Ambos tan parecidos, pero tan distantes.
Entre flores y tatuajes, comparten el mismo pasado y el mismo futuro, aún siendo completos extraños.
Hay algo que los une, algo que les da vida a ambos: sus hijas.
¿Cómo podrían dos padres solteros encontrars...
"El color es una fuerza que influencia el alma, y el naranja es el más alegre de todos."
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Jungkook solía quedarse despierto hasta muy tarde, incluso en los días de escuela de Mia. Trabajar en un suburbio elegante tenía sus caprichos, uno de ellos era la presencia de clientes muy detallistas.
La mayoría de veces, sus clientes iban a escoger el diseño de su tatuaje del manual que tenían, o de la página de Instagram del Parlor, pero había por lo menos cada semana un cliente que no deseaba ningún tatuaje del manual o la página. Ellos tenían sus diseños atrapados en sus cabezas. Esos clientes después describían su imagen mental, y a Jungkook le tocaba regresar a casa y sentarse con su cuaderno de sketches, lápices y colores una vez que llevaba a Mia a la cama.
Por supuesto, crear un set de diseños para tatuajes con cada minúsculo detalle era tarea difícil, pero la paga era asombrosa, así que no habían problemas.
Esas solían ser noches largas, y usualmente de pasaba de la 1 a.m. Jungkook estaba haciéndoles unos toques finales al último diseño del set. El cliente había dicho que quería un tatuaje del Ying Yang, pero no el clásico como aparecía en su página de Instagram o en el manual, asi que Jungkook se encargó de hacerlos don lobos, como un ejemplo único. El chico del cabello reborde usualmente mantenía la puerta de su cuarto abierta, en caso de que Mia llegase con él en la noche, siendo así esa misma noche.
"¿P-pap-papi?" La voz temblorosa de Mia, hizo a Jungkook levantar la mirada, hacia su preciada bebita hecha un mar de lágrimas, caminando alrededor de su cama, donde él estaba sentado.
"¿Mia? ¿Qué pasó cariño?" Preguntó Jungkook, poniendo su cuaderno y lápices a un lado y poniendo a su hija en su rezago.
"Y-yo tu-ube un m-mal sueño. ¡Pen-pensé que esos monstruos t-te habían capt-turado, papi! Tenía m-mucho m-miedo..." Exclamó la pequeña, temblando y rompiendo el corazón de Jungkook.
"Bebita, estoy aquí ahora. No estoy yéndome a ninguna parte, ¿okay? Los monstruos no podrán capturar a papi, papi los vencerá a todos." Dijo Jungkook suavemente, acunando a su hija y acariciando su cabeza para tranquilizarla.
"¿L-los vence-erás?"
"A cada uno de ellos." Jungkook sonrió cuando escuchó las risitas angelicales de Mia.
"¡M-mi papi es el m-más fuerte!"
Jungkook rió por ello y plantó un beso en su cabeza.
"¿Quieres dormir aquí, cariño?"
"¿Puedo?"
"Claro, bebita."
Mia sonrió y se acomodó mejor entre el agarre de Jungkook, asi como después se acostaron en la cama, con su hija sobre él.
"Ahora duerme, Mia. Tienes escuela mañana"
"Buenas noches papi."
"Buenas noches bebé."
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Esto es en lo que Jungkook estaba trabajando.
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