Once

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-Emilio Osorio.

Voy manejando entre calles desconocidas con un omega enojado como copiloto. Después de la discusión que tuvimos se molestó demasiado y me mandó al diablo, pero quedó aún más molesto cuando dije que al salir de la preparatoria iríamos a su casa por sus cosas pues me lo llevaría a vivir conmigo, recuerdo que apenas termine de decirle comenzó a gritarme e insultarme decenas de veces pero traté de no inmutarme ante sus gritos ya que no voy a tomar el riesgo de dejarlo solo, tomando en cuenta el odio que siente por el bebé puede cometer una locura en cualquier momento, así que lo más razonable es llevarlo a vivir conmigo para poder tenerlo vigilado y asegurarme de que no trate de dañar al bebé o dañarse a sí mismo. O al menos eso es lo que yo pienso.

—¡Por amor de dios ya deja de estarte quejando!— grito tratando de ocultar mi risa, no soy de gritar mucho pero este omega me saca de mis casillas aunque en este momento se me hace imposible molestarme con él.

—¡No me grites, estúpido!— me mira enojado — ¡Ya te dije que yo no voy a irme a vivir contigo!—

—Y yo ya te dije que no me importa si quieres o no. Claramente te dije que no voy a sacrificar la integridad física  de mi hijo pues tengo la ligera sospecha de que apenas se te presente una pequeña oportunidad vas a querer deshacerte de él, digo, ahora que tu plan de realizarte el aborto en la clínica fracaso—

—Te odio— dice recargando su brazo en la puerta.

—Pues tampoco es como si yo te amara mucho eh—

Después de eso él no vuelve a hablarme ni a quejarse en todo el camino, al llegar a la residencia que él me indica estaciono el coche frente a la reja de esta. Él baja del auto para poder tocar el timbre y ordenar que abran la reja y nos permitan el paso,  uno de los empleados sale abriendo la reja negra de par en par para que pueda pasar mi auto, estaciono el auto frente a la puerta principal y bajo con el omega entrando a su casa, al llegar a la sala él solamente se deja caer en el sillón y comienza a revisar su teléfono mientras yo me quedo de pie a su lado.

—¿Y tu madre?—

—De vacaciones por Europa— responde sin despegar su vista del teléfono.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?, ¿Cómo puedo comunicarme con tu madre para contarle?—

—No sé— responde simple.

Miro al chico con una frustración que aumenta al ver el desinterés en su rostro, planeaba que al llegar estuviera su madre en casa para poder explicarle la situación y comunicarle que el omega se iría conmigo y que me haría cargo de ambos, pero sin su madre no sé si sea tan buena idea llevarlo conmigo pues tampoco quiero llevármelo sin su permiso ya que con lo poco que conozco al omega puedo asegurar de que es capaz de decirle a su madre que lo secuestre con tal de vengarse de mí por hacerlo tener al bebé.

—¿Quién podría comunicarle a tu madre que te lleve conmigo? ¿Puedes llamarla? No quiero que me mate por llevarme a su hijo y su nieto sin su permiso— digo y él hace una mueca al escuchar lo último —Ella sabe ¿Verdad?—

—No lo sabe, lleva dos meses de viaje y durante el primer mes nunca estuvo en casa, se la pasaba de fiesta o con sus amigas así que nunca se percató de mis síntomas y , sinceramente, no planeaba decírselo—

—¿No ibas a decírselo? Vaya lo mismo que conmigo— digo de manera sarcástica.

Él se levanta sumamente molesto arrojando su teléfono al sillón y acercándose a mi para tomar mi camisa de manera brusca, yo sólo me quedo quieto viéndolo con un poco de temor, pese a que es un omega y yo un alfa debo admitir que es fuerte y me intimida un poco, él no es un omega común, él no demuestra sumisión frente a los alfas y no deja que nadie trate de hacerlo menos además de que nunca baja la guardia y siempre mantiene una postura firme, de eso me he dado cuenta durante estos tres meses que lo he observado de lejos, manteniendo una distancia prudente pero al margen para atacar si era necesario, se había metido en diversas peleas con varios betas y hasta con alfas por lo cual mi alfa me pedía mantenerme cerca de él para protegerlo, pero nunca fue necesario ya que él humillaba a sus contrincantes con simples palabras y no había necesidad de llegar a los golpes ya que los otros siempre terminaban disculpándose y alejándose de él. Es un omega admirable pese a su maldito carácter.

—Para tu estúpida información si ella se enteraba hubiera sido peor para mí— dice mientras me suelta de una no tan delicada manera —No me habría obligado a abortarlo, ella me hubiera provocado un aborto a golpes, te lo aseguro— finaliza volviendo a sentarse en el sillón y tomando nuevamente su celular.

—¿Q-Qué?— pregunto aún en shock por sus palabras —No... No creo que ella... ella fuera capaz...— él me interrumpe aún molesto.

—Tú no sabes nada de ella así que mejor cállate, y vete de una maldita vez—

—No me voy a ir sin ustedes, sin mi hijo—

Digo quitándole el teléfono de las manos para que me preste atención, aún mantiene su mirada desinteresada y eso me hace enojar ya que parece no entender mis malditas razones, no sé por que es tan difícil para él comprender que sólo busco el bienestar de mi hijo, nada más, a él no quiero obligarlo más que a qué tenga al bebé, no voy a obligarlo a que lo quiera, no voy a obligarlo a que se haga cargo de él y tampoco voy a obligarlo a que esté conmigo.

—¿Por qué haces las malditas cosas más difíciles? Entiende que yo no quiero estar contigo ¡No quiero tener ningún vínculo contigo!—

—Pues vamos a tener un hijo así que inevitablemente tendrás algo que te una a mí para siempre—

—¡Por eso mismo quería abortar al cachorro! No quiero estar contigo ni tener este bebé por obligación, yo no lo planee y no quiero que en un futuro el bebé...— se queda callado y parece analizar lo que iba a decir — Sólo olvídalo y entiende que yo no quiero nada de esto—

—No, tú entiende que no te estoy obligando a qué te quedes conmigo y mucho menos a qué ames al bebé, yo lo único que busco es que mi cachorro nazca porque él no tiene la culpa de nada, tan sólo te pido que lo lleves en tu vientre hasta que él decida salir al mundo, una vez que nazca tú podrás seguir tu vida como sin nada, yo me haré cargo del bebé y me encargaré de cuidarlo y darle todo mi amor—

Él parece al fin comprender mis palabras, suelta un sonoro suspiro para después asentir con su cabeza.

—Está bien, tendré al cachorro y me cuídare para llevar un embarazo sin complicaciones pero una vez que el bebé nazca tú te quedarás con él y yo me iré, además de que tendrás que prometerme que nunca más volveré a verlos—

Yo asiento rápidamente completamente feliz, va a tener a mi hijo y es lo único que importa.

—Te lo prometo—

ResponsabilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora