La noche anterior tanto como Leigthon y Danelle confesaron lo que sentía, una lo dijo al aire y la otra al silencio, no fue novedad, Danelle se había tomado la molestia de bajar y escuchar la melodía que salia del Piano de cola. Ninguna de las dos durmió en toda la noche, el insomnio hizo de las suyas impidiendo que cerraran los ojos. Se calculaban que eran aproximadamente las ocho de la mañana cuando Alcocer bajo a tomar el desayuno ya arreglada, no iría a trabajar porque aun debía discutirlo con Leigthon. Cuando atravesó toda la casa hasta llegar a la cocina se encontró con tres mujeres una ya grande de edad y dos con un calculo entre los veintitantos años.
—Buenos días. - Dijo Danelle mientras buscaba un vaso para tomar algo, aun no sabia que.
—Buenos días Señorita. - Las tres mujeres respondieron al unísono.
—¿Que hay para tomar?. - Pregunto viendo a la mujer mayor quien le sonrió mientras buscaba los recipientes.
-Por lo regular la señora pide tener hecho café, jugo de naranja, agua recién hecha de betabel. - Le explica en cada pequeña garrafa de vidrio. — Pero si usted gusta otra cosa puede decirnos y con gusto estaremos a sus ordenes.
—¿Donde están las frutas?. - Cuestioné y me señalaron donde. Camine hasta agarrar dos plátano y sólo faltaba un ingrediente mas. Busqué un poco de leche en la nevera.
—Si nos permite podemos hacerlo nosotras. - Una de las veinteañeras me hablo para que ella lo terminara.
—Descuida, se que es su trabajo pero puedo hacerlo yo sola, la señora les paga para obedecerla a ella, no a mi. Además de que no soy inválida y ya estoy acostumbrada a preparar cada una de mis comidas. - Les proporcioné una sonrisa sincera.
—Creímos que usted era como esas típicas mujeres que se casan con una millonaria y ya todo mundo debe estar rendida a sus pies.. - Me comentan.
—Me gusta vestir bien, ¿A quien no? Pero que la señora tenga dinero no quiere decir que es mio igual, trabajo para ganar cada centavo que tengo en mi cuenta bancaria. Vengo de una familia donde la humildad siempre es importante y primero. Y dejen la formalidades, pueden hablarme de tú. Por cierto me llamo Danelle Alcocer.
-Me dirigí para a aquel trio.—Un gusto Danelle, somos Rosa. - Se señaló a su misma la mujer mayor. — Ella son mis dos hijas, Marina y Paola. - Casi eran idénticas pero su color de cabello era distinto, una era castaña y la otra pelinegra.
—El gusto es mio. - Le extendí la mano a cada una y deposite un beso en sus mejillas. —Y bien, ¿A que hora la señora desayuna?.
—Ya debería estar pidiendo que sirvieran. — Rosa miró su reloj.
—Es muy raro, es muy puntual al momento de tomar el desayuno. – Paola miro a su madre y hermana. – Iré a echar un vistazo al comedor ahora vuelvo.
Fue y solo vio a Alexis sentada buscando lógica al no ver a nadie. Paola se acercó a la gran mesa.
—Buen día señorita Alexis, ¿Desea ya el desayuno?. – Pregunto un poco tímida, ella tenia un crush con la menor de los Mussolini.
—La verdad es que muero de mucha hambre, ¿Podrías tu alimentarme un poco?. – Alexis la miró con una sonrisa coqueta, produciendo cierto rubor en la chica. — ¿Donde está todo el mundo?
—De inmediato le proporciono su desayuno, la señora no ha bajado y Danelle está en la cocina. - Alexis solo asistió viendo salir de aquel lugar a la joven..
De vuelta en la cocina buscó un carro donde llevaban la vajillas y cada cosa que debían poner a la hora de comer.
—Y bien, ¿Ya están ahí?. - Preguntó Marina.
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I Don't Like Women Gip
RandomLeigthon una chica totalmente diferente a todas las demas mujeres. Su familia es la mas reconocida hasta ahora en los EU tanto en Italia. Ella es intersexual, sus padres no la quieren como a su otra "Normal" hija. Las ofensas se hicieron presente en...