Responsabilidad

Treinta y ocho

-Narrador.

Los cálidos brazos que se aferran a su cuerpo de una manera desesperada y ese embriagante y dulce aroma que por años rondó en su mente ocasionan que una extraña corriente recorra su cuerpo entero y su alfa interno comience a rasgar en su interior desesperado por tratar de proteger al omega que, destrozado, no hace más que dejarse cuidar por el menor y el alfa de este que no parece estar interesado en nada más que en proteger a su progenitor.

El alfa de Emilio admira orgulloso la escena conteniendo en lo más profundo de su ser los pequeños celos que le ocasiona el presenciar como el alfa de su cachorro trata de calmar a su omega con sus feromonas, sabe que no es el momento más adecuado para protestar así que simplemente lo deja ser -después de todo él no puede acercarse a hacerlo ya que corre el riesgo de ser rechazado por el omega- además de que internamente está contento por la escena que presencia. Él está plenamente conciente de que el instinto protector de los cachorros alfas tiende a activarse de manera involuntaria cuando perciben que sus padres o madres omegas necesitan de su protección y en este momento lo que Joaquín más necesita es sentirse protegido por su alfa -porque a pesar de todo, los instintos no cambian y su omega también reconoce al alfa de su cachorro como suyo-.

-No llores- susurra contra el oído del omega -Toda la culpa es de ese maldito y tu madre, no tienes porque sentirte culpable de nada... Esos malditos son los únicos responsables pues abusaron de tu integridad de una manera cruel- afirma separándose ligeramente del mayor para limpiar sus lágrimas -Conforme a mí no te preocupes, yo no estoy molesto contigo ni te guardo ningún rencor. Todo está bien entre nosotros, yo estoy muy feliz pues al fin pude conocerte. Desde hace años desee saber quién era la persona que me dió a luz... y no sabes lo contento que me pone el que seas tú. Mi alfa está que salta de la emoción pues al fin a descubierto quién es el dueño de ese dulce aroma que nos ha resguardado desde que tenemos memoria, ese delicioso aroma que nos hace sentir protegidos y en casa.Tu aroma, el aroma de nuestro padre omega- finaliza envolviendo nuevamente al mayor en un abrazo.

-Hey, Joaquín- susurra el alfa mayor acercándose a ambos mientras su mano se posa de manera cuidadosa en el hombro del castaño -Perdóname, estoy consiente de que en el tiempo que estuviste conmigo también sufriste, yo te obligue a realizar cosas que no querías sin detenerme a pensar en el daño que tal vez podría causarte, desconfíe de tí decenas de veces y creí en personas que no valían la pena... cambié todo tu entorno a mi antojo sin tomar en cuenta tus necesidades y tus deseos... Perdóname, fuí un inútil contigo-

-Emilio no lo hagas, por favor. No te disculpes conmigo- pide dirigiendo su mirada al rizado que se encuentra frente a él -Me haces sentir aún peor... el que Leo me perdone así sin más me frustra y que tú vengas a disculparte conmigo cuando yo fuí quién cometió más errores me hace sentir muy mal. Yo fuí quién no afrontó las consecuencias de nuestras acciones y abandoné a nuestro bebé, me mudé a otro país y nunca intente acercarme a Leo de una manera directa, seguí con mi vida aún sabiendo que tenía una responsabilidad muy grande la cual no estaba cumpliendo, fuí y soy un asco de persona... No merezco que Leo me perdone y mucho menos que tú te rebajes a pedirme una disculpa, en todo caso yo soy quien tiene que disculparse-

-Joaquín sólo acepta mis disculpas, tú eres consiente de que cometí muchos errores y llegué a ser injusto contigo... ambos tenemos razones de sobra que nos obligan a pedir disculpas, ambos cometimos errores y ambos queremos repararlos pero para ello necesitamos dar el primer paso que es aceptar nuestros errores y tal vez después podríamos hablar sobre que nos llevó a equivocarnos para no repetirlos en el futuro, hay muchas cosas que quiero decirte y estoy seguro de que tú te encuentras en las mismas condiciones ¿Verdad?- el omega asiente afirmando que aún existen algunos temas pendientes entre ellos, los cuales ninguno de los dos desea discutir frente al adolescente -Por ahora sólo acepta mis disculpas, después podré confirmarte mis motivos para disculparme- Joaquín realiza nuevamente un movimiento afirmativo con su cabeza dando a entender al alfa que ha aceptado sus disculpas.

Alrededor de unos cinco minutos después Leonardo se aleja repentinamente del castaño dejando a este último con un leve sentimiento de culpa al haber perdido de manera tan abrupta a su cachorro, el adolescente clava su vista en la contraria detallando de manera detenida los ojos del omega. Tanto Joaquín como Emilio se percatan inmediatamente del cambio en el aroma de su hijo el cual de un momento a otro se torno un poco más amargo como consecuencia del revoltijo mental que el adolescente tenía debido a las dudas que comienzan a rondar por su cabeza, ambos adultos intercambian miradas confusas ante el rostro inexpresivo del chico el cual se encuentra debatiendo internamente si es menor el exponer sus cuestionamientos o guardarlos para sí mismo negándose las posibles respuestas a ellos.

-¿Y... Qué planeas hacer después de esto?- pregunta el alfa menor con cierto toque de miedo en su voz.

Lo admite sin pena alguna. El pensar que el omega pueda volver a separarse de él le genera una gran angustia pues después de tantos años él anhela obtener todo el amor y cuidados que le hicieron falta.

-Yo... yo quiero mantenerme en contacto contigo aún después de esto- asegura tomando la mano del joven entre las suyas -No merezco que perdones de manera tan fácil el que haya estado ausente y te haya abandonado... Quiero estar a tu lado y ganarme tu perdón, deseo quedarme a tu lado para remediar mis acciones y compensar estos años de ausencia, quiero conocerte, saber que te gusta, cómo eres, cómo te sientes, quiero ganarme tu confianza y tal vez tu amor... obviamente eso depende de ti y de tu padre, tampoco quiero obligarte a que me aceptes si no te sientes cómodo-

-¡No! ¡Yo quiero que te quedes a mi lado!- grita sorprendiendo ambos adultos -No sabes lo difícil que ha sido para mí el no tenerte cerca... Sé que mi papá se ha esforzado mucho durante todos estos años para que nunca me faltará nada y también soy consciente de que me ha dado todo su amor sin reparo alguno durante todos estos años, pero aún así había momentos en los que anhelaba sentir tu protección, tu cariño, de pequeño anhelaba tener el cariño de mi madre, quería saber que se sentía ser mimado y consentido como mi compañeros de colegio, quería tener a alguien que me tratara con el mismo cariño y delicadeza con el que los padres y madres omegas de mis compañeros lo hacían. Mi papá era muy estricto conmigo y casi nunca me demostraba afecto, era extremadamente raro para mí el recibir un abrazo o algo así de su parte... hubo muchas ocasiones en las que me cuestione si realmente él me amaba- admite en voz baja desviando la mirada al suelo.

-Yo... también quiero que me perdones por ello, Leo- pide el alfa tomando a su hijo por los hombros conectando su mirada con la de su cachorro -El error más grande que cometí en mi vida fue haberte dejado de lado, nunca me voy a perdonar el haberte abandonado con las niñeras o secretarias, el haber hecho invisible tu existencia... el trabajo me agobiaba tanto que nunca tenía tiempo para nada más, me perdí todos los momentos importantes de tu vida y fui un pésimo padre... fuí egoísta y lo admito... Yo también quiero remediar mis errores y lograr tener una buena relación contigo como siempre debió ser-

-¡Es más que obvio que ambos tienen mi perdón!- expresa, lentamente leves sollozos comienzan a escucharse haciendo que tanto él alfa como el omega abracen al adolescente y comiencen a liberar sus respectivas feromonas para calmarlo -Yo siempre quise tener a mis padres a mi lado... sería estúpido de mi parte desaprovechar esta oportunidad y ponerme de orgulloso o exigente... Sólo quiero que ambos se queden a mi lado y me den todo su amor-

-Te prometemos que lo haremos- recitan ambos al mismo tiempo.

Los tres se separan minutos después para continuar con su caminata por el bello jardín. Se pierden entre los árboles y miles de flores que ahí se encuentran, hermosos paisajes que les provocan una grata paz al verlos, aún si en sus mentes todavía existen preguntas o dudas sin respuestas ninguno intenta expresarlas por temor a terminar con ese cálido ambiente que los envuelve y hace sentir ese amor que por años tanto desearon.