-Joaquín Bondoni.
Me encuentro sentado en una de las bancas de la cafetería terminado mis tareas al mismo tiempo que aprovecho para tomar un pequeño refrigerio, en realidad no he desayunado nada y el único alimento que mi estómago ha recibido son unas galletas que Emilio me dió cuando veníamos hacía la preparatoria las cuáles no son suficientes para calmar mi hambre y la del bebé que crece dentro de mí. Una sonrisa escapa de mis labios cuando termino de copiar la última gráfica en mi cuaderno, decidí aprovechar la hora que tenía libre para comer algo y realizar algunas tareas que me habían dejado los maestros de las clases anteriores así me quito esos pendientes de encima. Tomo una pequeña porción de fruta llevándola a mi boca para comerla, algo de lo que inmediatamente me arrepiento pues los malditos malestares vuelven a hacerse presentes y el asco rápidamente se instala en mi estómago ocasionado que las náuseas comiencen a hacerse presentes.
—¡Joaquín!— esa voz, Emilio me llama y antes de que pueda voltear siento sus brazos alrededor de mi cuello y, de manera increíble, al sentir su aroma los malestares estomacales parecen comenzar a calmarse hasta que las ganas de vomitar se van y el asco desaparece.
—Te voy a dar cinco segundos para que te alejes de mí— le hago saber tratando de quitar sus brazos.
—¿Sabes algo? El día que te vea feliz te juro que me aviento del último piso de la empresa de mi padre— dice sentándose frente a mí y abriendo su mochila.
—¿En serio? Casualmente en estos momentos soy sumamente feliz— respondo fingiendo una sonrisa al mismo tiempo que cierro mi laptop — ¿Podrías hacerlo de una vez? No es necesario ir hasta la empresa de tu papá, puedes hacerlo aquí mismo, desde el tercer piso— digo apuntando el edificio tras de mí.
El comienza a reír estruendosamente ocasionando que todos los estudiantes que se encuentran en la cafetería nos miren, aunque en realidad me he dado cuenta que siempre miran a Emilio prestándole una gran atención y como el día de hoy ha estado demasiado pegado a mí tengo que aguantar aún más miradas sobre mí.
—Ay Joaquín, en realidad no sé que voy a hacer contigo— dice sacando una caja de chocolates de su mochila —Toma— agarra mi mano dejando la caja en ella —Los compré y pensé que podrían gustarte—
—Lo siento pero no me gustan los dulces— dejo la caja sobre la mesa —Y no seas mentiroso, yo mismo ví cuando una chica te los daba— él sonríe dejando los chocolates de lado.
—Ups, me descubriste— ríe tomando su botella de agua.
—Agh, no te soporto, en serio—
Él ya no dice nada y sólo sonríe levemente jugando con la botella de agua que tiene entre sus manos, sinceramente no me importa si mis palabras lo hirieron o algo por el estilo, ya había hablado con él y le había pedido que no se me acercara mientras estuviéramos en la escuela, bastante tenía con los estúpidos chismes que me rodeaban como para que comenzaran a crear más al verme con Emilio.
—¡EMI!— una chica de largos cabellos grita desde la entrada de la cafetería, Emilio voltea y cuando menos me lo espero ella y otra chica que no sé de donde salió ya están sentadas junto a Emilio.
—Hola... Kelly— él saluda incómodo quitando los brazos de la chica de su cuello, para que vea lo que se siente —¿Qué necesitas?—
—Llevo buscándote desde la mañana, ¿Recibiste mi regalo?— pregunta acariciando la mano de Emilio —
—¿Tu regalo?... Ah sí, los chocolates— suelto una pequeña risa tomando mi jugo y acomodándome en mi silla —
De manera inevitable suelto una baja risa al mismo tiempo que me divierto con el espectáculo que la chica y Emilio me están dando sin pensarlo, la otra chica sólo se mantiene callada viéndome de reojo, analizándome igual a como lo hizo la madre de Emilio, levanto mi mano saludándola y ella sólo voltea la cara concentrándose en la tal Kelly.
—¿Estaban ricos? Fuí a la mejor chocolatería artesanal de la cuidad y esos fueron los que me recomendaron— nuevamente toma la mano de Emilio quién trata de volver a quitarla como lo hizo anteriormente —Tienen un poquito de vino pero eso es lo que los hace deliciosos—
—Ah sí... Es que yo no tomo alcohol, no me gusta, lo siento—
—¿Qué? Ay no, perdóname Emi, te juro que yo no lo sabía, perdóname, mañana traeré otros sin vino, enserio perdón—
—No es necesario, además no puedo comer demasiado chocolate, no quiero que mi madre me mate—
—Entonces...— ella deja de hablar al ver las señas que su amiga le hace —Ay no, no, no, no, vámonos Karina, rápido—
Volteo hacia donde ellas miran totalmente asustadas encontrándome con un alfa un poco más alto que Emilio que se acerca totalmente enojado a la mesa donde estamos. Emilio se levanta rápidamente alejándose de la chica y colocándose a un lado mío.
—¡TÚ!— grita el otro alfa viendo a Emilio —
—¿Qué chingados está pasando?— pregunta pero antes de que Emilio conteste el otro alfa lo toma del brazo logrando apartarlo de mi lado.
—¡Te dije que no te quería volver a ver cerca de MI novia! ¡¿No te quedó claro?!—
El alfa le da un pequeño empujón a Emilio ocasionando que este retroceda unos pasos, conociendo como es sé que no va a hacer nada más que dejar hacerse, el chico vuelve a empujarlo y Emilio nuevamente retrocede, ocasionando que mi omega comience a enojarse y empiece a hablarme.
"¿Te vas a quedar viendo?"
"Mientras no haya golpes ni sangre... Creo que sí, es divertido"
"Haz algo en este mismo momento si no quieres que yo tome el control de tu cuerpo... El bebé y yo estamos molestos por ver como están tratando a mi alfa y a su padre"
"Ni se te ocurra tomar el control... Detendré esto pero si comienzan a golpearse y me toca un golpe te juro que se lo devuelvo a Emilio"
"¿Y a él por qué?"
"Porque si me meto va a ser para defenderlo a él"
Corto la comunicación con mi omega acercándome a Emilio y al otro alfa. Me pongo en medio de los dos pegando mi espalda al pecho de Emilio para después tomar su mano y ponerla sobre mi vientre, puede que en un futuro me arrepienta de lo que voy a hacer pero de todas formas terminarán enterándose. El alfa retrocede un poco viéndonos confundido.
—Controla a la perrita de tu novia —digo acariciando la mano de Emilio que reposa sobre mi vientre —No quiero que vuelva a acercarse a mi novio y mucho menos que siga de ofrecida, ya me harté de ella y si no la controlas te juro que no respondo. Y tú...— dirijo mi mirada hacia ella —Deja de traerle tus estúpidos regalos a mi novio, quiero que desde ahora te metas en la cabeza que Emilio es mío y no pienso compartirlo contigo— digo acariciando la mejilla de Emilio y dejando un beso en ella.
—Joa...— Emilio susurra en mi oído.
—Y para que les quede claro a todos y todas, Emilio es mío y no quiero que nadie se le acerque con otras intenciones— digo viendo a cada uno de los chismosos que están a nuestro alrededor —No voy a tener consideración con aquellas personas que anden de resbalosas con el padre de mi hijo— finalizo volteando para quedar frente a frente con Emilio.
Lo tomo por las mejillas acercándolo a mí para juntar nuestros labios y comenzar a besarlo. Cuando nos separamos todos nos siguen viendo, algunos asombrados y otros con molestia pero sinceramente no me importa, tomo mis cosas y las de Emilio para después sacarlo de la cafetería.
Lo que uno tiene que hacer con tal de que su lobo no cumpla sus amenazas.
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Responsabilidad
Fanfic"Liberarse de las obligaciones descargándolas en otras personas, es un acto irresponsable"