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     Lo golpee, casi hasta el punto de matarlo, no podía dejarlo pasar, era mi forma de venganza como no, si él lastimó todo mi ser, me daño, humilló y golpeo. Su boca jadeante, sus ojos suplicantes y su cuerpo herido, reflejaban todo el daño hecho por mi, sin embargo no podía parar, me extasiaba verlo sufrir, me dejaba un sentimiento de paz de tranquilidad en mi interior.

     Su voz totalmente desgarrada, de tanto gritar por ayuda, me desesperaba, no quería que gritara me molestaba que lo hiciera, pero a la vez me agradaba. Vi su rostro demacrado por todos los golpes de descarga que le había dado, con una expresión de tristeza y desgano con esa emoción de odio, pero no era su culpa que puedo hacer supongo que esta en su derecho de odiar e incluso temer por todo que le haga, de un momento a otro los papeles cambiaron, él ya no lloraba, ni pedía ayuda. Pero yo si, el jugaba con mi cuerpo, me lastimaba. Con su cínica, sádica y siniestra risa lo vi escoger entre todas sus armas de tortura y escogió esa pequeña navaja y.....

     —AHHHHH!— Resonó ese grito desgarrador de mi garganta casi dejando sin aliento todo mi cuerpo, sentí como mi hermana mayor llegaba corriendo al cuarto, con su respiración agitada y su mirada asustada.

     —¿Qué sucede?— Pregunta preocupada, ya que era la tercera vez en la noche que la despertaba por mis gritos. —Nine ¿Qué pasa?— Vuelve a preguntar aún mas preocupada que antes, sacudiendo mi cuerpo en busca de una respuesta.

     La mire y ahí estaba ella con su rostro preocupado y cansado mirando, solo atine a sonreír, como si nada hubiera pasado, sin embargo, seguía en un trance. ¿Quién era ese tipo? ¿Por qué tenia este tipo de pesadillas con él? ¿Qué significaba realmente? Y ¿Por qué me gustaba lastimarlo en tales sueños? ¿Qué esta pasando?

    —Nine, Nine. RESPONDE!— Gritó mi hermana con desespero haciendo que regresara al mundo real otra vez. _¡Contesta!— Demanda aún con miedo y preocupación en los ojos. —¿Es la misma pesadilla?— Continua tratando de que su voz suene tranquila.

     Me decidí por asentir, ella solo abrazo mi débil cuerpo que dolía como el demonio por la falta de sueño, el cansancio y la pesadez de esa noche tan larga. Sabía que ella esta igual o peor que yo, debido a que toda la noche trato de tranquilizar a este horrible hermano menor al despertar de tan horribles pesadillas. Todas eran seguidas, y sin un orden aparente, en lo único que se perecían era en la inexplicable aparición de tal hombre en cada uno de los sueños, el cual cabe resaltar que jamas había visto en mi vida. Sueños que se repiten desde varias semanas atrás, sin ninguna razón notoria.

     —Ven, duerme un poco, yo cuidaré de ti esta noche— Murmura en un tono dulce y comprensivo, transmitiendo confianza en el, le sonreí en agradecimiento y me acosté de nuevo en mi cama, cerré mis ojos tratando de conciliar el sueño de nuevo, sintiendo como se hundía el colchón de mi cama, sabía que era ella y lanzo un suspiro de alivio al sentir su mano acariciar mi desordenado y sudoroso cabello.

     Abrí mis ojos y ahí están ella a un lado de mi dormida, se veía tranquila, su rostro cien por ciento relajado, era una imagen adorable estaba acurrucada a un lado de mi, sus labios rosas semi-abiertos sus ojos cerrados con unas pequeñas bolsas debajo de ellos, su pequeño cuerpo cubierto con una manta azul claro y una pijama rosa con ositos que protegían su cuerpo del frío. La mire con ternura y me levante, tratando de no despertarla, ya que debía estar cansada de la larga noche.

     Al levantarme me vi afectado por un fuerte mareo de pies a cabeza, el mundo se me volvió borroso de un momento a otro, obligándome a sentarme en el frío piso de baldosín de color blanco reluciente. Mi cuerpo pesaba y dolía, y una tristeza inexplicable inundo mi ser, trate de pararme fallando en el intento, intente volver a hacerlo lográndolo esta vez me dirigí al baño como pude, al llegar vomite lo poco que comí el día anterior, me levante con desgano, como si estuviera enfermo y me mire en el espejo, mi rostro demacrado y pálido por el cansancio, mis labios resecos por la falta de bebida, mis ojos perdidos, sin emoción alguna, debajo de estos unas enormes ojeras moradas, mis hombros caídos y palpitantes por un dolor emocional carcomiendo mi débil alma, es extraño verme de tal forma.

     Lave mi rostro tratando de aliviar tal cansancio en el, cepille mi boca tratando de quitar el amargo y asqueroso sabor a vomito y por ultimo bañe mi cuerpo tratando de limpiar todo rastro de sudor y emoción negativa, al salir volví a verme en el espejo con la toalla rodeando mi cintura y me di cuenta de que tenia algunas marcas de rasguños, traumas, moratones y laceraciones en todo mi torso. Ahogue un grito al ver mi cuerpo tan magullado ¿Qué diablos me estaba pasando? Toque algunas de las zonas lesionadas verificando si eran reales, ¡por Dios! Dolían como el infierno.

     Salí desconcertado del cuarto de baño y decidí que taparía esas horribles marcas con ropa no iba a dejar que mi hermana me viera en ese estado tan lamentable, ya era suficiente verla sufrir por mi en las noches, tranquilizando y comprendiendo a este inútil ser, esto quedaría en un rincón oscuro de mi ser.

     Al abrir mi armario escogí un buzo manga larga con capota, más grande que yo, con un pantalón y unos tenis, todo de color negro, peine mi desordenado y a la vez mojado cabello hacia un lado como siempre lo peine, me mire en el espejo aun con las grandes ojeras en mi y decidí maquillar las para que nadie las notara. Voltee hacia mi cama y ahí estaba ella abriendo los ojos ante el pequeño rayo de luz que atravesaba la venta, sus ojos desorientados observaron toda la habitación en modo interrogativo y con el ceño un poco fruncido, hasta que me observo y de inmediato cambio su expresión a una tranquila y sonrió con dulzura hacia mi dirección yo hice lo mismo de vuelta.

     —¿Cómo amaneces?— Pregunte, debido a que era la mejor pregunta que se me ocurría, no le preguntaría sobre como durmió, porque se que su noche fue de perros.

     —De maravilla— Respondió con una voz semi-ronca debido a que se acababa de levantar y una sonrisa incrustada en sus labios, su expresión cambia repentinamente a una desconcertada —¿Vas a ir a estudiar hoy?—.

     Solo rasco mi nuca con una sensación extraña como con ¿nerviosismo? —Eh si, he faltado algunos días y no quiero preocupar a nadie además de no querer perder nada— cuchicheo en un tono bajo.

      —Jmmmm. Creo que tienes razón, llámame si pasa algo ¿vale?— fórmula en tono comprensivo —Por cierto ¿ya comiste?—.

     —Si, si no te preocupes— respondo con una mentira ya que no tenía ganas de que se levantara, ni tampoco de comer. —Bueno ya voy tarde, te veo después– me acerco dándole un beso en la mejilla y ella solo me sonríe de forma dulce.

     Llegue al colegio, en realidad no era muy grande, es una instalación ubicada en el sur de la metrópoli, al llegar al lugar lo primero que hice fue ir a donde regularmente están mis amigos encontrando me con Pavel en el lugar recostado en el muro-reja que se supone nos protegía de todo tipo de elementos que lanzaran de la cancha. Su mirada transmitía como desgano.

     —¡Hola!— exclame en forma de saludo usando como ademán el movimiento de mi cabeza —¿Qué tal?—.

     Levanto la mirada concentrándose en mi —¡Hola!— devolvió el saludo —Todo bien— respondió con frustración.

     —Uy! Nos levantamos con el pie izquierdo— intente bromear.

      —¿Quién no cuando el idiota de Benjamín solo busca atención?— soltó con tirria en su voz.

     —¿Qué hizo ahora?— pregunté con gracia, podrán llamarme cruel pero me da un cierto nivel de gracia el odio entre esos dos cabezas huecas solo por que el famosísimo Earth Tirapat, un lindo chico al que todos amaban, les dijo que en ese momento no quería a nadie en su vida, desde ese momento se volvió todo una enorme guerra de "que gane el mejor".

     —Es un imbécil que solo busca pelea.— me pregunto en que se diferenciarán —Un ser que solo piensa en si mismo, un idiota busca pleitos que lo único que hace es arruinar mi vida con su sola existencia—

     —Más bien ¿por qué no mejor te relajas y vamos a economía?— sugerí antes de que al que golpeara fuera a mi.

     Suspiró, miro el cielo y luego asintió —Bien vamos— respondió en modo de rendición, a lo que Sonreí.

     ...Hoy seria un largo día... Entre pensamientos y soportar a mi queridisimo amigo.

Lo Siento ∞Joongnine∞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora