VEINTE

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Sam y Cas le habían tendido una trampa al dios. Esperaron todo el día pacientes en la habitación de Dean, acabarían con ellos si o si, cruzaban miradas de vez en cuando e intentaban actuar como si nada estuviese pasando, al medio día el doctor Oneiro apareció y revisó los signos vitales de Dean, les dio una sonrisa y desapareció de la habitación.

No podían atacar de día por obvias razones, así que tuvieron que esperar hasta la noche donde probablemente intentara atacar al Winchester inconsciente.

Sam salió de la habitación y simuló regresar al trabajo, debía parecer un día normal después de todo.
Para cuando anocheció, Sam se encontraba en el estacionamiento del hospital esperando por la señal para entrar en acción.
Castiel dejó la habitación y salió en busca de un café, al regresar a la habitación se acercó lo más sigiloso posible, se encontró con el doctor drenando la sangre de Dean, entró corriendo a la habitación listo para atacar con el arma que él y Sam habían construído, una estaca echa de la madera de la varía de amapola que Hipnos solía poseer en la antigua Grecia.

Al entrar a la habitación Castiel fue atacado por la espalda, un hombre lo derribó e Hipnos se dio la vuelta sonriente.

-¿Creíste que me matarías tan fácil?-Hipnos soltó una carcajada. Castiel comenzó a toser cuando sintió la suela de un zapatazo sobre la parte trasera de su cuello.

-¿Dónde está el otro Winchester?-Preguntó el hombre que mantenía su pie en su cuello, Castiel continuó tosiendo sin poder hablar.

-Fobétor, no puede hablar mientras lo asfixias.-El Dios negó con la cabeza. Su hijo se aclaró la garganta y movió su pie a la espalda del ex ángel.

-Púdranse.-Dijo Castiel sin aliento.

Hipnos sonrió de lado y golpeó la cabeza de Castiel dejándolo inconsciente.

Sam miró su reloj impacientemente, Castiel estaba tardando demasiado, entonces supo que algo no estaba bien, salió del impala y entró al hospital, para cuando llegó al final de pasillo comenzó a caminar sigilosamente, no había nadie y los pacientes probablemente estaba dormidos dado que eran las 3 am, Sam observó rápidamente por la pequeña ventana de la puerta de la habitación de su hermano y entonces pudo ver a Castiel inconsciente en el piso, estaba siendo sometido por un doctor mientras que otro parecía estar drenando a su hermano.

Sam respiró profundo y pateó la puerta, hace tiempo que no sentía esa adrenalina a la hora de pelear, con una pistola electroshock que estaba modificada y protegida para que no lastimara a quien la usara, no causaba el mismo daño que un rayo pero era algo, le apuntó al doctor que sometía a Castiel.

-Aléjate.-Dijo firme.

-Sam Winchester.-Sonrió el doctor junto a la cama de Dean.-Un gusto conocerte... soy Hipnos y él es mi hijo Fobétor.

-¿Qué demonios quieren?-Dijo Sam sin dejar de apuntar.

-¿En serio creyeron que acabando con sus demonios y ángeles nosotros nos haríamos para atrás?-Hipnos rió.-Es nuestro turno de tomar las riendas una vez más...

-¿Atacaste a mi hermano solo para obtener nuestra atención?-Sam rió sarcásticamente.-Patético.

-Si, bueno ya veremos quién ríe cuando tu hermano y su novio estén muertos.-Dijo Fobétor poniendo una mano en la cabeza de Castiel, su mano comenzó a brillar. Sam sin pensarlo dos veces le disparó a Fobétor electrocutándolo, las luces en la habitación se fundieron por la carga que Sam había disparado.

Corrió lo más rápido que pudo hacia Hipnos, quien se acercó para pelear cuerpo a cuerpo, Sam le propinó una patada en el estómago empujándolo lejos, cuando perdió el equilibrio Sam saltó sobre él y antes de apuñalarlo Hipnos lo detuvo.

-No sabes lo que les espera a ti y a tu hermano.-Comenzó a reír Hipnos.-Esto no ha terminado, es el comienzo.

Sam lo apuñaló en el corazón matándolo por fin. Corrió hacia Castiel para ver si se encontraba bien, este se removió un poco mientras se quejaba, miró desde el piso hacia la cama de su hermano esperando alguna respuesta, pero parecía seguir dormido.

Ayudó a Castiel a incorporarse, el ex ángel miró a su alrededor u después a Sam.

-¿Terminó?-Preguntó desorientado.

-No del todo...-Dijo Sam pensando en las palabras de Hipnos.-Dean aún no despierta.

-Tal vez deberíamos esperar un poco.

Sam asintió y lo ayudó a ponerse de pie, debían limpiar el desastre que había en la habitación y deshacerse de los cuerpos.
Iba a ser una larga noche.

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Dean corría por la carretera sin parar, todos en casa se habían vuelto locos, el pueblo estaba desierto y ese tal Morfeo no aparecía por ningún lado, esto era una pesadilla de la que no podía despertar.

Gritaba con todas sus fuerzas el nombre de Morfeo. Hacía unas horas todo parecía estar Perfecto, hasta que su madre comenzó a decir cosas extrañas como que se uniera a ella para ser felices por siempre.

-Ven conmigo Dean.-Dijo Mary mientras extendía la mano hacia su hijo.-Tendrás la vida que siempre deseaste.

Se detuvo unos segundo jadeante, cuando alzó la vista una mujer de tez oscura, rulos negros, una gabardina negra, sostenía una hoz y se encontraba de pie frente a él.

-Dean Winchester, nos encontremos otra vez.-Habló la mujer, sus ojos mostraban satisfacción.

-¿Quién eres?-Dean retrocedió.

-Veo que pasaste mucho tiempo jugando a la familia.-Dijo mirando a su alrededor, después miró a Dean quien lucía como un adolescente.-Pero sabes que te encanta auto sabotearte.

-No has respondido mi pregunta.

-Soy la Muerte, pero puedes llamarme Billie.-Contestó firme.-Estoy aquí porque dije que no te perdonaría una muerte más

-¿Muerte?-Dean lo miró confundido.

-Tiene planes mayores y lo sabes.-Dijo Morfeo detrás de Dean, se giró sobre sus talones y miró a Morfeo feliz de estar con alguien conocido.

-Esta vez no pienso ver cómo arruina el mundo este Winchester.-Dijo Billie.

-Sabes que es nuestra única esperanza.-Dijo Morfeo mirando fijamente a la muerte. Billie observó a Dean y asintió.

-Sácalo de aquí antes de que me arrepienta.

Morfeo asintió y tocó el hombro de Dean apareciendo en un hospital.

-¿Dónde estamos?-Preguntó Dean.

-En el hospital general de Lebanon, Kansas.-Dean miró a su alrededor y después a Morfeo.-Escúchame bien, vendrán cosas peores, una vez más todo depende de ustedes, mantente atento.

-¿Qué?-Dean seguía sin comprender que sucedía.

-Solo recuerda mis palabras, la lucha no ha terminado.-Dean comenzó a sentir que todo daba vueltas a su alrededor, la voz de Morfeo se alejaba y para cuando logró abrir los ojos estaba en una habitación completamente blanca.

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𝙄 𝘾𝙖𝙣'𝙩 𝙎𝙩𝙤𝙥 𝙇𝙤𝙫𝙞𝙣𝙜 𝙔𝙤𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora