TRECE

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La noche era tranquila en el pueblo, la luz de la luna iluminaba las calles, afuera del bar de Missy las luces neones color rojo alumbraban en el estacionamiento y se escuchaba la música desde dentro del bar.

Dean se encontraba en el asiento trasero del Impala con una mesera, no había escuchado su nombre pero en ese momento no importaba, se besaban con intensidad, las manos de la chica recorrían el pecho de Dean, mientras que este acariciaba su espalda. Había bebido, tal vez un poco más de lo permitido para manejar.

Necesitaba esto. Una distracción para despejar su mente, estaba frustrado y necesitaba sacárselo de la cabeza.
Su mente no dejaba de proyectar imágenes de él, sus ojos, su sonrisa, lo lindo que se veía concentrado en las abejas y las flores, cada vez que sus miradas se cruzaban Dean sentía que el corazón le daba un brinco, su estómago se revolvía y no podía evitar actuar como un idiota.
Como si algo le hiciera alejarlo a propósito, mientras más le quería, Castiel lo alejaba y eso frustraba a Dean, no era el hecho de que lo rechazara, sino, que él quería conocer a Castiel, quería verlo con los ojos que alguna vez lo vio, pero esos recuerdos no existen más. Y Castiel parece seguir adelante.

La chica se detuvo y se alejó, Dean frunció el ceño, ella bajó la mirada un tanto avergonzada.

-¿Pasa algo?-Dijo Dean sin aliento y con los labios hincados.

-No podemos hacer esto.-Se removió incómoda en el asiento.

-¿Puedo saber por qué?-No entendía qué falló, había coqueteado con ella, incluso había sido caballeroso y le había propuesto ir a un lugar más privado pero ella se le había lanzado encima sin pensarlo dos veces.

-Es solo que... está mal.-Por fin levantó la vista y miró en sus ojos arrepentimiento, mantenía una mueca y apenas existía un vago contacto visual.

-¿No te gusta?-Preguntó Dean confundido.

-Si, pero...-Apartó la vista unos segundos y después observó a Dean una vez más.-Castiel no merece esto.

-¿Castiel?-Dean frunció el ceño, hace semanas que no pronunciaba ese nombre.

-Si...-Bajó la mirada un tanto avergonzada.-No quiero arruinar nada entre ustedes dos...-Dean se quedó inmóvil, no entendía muy bien a lo que se refería, la chica comenzó a arreglarse la ropa y miró a Dean una vez más.-Será mejor que me vaya, no le hagas esto a Castiel, no lo lastimes así.-Dicho eso, abrió la puerta del Impala y bajó de él.

Dean ladeó la cabeza y la observó irse. ¿En serio lo habían rechazado por Castiel?

¿La chica pensaba que Castiel era su pareja o algo así? ¿Quién más pensará que están "juntos"?
Las dudas no dejaban de surgir en su cabeza, confuso y un tanto desconcertado, se acomodó en el asiento de conductor y puso sus manos al volante acariciándolo, prendió el estéreo para distraerse un poco, comenzó a sonar What is and What Should Never Be de Led Zeppelin.

And if I say to you tomorrow,
"take my hand, child, come with me."

Entonces un recuerdo vino a su mente.

Dean manejaba de camino al hotel, Sam de encontraba ahí haciendo un poco de investigación -como siempre-, en su estéreo sonaba What is and What Should Never Be de Led Zeppelin, cantaba a todo pulmón, pues se encontraba solo en el Impala y nadie podría escucharlo. Dean amaba cantar pero sentía que no era demasiado bueno como para hacerlo con tanto entusiasmo, eran pocas las veces que se animaba a cantar en el Impala con Sam abordo.

-But the wind won't blow, you really shouldn't go.-Cantó moviendo la cabeza.- It only goes to show that you will be mine...

Dean sonreía, notó una presencia en el auto y giró su cabeza hacia el asunto del conductor, pisó el freno repentinamente y olvidó respirar por unos segundos. Castiel se encontraba en asiento que usualmente era ocupado por Sam. Dean solo puso notar las abejas que revoloteaban al rededor de Castiel. Desnudo.
Dean tragó saliva pesadamente e intentó mantener la vista en los ojos de Castiel.

-Hola Dean.-Dijo Castiel tranquilo, como si no le incomodara que las abejas revolotearan y se posaran en su cuerpo desnudo, firme y... sacudió la cabeza.

-¿Qué haces aquí?-Dean se aclaró la garganta.

-Quería verte.-Dijo el ángel sin rodeos.

Then what's to stop us, pretty baby,
but what is and what should never be?

La canción decía de fondo. Dean lo observó fijamente.

Su mente volvió al presente, se encontró observando fijamente la carretera, sin quitar las manos del volante, parpadeó varias veces y se recargó en el asiento.
La noche había terminado ahí, era momento de regresar a casa.

Días después, encontró a Sam sentado en la cocina, lo notaba más callado de lo usual. Bebía una cerveza y observaba al vacío.
Se acercó y tomó asiento junto con su taza de café, se aclaró la garganta pero su hermano parecía bastante perdido en sus pensamientos.

-¿Sam?-Lo llamó Dean, el menos observaba la pared, como si la analizara intentando encontrar respuestas a sus problemas. -¿Sam?

-¿Huh?-Sam sacudió la cabeza y dirigió la vista hacia su hermano mayor.

-¿Estás bien?-Sam asintió.-¿No quieres hablar?

-No lo sé.-Sam soltó un suspiro, su hermano lo conocía bastante bien. Dean asintió y pensaba respetar lo que pedía su hermano.-Es solo que... es apesta no ser correspondido, ¿sabes?

-Puedo entenderlo.-Dean asintió. Pensó en Castiel automáticamente.-¿Esto es sobre Kristie?

-Si...-Sam asintió derrotado.-Encontró a alguien más.

-Si que te gusta, ¿no es así?-Dean alzó las cejas.-Si tanto te gusta, ¿por qué no luchas por ella?

-No puedes obligar a alguien a que te ame.-Sam lo observó e hizo una mueca. Dean bajó la vista.-Pero tú, aún tienes la oportunidad.

Sam cruzó miradas con Dean y entonces Castiel apareció en la cocina, Sam sonrió y se puso de pie para salir de ahí, Dean lo siguió con la mirada hasta que desapareció por el pasillo.

Miraba a Castiel con la intención de decir algo, pero las palabras no salían de su boca. No entendía qué era lo que sucedía entre ellos dos.

Pero Dean estaba convencido de que Castiel le atraía.

𝙄 𝘾𝙖𝙣'𝙩 𝙎𝙩𝙤𝙥 𝙇𝙤𝙫𝙞𝙣𝙜 𝙔𝙤𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora