4: Erick

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Apreto mis labios fuertemente mientras niego con mi cabeza y mis brazos están cruzados.

—Yo no voy a besar a esa cosa —protesto señalando a Joel.

—Ustedes pusieron la penitencia, no pueden negarse —reclama Zabdiel.

Y Chris ríe tapando su boca para que no me enoje.

Joel solo cubre su cara con ambas manos mientras balbucea algo intendible.

—Besense ya.

—Chris... —llamo su atención para que me ayude.

—Una apuesta es una apuesta —se limita a decir el mal amigo.

—¡Diosito ya llévame! —grito dramáticamente mirando al cielo y levantando mis brazos.

De repente siento como alguien me sujeta de los hombros.

Es Joel. Me mira fijamente antes de hablar.

—Vamos a hacerlo, así que cállate.

—¡No! —lloriqueo tratando de zafarme de su agarre.

—Era una apuesta, Erick —dice casi en un murmullo —y siempre puede haber otra.

Comprendo a lo que se refiere.

Pero eso no quita que no quiera hacer esto.

—¿Será rápido? —pregunto solamente para convencerme a mí mismo de hacerlo.

Él asiente.

Suspiro antes de acercarme un poco más y veo como sus labios tiemblan.

Joel acerca su rostro también y cierro mis ojos fuertemente antes de que suceda el desastre.

Solo un segundo.

Sus labios sobre los míos duraron solo un segundo.

Y sentí como azúcar, ¿es normal?

—¡Ya está! —dice él cómo si se hubiera librado de algo terrible.

—No, no ,no —niegan al unisono Chris y Zab —dijeron que sería un beso real, no un piquito.

—Por favor...

—Debe ser un beso de verdad, con todo lo que incluye, saliva, lengua, mordida —explica Zabdiel y comienza a reír.

Me sonrojo al instante de solo imaginarlo y cuando veo a Joel, él está igual.

—Fue suficiente castigo, tengan piedad —suplica como si estuviera muriendo y yo ruedo los ojos.

—No te imaginas cuántos chicos de la escuela desearían besarme —presumo porque es verdad.

—Pero yo no soy gay —aclara caminando para estar frente a mí otra vez.

—Y yo tampoco.

—Tranquilos —interviene Christopher —digamos que nadie es gay aquí —ríe bajito —Es solo un beso que no definirá la orientación sexual de nadie.

—Yo lo entiendo, pero díselo al señor heterosexual —me burlo —¿Tiene miedo de que le guste y volverse gay?

—Un gay no se hace —dice obvio —y aunque así lo fuera, ¿crees que un beso tuyo volvería a alguien adicto?

—¿Quieres apostar?

Joel solo ríe demasiado exagerado antes de sujetarme de la nuca y unir nuestros labios, otra vez.

Y esta vez es diferente, mucho más duradero.

Él mueve sus labios muy bien y yo le permito que explore cada centímetro de mi boca.

Esta vez cierro mis ojos porque me siento ido, en otro universo.

Y también me permito explorar su boca.

Jamás creí sentir esas pequeñas explosiones en mi interior con solo un beso.

Un beso más dulce que cualquier caramelo o kilos y kilos de azúcar.

No se podrían imaginar, pero aquel día me fundí con Joel en aquel beso. Era capaz de vender todo lo que tenía, mi casa, mi ropa, mi celular y a mi mismo, con tal de que volviera a besarme.

Pero él simplemente se separó y respiró hondo.

Un largo y profundo silencio nos inundó y no fuimos capaz de mirarnos.

Al contrario Chris y Zabdiel no dejaban de mirarnos sin siquiera parpadear.

Mi amigo carraspeó un poco —Woow... —solo pudo decir eso.

—Pensé que no querían hacerlo, pero ¡boom! Se besaron mucho más que un minuto —soltó el rubio sin poder guardarse su comentario.

—Ya cumplimos así que podemos apostar otra vez —propuso Joel y yo asentí. Necesitaba vengarme.

Y no es necesario contar lo siguiente porque... Volvimos a perder. No una, dos o cinco veces.

Así empezó la adicción.

Kisses Candies ♡Joerick♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora