permiso alguno y se acercó a la ducha, se metió dentro de la bañera y cargó entre sus brazos a  Castiel, empapándose por completo, su primera vez juntos en la ducha no era cómo lo había imaginado.

Lo ayudó a sentarse en la silla de nuevo, el rubio se percató de que Castiel estaba desnudo, entonces desvío la mirada y le lanzó una toalla para que se cubriera.

-Lo siento.-Dijo casi en un susurro mientras se cubría sus partes nobles con la toalla.

-Deberías de tener más cuidado al entrar en la ducha.-Dijo Dean sin mirar a Cas, comenzó a caminar fuera del baño, Cas lo llamó.

-Dean...-El rubio se detuvo y lo miró aliviado de que algo lo cubriera, Castiel se mordió el labio, Dean se veía tan sexy completamente empapado.-Gracias otra vez.

-Si, como sea.-Dijo encogiéndose de hombros y saliendo de la habitación completamente ruborizado por todo lo que acababa de pasar.

Difícilmente Dean iba a olvidar la imagen de Castiel desnudo y completamente empapado, sentir la piel desnuda de ese hombre sobre sus manos había sido la mejor sensación en mucho tiempo, pero no podía dejarse tentar, seguramente Castiel había planeado esto, sabía lo que quería y no lo iba a lograr, aunque una parte de su cuerpo despertó con esos pensamientos.

𝙄 𝘾𝙖𝙣'𝙩 𝙎𝙩𝙤𝙥 𝙇𝙤𝙫𝙞𝙣𝙜 𝙔𝙤𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora