Capitulo 1

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Capitulo N°1

El teléfono empezó a sonar cuando Sakura, después de dejar a los mellizos acostados, bajaba las escaleras. Maldijo entre dientes, se colocó sobre la cadera al pequeño Itachi y bajó apresuradamente los últimos escalones para descolgar el teléfono del recibidor. Se detuvo paralizada al verse reflejada en el espejo que había sobre la mesita del teléfono.

«¡Dios mío, estás hecha un desastre!», se dijo con desconsuelo. El pelo, de un rosa brillante y recogido en un moño medio despeinado, estaba húmedo y le caía sobre la frente. Tenía las mejillas coloradas y la camisa azul claro mojada en varios sitios, allí donde sus tres hijos, a los que acababa de bañar, la habían salpicado. Itachi empeoraba el aspecto de su madre todavía más tirando de los botones de su camisa, esforzándose por descubrir uno de sus pechos. Si ya normalmente era un niño inquieto, en aquellos momentos estaba, además, cansado e impaciente.

-No -le dijo Sakura con dulzura pero con firmeza, quitándole la mano de la camisa- Espera.

Besó su cabecita y descolgó el teléfono, sin dejar de fruncir el ceño ante lo que veía en el espejo;

-¿Diga? -dijo distraídamente, sin darse cuenta de la pequeña pausa que hizo la otra persona antes de responder.

-¿Sakura? Soy Karin.

-¡Hola, Karin!

Sakura hizo un gesto de sorpresa y se relajó al escuchar a su amiga, y, al hacerlo, se dio cuenta de que, hasta ese momento, había estado muy tensa, lo que hizo que volviera a ponerse tensa de nuevo. Estaba perpleja, últimamente, se había sorprendido muy tensa demasiadas veces.

-¡Itachi, por favor! ¡Espera!

El niño gruñó y ella, en broma, le devolvió otro gruñido. En sus ojos jades se reflejaba todo el amor y la alegría que sentía por su hijo. Era el más exigente de sus hijos y el de peor carácter, pero lo quería tanto como a los gemelos. ¿Cómo no iba a quererlo si tenía los mismos ojos negros de su padre?

-¿Todavía no has acostado a esos mocosos? -dijo karin con un suspiro.

No se molestaba en ocultar que, para ella, los niños eran un incordio. Aunque era el modelo de mujer triunfadora, no tenía tiempo para los niños. Era alta y pelirroja, y su vida transcurría en un nivel muy diferente al de Sakura. Karin era la sofisticada mujer de mundo, mientras que Sakura era la abnegada ama de casa y madre de familia.

Pero era la mejor amiga de sakura. En realidad, era la única amiga que sakura había conservado desde los tiempos del instituto. La única que vivía en Tokio, como Sasuke y ella. Las demás, por lo que ella sabía, seguían viviendo en Konoha.

-Dos ya están en la cama y uno está a punto -dijo sakura-. Itachi tiene hambre y está impaciente.

-¿Y Sasuke? ¿Todavía no ha llegado?

Sakura detectó el tono de desaprobación de su amiga y sonrió. A karin no le gustaba sasuke. Saltaban chispas entre ellos cada vez que se veían.

-No -respondió sakura, y añadió con cierta tristeza-: así que puedes meterte con él cuanto quieras, que no te va a oír.

En realidad, era una vieja broma entre las dos amigas.

Sakura nunca se había molestado porque Karin le manifestara su opinión acerca de Sasuke. Siempre había permitido que le dijera a ella lo que no se atrevía a decirle a Sasuke a la cara. Pero, aquella vez, un extraño silencio siguió su comentario.

-¿Ocurre algo? - le preguntó a Karin.

-Maldita sea - dijo Karin  entre dientes - Sí, la verdad es que sí. Escúchame, Sakura. No me siento muy mal por hacer esto, pero tienes derecho a...

Mi Marido InfielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora