Capítulo 11: El nombre equivocado

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Capítulo 11: El nombre equivocado

Besar a Cory semidesnudo no formaba parte de mis "increíbles" planes de vida.

Sin embargo, ahora estoy mucho más segura de que la vida es muy inesperada.

Me agarra de la cintura y me aprieta contra él. Nunca he pensansado que sus labios fueran a desprender calor. Ni siquiera con Rider me había pasado esto. Es una sensación extraña, pero al mismo tiempo agradable.

Un segundo después estoy a horcajadas de su cuerpo, en frente de él mientras intenta intensificar el beso. Nuestras labios y lenguas se entienden a la perfección, como si estuvieran entrenándose para este momento. Mis manos pasan de su cuello a su cabello y lo comienzan a despeinar. Eso ya sería un acto reflejo porque lo hacía con Rider...¡Porque pienso en Rider en este preciso momento!

Las manos de Cory bajan hacia mi cintura, exactamente al dobladillo de mi blusa. La levanta con una facilidad increíble y me pregunto cuantas veces lo habrá hecho para tener esa experiencia.

Me separo de sus labios respirando entre cortadamente. Después de la declaración no tengo dudas de que me quiere...pero ¿Qué siento yo por él?

Además. Tiene algo que explicarme.

—¿Quien es Tatiana?

Abre los ojos de par en par

—¿Preguntas eso en este preciso momento?

Asiento

—Bien, te lo diré—se acomoda en la cama y yo me siento a su lado, cruzando los brazos sobre mi estómago para cubrirlo—Cuando estaba en los ángeles, me metí con varias chicas. Solo era por una noche, incluso ya perdí la cuenta de cuantas fueron. Un día llegó una chica guapa a la escuela, y me propuse a meterme con ella. Cuando lo hice, al día siguiente le dijo a todo el mundo que éramos novios. Le tuve que explicar que era solo un pasatiempo de noche, ella no dijo nada, solo se fue. Al día siguiente siguió diciendole a todo el mundo lo mismo. Entonces usé mi último recurso: le dije que iba a volver a San Diego. Eso era verdad, transfirieron a mi madre nuevamente. Ella pensó que era otra excusa y para evitar que me fuera, me amenazó diciendo que subiría las fotos a internet. No le creí, por supuesto. De todos modos, me fuí. Al entrar a mi perfil de facebook aparecieron las fotos de nosotros dos en la cama. No sabía que las estaba tomando. Mi madre no lo sabe hasta ahora. No le hago caso, eliminé las fotos de mi perfil pero siguen en internet. Ahora no puedo hacer nada, solo vivir con ello.

En todo ese relato, le observo con el ceño entrefruncido. Esa chica debió quererle de verdad para tener el valor de arruinarse a sí misma y a Cory.

—Wow...—murmuro

—Si. Wow

—¿La has vuelto a ver?

—Desde que me mudé, no

—Bueno...

—¿Solo eso querías saber?—intenta acercarse a mí

—Cory...acabo de descubrir una parte de tu pasado que no sabía y quieres tener sexo conmigo después de eso.

Duda

—Tal vez...

—Ya estás acostumbrado a eso—termino por él

Dulce InfanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora