"Eres mi crayón azul. Del que nunca puedo tener suficiente. Del que coloreo mi cielo."
✮✮✮
"Rosie, corazoncito, ¿necesitas ayuda?" Llamó Jimin, mientras abotonaba su camisa.
"Dada, ¿podrías ponerme bien los botones?" vino una pequeña voz desde la puerta de su cuarto.
Jimin se volteó y sonrió a su hijita de cinco años, quien tenía los botones de su blusa mal puestos. La chiquilla rubia miraba su blusa como si el artículo de modas la hubiese traicionado, y un Jimin riendo caminó hacia ella y se agachó para quedar al nivel de sus ojos.
"¿Te pusiste tu falda y calcetas sola, solecito? Preguntó el más grande, al mismo tiempo que empezaba a alinear los botones con la abertura correspondiente.
La pequeña asintió con una pequeña sonrisa, observando fascinada como los dedos hábiles de su padre trabajaban rápidamente en los botones de su blusa.
"¿Sí lo hiciste? Oh Dios. ¡que niña tan grande eres!" exclamó Jimin, sintiéndose más bien orgulloso de si mismo, cuando si hija rió dulcemente.
"Appa, ¿Podrías peinarme por favor?" Preguntó la niña, cuando Jimin terminó de arreglarle su blusa.
"¡Por supuesto! Ve a traer tu cepillo."
Mirando a su hija retirarse, Jimin suspiró y observó su mano derecha.
Él aun tenía su anillo de matrimonio puesto. Él sabía que eso no valía la pena. Que ella no valía la pena, pero él nunca dejó de amarla.
Jimin había estado casado a una mujer hermosa por casi tres años, y su hija Rose, había nacido dos años después de que ellos se casaran. Todo era perfecto.
O eso solía pensar.
Poco tiempo después, su esposa empezaba a venir a casa tarde y borracha. Cuando Jimin le preguntaba sobre aquello, él ni siquiera obtenía una respuesta.
Ella se estaba alejando mucho, y no solo de Jimin, Rose también empezaba a sentirla lejana. Una bebé necesita a su madre, especialmente si ella había estado presente desde su nacimiento y repentinamente desapareció después.
La salud de Rose empezó a deteriorarse. Jimin estaba hiperventilando. Pero a ella no le importó. Demonios, Jimin estaba seguro de que ni siquiera estaba enterada de que su bebé no estaba bien.
Los padres de Jimin eran ricos. Pero el chico nunca tomo ventaja de esa riqueza. Hasta ese momento.
Con sus ayudas finánciales, Jimin fue capaz de tratar a su hijita y hacer que vuelva a estar saludable. Ellos contrataron a la mejor abogada en divorcios, y antes de que pudiera parpadear, Jimin estaba divorciado y tenía la total custodia de su bebita de un año.
Jimin salió de su trance, cuando Rose movía de un lado a otro su cepillo frente a su rostro.
"Trenza holandesa aleves, Dada."
"Okey, chiquita."
Jimin trenzó el pelo de Rose, quien estaba sentada en sus piernas. Él sabía casi cada peinado que podrías escoger de Pinterest o Tumblr. Él no quería que su hija se sintiera fuera de lugar cuando las otras niñas llevaban su cabello arreglado por sus madres.
"¡Terminado!" El hombre rubio exhaló, levantándose junto con su hija en el proceso, para poner después sus zapatos para la escuela.
Park Rose era la definición de adorable. Ella usaba vestidos color pastel, tenía su pelo arreglado a la perfección y era la niña más cortés con la que te pudieras encontrar.
Tenía los labios llenitos de su padre, y los ojos afilados de su madre. Pero fuera de ese detalle físico, que le atribuían a su madre, Rose era completamente la princesita de papi.
Adentrándose en su Hyundai, el dúo de padre e hija se dirigió hasta la escuela local privada.
✮✮✮
"Okey dulzura, ¿recuerdas todo lo que te dije?"
"Ser amable con todos, hacer nuevos amigos, respetar a los mayores y lavar mis manos antes de comer." Recitó Rose con una sonrisa, haciendo que el corazón de Jimin latiera con orgullo.
"Dada..." se quejó Rose, abriendo y cerrando sus manos a su padre, lo que hizo sonreír a Jimin y sentó a la niña en su regazo.
Rose definitivamente amaba acurrucarse.
Sí, definitivamente la hija de Jimin.
"Vendré a recogerte, ¿okey? No hables con extraños a menos que sea necesario." dijo Jimin revolviendo el cabello de Rose.
"Okey, Dada."
Con ello Jimin besó su frente, obtuvo un besito en su mejilla por ello y observó a su hija corriendo hacia adentro de las construcciones de la escuela.
✮✮✮
"¡Buenos días Jin hyung!, ¿qué tal Jenny?" Saludó Jimin a sus compañeros de trabajo cuando entró a la floristería.
"¡Hola Jiminie!" Jin sonrió, poniendo en su lugar las flores azules antes de abrir la tienda.
"¿El tema es azul, verdad?" Preguntó Jenny después de abrazar a Jimin como saludo, sin confiar verdaderamente en el juicio de Jin.
"Sí, finalmente pone las flores correctas por una vez en su vida." Jimin rió, haciendo que la mirada del mayor los fulminara.
"No me cuestionen, o supongo que yo sacaría de repente más rápido mi sartén para freír que ustedes diciendo 'orquídeas'."
La floristería donde Jimin trabajaba, era la mejor del pueblo. Ellos tenían diferentes temas todos los días, donde las flores y accesorios en venta cambiaban concorde a ello. La propietaria era una señora mayor, quien apenas podía caminar y estaba más que feliz cuando su nieta, Jenny, junto con sus dos amigos se postularon como voluntarios para ayudar en la tienda. La encantadora personalidad de los tres trajo clientela a la estética tiendita, como polillas a la llama.
"¿Ya dejaste a Rosie?" Le preguntó Jin a Jimin, quien empezó a trabajar con las hortensias azules.
"Yep... Hoy quería que le hiciera una trenza holandesa pero al revés."
"Aún sigo sorprendida de como tus habilidades peinando son mejores que las mías." Comentó Jenny, haciendo reír a Jimin.
"Tu no tienes una hija, Jen."
"No, pero tengo a Rosie." Jenny le sonrió.
Jenny y Jin podrían pasar como los padrinos de la chiquilla, juzgando por la cantidad de afecto que tienen ellos por ella. Ellos ayudaban a Jimin siempre que este lo necesitara, y Jenny hubiese jurado que cuando Rose fuera lo suficientemente grande y tuviera sus problemas de chica, Jimin no tendría que lidiar con ellos solo.
La vida completa de Jimin iba alrededor de la floristería y la bebé Rose. Él estaba seguro de que no necesitaba nada, o a nadie más.
Oh, si tan solo supiera.
ESTÁS LEYENDO
Colors ◈ Jikook ◈ Traducción
FanfictionAmbos tan parecidos, pero tan distantes. Entre flores y tatuajes, comparten el mismo pasado y el mismo futuro, aún siendo completos extraños. Hay algo que los une, algo que les da vida a ambos: sus hijas. ¿Cómo podrían dos padres solteros encontrars...