"Mia, Rose. ¿Ya empacaron sus maletas?"
Al escuchar la voz de su padre, las dos chicas cerraron la cremallera de sus maletas y le dieron una respuesta afirmativa antes de mirar alrededor suyo, echándole una última vista al cuarto en el que estaban paradas, para asegurarse de que no habían olvidado nada.
"¿Cómo rayos logras mantener tu cuarto así de limpio, Rosie?" Preguntó Mia, dejándose caer en la cama de su hermana, escuchando a la rubia reír. La cama se hundió un poco, y la castaña ya estaba envuelta por la rubia.
Mientras crecía, Rose siempre a sido un poco pegajosa. No solo con Mia, con sus padres también. Mia solo estaba acostumbrada a poner rígido su cuerpo y quejarse y gruñir cuando Rose se lanzaba sobre ella, pero nunca intentó alejar a su hermana. Y nunca lo haría.
"No puedo pensar en un cuarto desordenado, así que me mantengo organizándolo." Murmuró Rose, trazando patrones invisibles sobre su edredón distraída. "Es una enfermedad, talvez."
"Y aun así, tú hermana nunca se ha contagiado de ella." Dijo una voz desde la puerta. Mia y Rose levantaron la vista con una sonrisa a Jungkook, quien perezosamente se apoyaba contra el marco de la puerta. El hombre de cabello oscuro vestía de una camisa floja y unos pantalones deportivos, con lentes redondos descansando en el puente de su nariz.
"Papá, el desastre es un síntoma de una mente creativa." Respondió Mia, ajustando su (y por lo tanto también la de Rose) posición, para que así las dos chicas pudieran apoyas su cabeza en el regazo de su padre cuando este fue a acompañarlas en su cama, sentándose cerca de sus cabezas. "Tú mismo lo dijiste."
Yep, confía en Jungkook cuando dice mierdas estúpidas para que así sus hijas tuvieran material para decir en su contra.
"El desastre es una cosa." Dijo el hombre, acariciando la cabeza de las chicas con una sonrisa. "Pero Mia, tu cuarto se mira como si le hubiera pasado encima el huracán Katrina."
"o peor." Vino una cuarta voz del otro lado de la habitación. Jimin le dio una sonrisa a Mia, Puyando suavemente la frente de Rose y acompañándolos en la cama con su esposo, abrazándolo desde atrás y descansando su barbilla en el hombro del más joven.
"Appa, pensé que siquiera tú tomarías bando a mi favor." Dijo Mia haciendo un puchero, tratando de zafarse de la mano de Jimin la cual apretaba su mejilla.
"Tú sabes que siempre soy parte del equipo Mia." Sonrió Jimin, atrapando la mirada de Jungkook con la suya antes de continuar. "Pero no cuando viene de ti y tu aseo."
"Okey, ustedes chicas descansen un poco. Tenemos un largo día por delante mañana." Jungkook dio una suave palmadita después de sus caricias a la cabeza de cada una de sus hijas para que las bajaran de su regazo, las chicas luego se voltearon para darles la cara a sus padres, sonriendo para sus adentros por la posición en la que estaban sentados los dos hombres. "¿Están completamente seguras de que no olvidan nada, o quieren darle un chequeo doble a sus maletas?"
"Un poco de fe es lo único que te pedimos, querido padre." Rose bostezó ligeramente, perdiéndose del rodo de ojos que demostró su madre mientras se levantaba con su esposo quien se quedó agarrado al más alto cual koala.
"¿Mia, bebé, quieres dormir aquí o en tu habitación?" Preguntó Jimin, ajustando su posición cuando Jungkook tiró de su camisa para levantarlo más. "Si es que puedes alcanzar tu cama debajo de todo ese desorden,." Añadió, sonriendo al pobre intento de Jungkook de contener su risa y la mueca adorable de Mia.
"No me agradan ustedes dos." Gruñó ella, simplemente agarrando y apretujando más cerca a Rose como si fuera una muñeca de trapo, casi trayendo a la rubia a una llave de asfixia gracias a los genes de super fuerza que heredó de su padre. "Rosie es la única que me entiende."
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Colors ◈ Jikook ◈ Traducción
FanfictionAmbos tan parecidos, pero tan distantes. Entre flores y tatuajes, comparten el mismo pasado y el mismo futuro, aún siendo completos extraños. Hay algo que los une, algo que les da vida a ambos: sus hijas. ¿Cómo podrían dos padres solteros encontrars...