CINCO

367 54 4
                                    


Dean dormía pacíficamente, era más de media noche y el búnker permanecía silencioso, escuchó la puerta de su habitación abrirse, no se movió pero abrió los ojos de golpe pensando que se trataba de su imaginación, unos pasos comenzaron a aproximarse a su cama, estaba por ponerse de pie pero algo lo detuvo, sintió un peso sobre su regazo impidiéndole moverse, al encender la lámpara se encontró con Castiel sobre él.
El rubio frunció el ceño.

-¿Qué estás haciendo?-Preguntó con la voz temblorosa.

-Shh.-Castiel puso su dedo índice sobre los labios del Winchester quien por unos momentos pensó que Castiel lo mataría o algo por el estilo.-Solo disfrútalo.

Le susurró al oído, juntó sus labios unos momentos que para Dean parecieron eternos, después de deslizó al cuello de Dean y continuó llenándolo de besos y caricias.

Se levantó de golpe respirando agitadamente, miró a su alrededor sin encontrar nada, se puso de pie y salió de su habitación dirigiéndose a la cocina, donde tomó un vaso de agua y se dirigió de nuevo a su habitación, observó la puerta de Castiel y sin pensarlo dos veces la abrió, irrumpiendo en la habitación, lo vio dormir plácidamente, se veía bastante tierno, se movió amenazando con despertar pero Dean no se movió ni un centímetro.
Se acercó hasta llegar al lado de su cama, parecía un acosador y se preguntaba qué demonios estaba haciendo, pero le causaba una paz tremenda el verlo dormir, sonaría irónico viniendo de Dean, pero parecía un ángel, Castiel abrió los ojos, notando una silueta de pie a su lado.

-¿Dean?-Preguntó en un susurro y con la voz bastante ronca, lo cual le encantó al rubio, Castiel se incorporó.-¿Qué haces aquí?

-Creí...-¡Improvisa algo, tonto! Se gritó internamente.-Creí escuchar ruidos... pero fue solo mi imaginación.-Comenzó a retroceder rápidamente.-Descansa, hasta mañana.-Salió apresuradamente de la habitación, al cerrar la puerta dejó escapar un suspiro y caminó a su habitación.

A la mañana siguiente Dean se sentía bastante cansado, casi no había podido dormir pensando en su supuesta pesadilla, al entrar a la cocina se encontró con Castiel intentando preparar Café, le causaba algo de gracia verlo tan indefenso y desesperado por no poder usar sus dos manos.

-¿Necesitas ayuda?-Preguntó Dean detrás de él, Castiel brincó del susto y lo miró sobre su hombro.

-No lo creo.-Dijo y continuó intentando abrir el frasco de café, estaba cansado de sentirse inútil.

-Dámelo.-Le quitó el frasco de las manos y lo abrió en cuestión de segundos, Castiel frunció el ceño, el rubio sonrió y comenzó a prepararlo en la cafetera.

Horas después, Castiel se encontraba en la biblioteca leyendo una de las pilas de libros que había sobre el piso, era hora de clasificarlos, Dean lo observaba desde una distancia considerable sin que Castiel lo notara, recibió una llamada, era Sam.

-¿Hola?

-¿Cómo van las cosas?-Preguntó Sam, esperaba que su hermano no hubiera sacado de quicio a Castiel.

-Todo bien.

-¿Cómo está Cas?

-Está bien, ha estado toda la mañana leyendo algunos libros.

-Si, le pedí ayuda para clasificarlos, ya sabes cosas aburridas.-Dean rodó los ojos.-Por favor trátalo bien.

-No lo creo.

-Habla con él, créeme que te va a encantar, Castiel es bastante interesante.

-¿Me va a encantar?-Dean se burló.

-Sé lo que te digo, cuando lo conozcas realmente, entenderás porqué confío en él.

Al terminar la llamada, Dean siguió observándolo, parecía conocer bastantes lenguas, pues con solo leer algunas páginas, en una hoja escribía algo y lo acomodaba en una pila.
Había una pila de libros que era bastante alta, Castiel ya no alcanzaba a poner el libro que llevaba en sus manos, entonces cayeron los libros y dejó escapar un suspiro.
Comenzó a acomodar los libros en el estante, parecía ordenarlos alfabéticamente, entonces Dean decidió acercarse a ayudarlo un poco.
Recogió todos los libros que habían caído minutos atrás y los apiló en dos columnas.

-¿Puedo ayudarte?-Preguntó Dean, un poco avergonzado.

-Claro.-Cas le sonrió y Dean también sonrió involuntariamente.-Podrías ayudarme acomodando estos.-Señaló unas pilas de libros.-Mientras yo leo estos otros.

Dean asintió y comenzó a organizar los libros, se mantuvieron en silencio, de vez en cuando Castiel miraba a Dean sin que este lo notara.

-¿En cuánto tiempo te quitarán los yesos?-Preguntó Dean para romper el hielo.

-En unas cuantas semanas, tal vez tres.-Dijo Castiel hojeando un libro en Arameo.-Para ese entonces me iré y podrás disfrutarlo.

-No lo decía por eso...-Dijo Dean casi en un susurro.

-Oh vamos Dean.-Castiel lo miró unos segundos.-No te agrado para nada, solo soy un extraño más, invadiendo tu casa.-Dijo Castiel, se estaba formando un nudo en su garganta, porque sabía que era cierto, Dean jamás sentiría lo que él sentía cuando lo veía.-No confías en mi y piensas que soy un bicho raro.

-Tal vez si lo eres...-Dijo Dean frunciendo el ceño.-¿Cómo es que sabes todo eso?

-No hace falta que lo digas para saberlo.-Contestó Castiel indiferente y sin despegar la mirada del libro que intentaba leer.

Dean no dijo nada más y continuó ordenando los libros, horas más tarde, el mayor de los Winchester desapareció de la biblioteca, Castiel asumió que estaba en su habitación, pero al terminar de ordenar los libros, pasó por fuera de su habitación que amenazaba con estar completamente vacía, había desaparecido.

Castiel se dirigió a su habitación, la ordenó y se encontró con el casette que Dean le había regalado años atrás, sonrió tristemente al verlo, se acercó a la grabadora y la música comenzó a sonar.
Encontró bajo la cama la pequeña caja donde guardaba algunos recuerdos de cacerías y algunas fotografías, fue bastante gratificante encontrar esas cosas.
Apareció la fotografía donde estaba Bobby, Ellen, Jo, los Winchester y él, era una lástima que la mitad de esas personas en la fotografía estuviesen muertas, por fin habrían tenido la vida que soñaron, sin monstruos ni problemas.

De pronto escuchó la puerta del búnker abrirse, sabía que se trataba de Dean, pues Sam no volvería hasta dentro de dos días, se escuchan risas, lo cual significaba que Dean no venía solo, al abrir su puerta pudo ver a Dean tambaleándose con una chica e intentando abrir su habitación, eso le había estrujado el corazón a Cas, cuando logró abrir la puerta, entraron y la cerraron de golpe.

Castiel optó por cerrar su puerta y subir el volumen de la música al escuchar las risas en la habitación de al lado, solo a él lo torturaban de esa manera.
De prontos gemidos comenzaron a sonar por todo el búnker, esa chica era bastante gritona o tal vez Dean sabía hacer bastante bien su trabajo, lo cual Castiel sabía que era cierto.

-¿Por qué a mi?-Se preguntaba constantemente en voz alta.-Me han torturado a lo largo de mi vida, pero esto... Esto es peor que todo.

De pronto no se escuchó ruido alguno, Castiel bajó el volumen de la música confirmando que habían terminado, agradeció al cielo y decidió irse a dormir temprano, mañana tenía una cita con el médico y necesitaba estar bastante descansado.

𝙄 𝘾𝙖𝙣'𝙩 𝙎𝙩𝙤𝙥 𝙇𝙤𝙫𝙞𝙣𝙜 𝙔𝙤𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora