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Dasy, mi gallina 2 (Géminis x Sagitario)

Dasy, mi gallina - Parte 2

Géminis Mujer y Sagitario Hombre

Diez minutos después, Géminis se encontraba sentada en el asiento del copiloto de una camioneta que podrías escuchar desde muy lejos, el traqueteo y movimiento incesante del vehículo le hacía creer que estaba más cerca de la muerta que de lograr llegar a su tan ansiado destino. Pero debía ser optimista, al menos la dueña del vehículo era optimista.

Y es que la única persona que pudo compadecerse de ella, fue una señora que venía a la ciudad para entregarle algunas gallinas a su hija como regalo por haberse casado. Claro, Géminis no se quejó e incluso buscó mantener una conversación agradable con ella en todo momento para que la mujer no pensará que se aprovechaba de su gentileza, aunque sí se estaba aprovechando de su gentileza, pero la mujer debía creer que no.

Géminis casi llora de alegría cuando la respuesta a su pregunta de a dónde se dirigía era muy cerca del edificio donde se concretaría su reunión con su supuesto futuro jefe. Ella ya no sentía que la mala suerte era su segunda piel. Claro que el alivio duro el tiempo que le toco subir al vehículo, colocarse el cinturón de seguridad y aspirar el aire notado el olor a popo de gallina, y creer entender que la señora solo un poco más de edad que la camioneta.

Fue cuando llegaron a su destino y que la señora la entregó una jaula con una de las gallinas, según ella su hija no iba a necesitar tantas gallinas, e insistió tanto que Géminis tuvo que aceptar a la gallina. Camino las cuadras que le faltaban para llegar al edificio con su bolso atascado entre su brazo y su cuerpo, mientras su mano derecha sujetaba la jaula y la mano izquierda le tecleaba a Acuario que estaba a punto de llegar.

Cuarenta minutos tarde, pero estaba llegando. Su secretaria le había informado que el hombre había llegado diez minutos tarde por tráfico, y que mientras todos se agrupaban en la sala de juntas, habían tardado otros diez minutos, lo que le daba veinte minutos de ventaja. Sin embargo, a pesar de haber empezado la reunión desde otros sectores y no comenzar por el suyo, se iba a notar su ausencia. Pero no le importaba, sentía que había atravesado una odisea desde la mañana y no la iba a detener nadie de llegar a esa reunión y hacer su presentación.

Presentación que le había sacado desde canas verdes hasta nudos en su cuello, sus ojos parecían haber perdido visión en los últimos meses y había perdido peso mientras se estresaba. Amaba su trabajo, pero ni siquiera el enorme amor que tenía por él iba a impedir que tenga estrés.

Cuando llegó al edificio, Acuario estaba en la puerta esperándola, la mujer lucía inquieta y nerviosa, claramente su pedido de retrasar lo inevitable no había salido tan bien.

—¡Al fin Géminis! Tuve que usar todos mis trucos para que la reunión no comenzara, pero al final fui echada de la sala, así que ya comenzó —informó Acuario mientras ambas se adentraban al edificio y caminaban directamente hacia los ascensores para subir hasta la sala de reuniones.

—Gracias Acuario, en serio, este día no salió como esperaba desde que abrí los ojos —comentó Géminis en un suspiro pesado. Su secretaria rodó los ojos, tal vez, y solo tal vez, no era la primera vez que ella decía aquellas palabras, ambas se mantuvieron en silencio todo el camino hacia arriba, la idea de subir por las escaleras se le cruzó por la mente, pero iba a necesitar de oxígeno una vez comenzará la presentación, así que no podía desgastarse ahora.

—Puede que el hombre este un poco muy enfadado —comentó Acuario una vez las puertas del ascensor se abrieron. La muchacha la guio hasta la sala y prácticamente la arrojo a los leones.

Bueno, al menos, al único león que quedaba en la sala casi vacía.

El hombre levantó la mirada de la carpeta provista de toda la información que se había tratado en la reunión. Los ojos verdes oliva se conectaron con unos cafés nerviosos. Géminis retrocedió un paso ante la mirada cargada de fuerza que le dedicó el hombre, este, entre divertido y enfadado se levantó de su silla y se cruzó de brazos.