Mamada (Tauro x Escorpio)

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Mamada - Parte Única

Tauro Mujer y Escorpio Hombre

Lo vi en el mismo instante en el que entro al bar. Tuve que recordarme que estaba preparando un trago para un cliente para volver a bajar la mirada y concentrarme en mi trabajo. No me llevó ni dos minutos mi resolución, levanté la mirada e inspeccioné el bar dos veces hasta encontrarlo en una mesa en la esquina con tres chicos más. Seguramente sus amigos.

—¡Tauro! —me llamó mi jefe, Acuario, lo miré sobre mi hombre.

—¿Qué? —pregunté mientras servía un Cosmo en una copa de cóctel, se la entregué a la cliente quien me sonrió emocionada, era su primer Cosmo, seguramente el primero de muchos.

—Cambia con Libra y sirve en las mesas —ordenó, asentí. Tomé mi libreta y lapicero que coloqué en el bolsillo de mi delantal de cadera, y agarré un trapo limpio por si me encontraba con alguna mesa por limpiar, salí de detrás de la barra no antes llevar una bandeja conmigo.

Hice una ronda de pedidos en la zona de Libra y por primera vez quise que sea la zona de la esquina, pero era de Sagitario y la chica nunca se cansaba de ser camarera, además de que se le daban fatal hacer tragos, y Acuario lo sabía muy bien. Luego volví a la barra y preparé mis pedidos mientras Libra atendía a los clientes que decidían no sentarse y quedarse a un lado de la barra, generalmente eran los solitarios, algunos venían esperanzados de no irse solos y otros venían por el mero hecho de emborracharse. El bar de Acuario era muy conocido en la zona, y los clientes eran muy variados, lo que a veces nos llevaba a tener ciertos conflictos que solucionar.

No me gustaba ser camarera, lo admito, ser barista era mucho mejor, al menos para mí. Odiaba tener que maniobrar con una bandeja llena de tragos entre personas bailando y tomado. Se sentía como una odisea llegar hasta las mesas con sus pedidos. Para cuando hice la tercera ronda, Libra volvió a cambiar conmigo. Me acomodé detrás de la barra y comencé a preparar los pedidos de Leo, quien coqueteaba con unos de los clientes solitarios.

—¡Disculpa! ¿Te puedo pedir una Mamada? —preguntó alguien a viva voz. Me di la vuelta en dirección al sonido, asombrada, hasta que recordé que se llamaba "mamada" a un tragó.

—¿¡Sólo una, guapo!? —preguntó Leo riendo.

—¡Leo! —chillé, ella soltó una carcajada mientras agarraba la bandeja con todos sus pedidos hechos.

Me dirigí hasta la esquina de donde había provenido la voz, cuando me acerqué noté que era él. Dios, la palabra "guapo" no lo definía, era hermoso.

—¿Tú querías una Mamada? —pregunté alzando una ceja e intencionalmente lamiéndome los labios. Él miro mis labios y luego me miró a los ojos asintiendo.

Me di la vuelta y comencé a prepararlo, no sabía por qué, pero mis manos temblaban ligeramente, como si estuvieran ansiosas de algo. Cuando terminé el trago se lo entregué, nuestros dedos se tocaron y supe que estaba ansiosa por tocar más que sus dedos y me quedé observando como una boba mientras se lo bebía sin quitarme los ojos de encima. Tragué saliva y me volví a concentrar en el trabajo, es mejor concentrarme en otra cosa que en un chico. Yo no era como Leo, o Sagitario, no me acostaba con los clientes, sí, coqueteaba de vez en cuando con algunos, pero no me acostaba con ninguno.

Mi turno de hoy acababa a las doce, mucho antes de que las cosas se volvieran bulliciosas, pero mañana tenía un examen y Acuario fue considerado en cambiar mi horario. Claro, que ahora tendría que dejar a Libra a cargo de la barra y tendría una camarera menos. Sin embargo, todas estuvieron de acuerdo.

Get Wild #Zodiaco #EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora