La madre de Sasuke empezó a pasar más tiempo con Sakura. No mencionaba el domingo que su nuera había pasado en el centro de Tokio, pero el hecho estaba allí, aguardando tras sus cuidadosos gestos, tras la cautela con que abordaba ciertas conversaciones.
Mikoto Uchiha estaba orgullosa de su hijo. Era un hombre que se había hecho a sí mismo, que había triunfado a pesar de las dificultades. Pero no estaba ciega ante lo que la tentación podía suponer para un hombre del calibre de Sasuke. Era un hombre perspicaz, inteligente y lleno de vida. Con treinta y dos años, ya era respetado en la comunidad de ejecutivos.
La profunda mirada de sus ojos negros y su habilidad para hacer dinero donde no lo había, lo hacían muy interesante para las mujeres. Y, aunque nadie le había dicho nada de por qué el matrimonio de su hijo atravesaba por tiempos difíciles, Mikoto no era tonta y tenía una idea bastante acertada de la verdad. Así que decidió pasar más tiempo con Sakura, para ofrecerle su apoyo moral. Sakura, se lo agradecía, porque había llegado a la dolorosa conclusión de que, en el mundo extraño en el que había empezado a vivir, ella era su única amiga.
Se sentía decepcionada consigo misma por haberse dejado llevar hasta convertirse en una persona vacía. Su hogar, que antaño era su orgullo y su gozo, se había convertido en continuo objeto de sus críticas. Podía ser un buen lugar para ella, pero no para Sasuke. Su avance en la vida merecía una casa mayor, una que reflejara sus éxitos. Sakura no dejaba de atormentarse recordando las muchas veces que Sasuke le había comentado que quería mudarse a una casa más grande, mejor. Tal como había empezado a considerarlo últimamente, lo comprendía perfectamente. No había duda de por qué no había llevado a aquella casa a ninguno de sus amigos: debía avergonzarse de su hogar.
Pero Sakura también se sentía furiosa con su marido por no abrirle las puertas de su mundo. Tal vez fuera culpable por permanecer ciega a lo mucho que él había cambiado, pero él tenía parte de culpa por esconderla, como si fuera un incómodo secreto que no convenía a su imagen de triunfador.
La ira se convirtió en resentimiento y el resentimiento en una inquietud que la hacía irritable e impaciente, hasta el punto de que hasta sus hijos estaban alerta para evitar sus reacciones intempestivas.
«¿Quién eres, Sakura?», se preguntó una noche que Sasuke volvía tarde del trabajo, después de muchas semanas en que había vuelto a las seis y media en punto. La tardanza de su marido aumentaba su inquietud. Necesitaba que Sasuke estuviera allí para experimentar cierta paz.
«No puedes echarle a Sasuke la culpa de todo», se decía. «Has vivido en una nube, tan encerrada en tu pequeño mundo que ni siquiera te has preguntado cómo era el de tu marido. Sabías que acudía a muchas comidas de negocios, que tenia que moverse en ciertos círculos si quería estar al día, pero no te preguntaste si debías preocuparte por entrar con él en ese mundo, ni siquiera te preocupaste de escucharlo y apoyarlo.»
Se dio cuenta de que ni siquiera sabía que la compra de Harvey's se había consumado hasta que Karin se lo dijo. Aún más, sólo se enteró de que quería comprar Harvey's cuando la madre de Sasuke salió en su defensa una noche que ella se quejaba de que volvía demasiado tarde a casa.
-¡Está ocupado con la compra de Harvey's!- había exclamado molesta- ¿No te das cuenta de que es muy importante que consiga ese negocio?
La verdad era que no podía darse cuenta, porque no sabía de su existencia, pero lo más triste era que todavía no se había preocupado de averiguarlo. ¿Qué futuro tenía un matrimonio que no compartía más que una casa, una cama y tres hijos?
-Ni siquiera soy guapa- dijo con un suspiro, mirándose al espejo una mañana.
«Al menos, no en el sentido clásico, supongo», se dijo sin dejar de mirarse al espejo. «Mi figura no está mal, sobre todo teniendo en cuenta que he tenido tres hijos. Tengo unas piernas bonitas, pero no tengo una cara que llame la atención. No es la cara que se espera de la mujer de Sasuke Uchiha. Tengo la frente demasiado grande y la nariz demasiado pequeña, la boca no está mal, pero mi mirada es demasiado vulnerable.»
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Mi Marido Infiel
FanficEsta es una adaptación No soy la creadora Solo la adapto a la pareja del Sasusaku Mientras disfruten de esta historia Todos los créditos a sus correspondientes autores