Cachitos

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尺のイの

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14 Capítulo

...

Ryu no estaba cerca, de echo estaba muy, muy lejos de allí custodiando su montaña, donde acababa de matar a un familiar, un niño pequeño al que Naoko había cogido mucho cariño. El pobre no tendría que haber muerto, que ser asesinado, Naoko seguía creyendo fielmente que todos cometen errores, la familia, los demonios y humanos.

Su corazón estaba siendo reducido a cachitos, no soportaba verlos tristes, siendo torturados y con claro temor. Muchas veces ella asumía los fallos de los demás, pero seguía siendo asesinados y nuevamente reemplazados.

Naoko ya no podía aguantarse esperando los días en donde Muzan se la llevaba y ella se alejaba de todo aquel sufrimiento solo deseando que su amiga, o madre o lo que fuera no fuese cruelmente asesinada. Por fín ese día había llegado

No más saber que Muzan la recogía arregló su Kimono, peinó un poco su cabello y corrió por el monte tratando de encontrar a Muzan. Allí se encontraba, frente a su hermano, se le hacía raro pensar en el así, pero bueno, el la había salvado, no había otra manera. Muzan iba tan impecable como de costumbre, Su vestimenta era completamente roja, salvo unos zapatos negros y la camisa de dentro del chaleco de igual color. 

Con 11 años viajó por segunda vez con ese hombre vestido de rojo, ella lo llamaba todavía Muzan, pese a que al conocer a la mujer de la flauta le repitiera que era su padre. No conseguía hacerla entrar en razón. 

Mientras Naoko jugaba con uno de los niños en la niebla Muzan comentó eso con Chiasa.

 — Pero Kibutsuji, tienes que darle más cariño a la niña —Comenzó a reír la mujer mientras acicalaba el pelo de una nueva niña, rodeada de niebla la niña apenas tenía consciencia como todos los de allí. 

Naoko a su corta edad entendía esto, había aprendido a tocar una canción icluso y los efectos que causaban. Si los niños no estaban metidos en la niebla recordaban a sus padres y comenzaban a llorar aterrorizados, Chiasa tocaba una melodía especial ante esto, para que quedaran dormidos hasta que ella volviera a invocar la niebla. Noako jugaba allí casi a ciegas, lo que le hizo ganar bastante agilidad. Los niño sonreían, pero su mirada estaba constantemente vacía, les hacía falta algo y eran sus verdaderos recuerdos. Pese a que la pequeña eteeocromatica les preguntaran sobre sus otras vidas solo respondían:

 Mi única vida es junto a mi hermanos, hermanas y madre.

Kibutsuji hizo caso a las palabras de la mujer, si la había visto controlar a todos esos niños pese a no estar bajo su magia de sangre entonces seguramente serviría con ella. 

En el porche de la casa Nezuko hacía coronas de flores con las que había logrado recoger ese día. Chiasa estaba dormida dentro de la casa refugiada de la luz, pero esa niña podía corretear por el campo y no ser al instantáneamente abrasada, tenía que tomar muchos descansos y normalmente luego su cuerpo dolía. Muzan abrió la puerta y todavía protegido por el techo del porche se sentó a su lado.

— ¿Muzan? —La pequeña lo miró. El no replicó nada sobre llamarlo padre.— ¡Mire! Daru me ha enseñado a hacer coronas de flores. —La pequeña Naoko con una sonrisa de oreja a oreja se levantó podiendo quedar más alta que Muzan que se encontraba todavía sentado. Le colocó la guirnalda y soltó una risilla orgullosa. Si no fuera por Chiasa y sus palabras la corona estaría destrozada.— ¡Pareces un verdadero rey Papá! 

°°Pecado en la sangre°° Inosuke x OC KNY Demon SlayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora