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Lo sabía (Géminis x Escorpio)

Lo sabía - Parte Única

Géminis Mujer y Escorpio Hombre

Nos habíamos conocido hace dos años en una reunión con amigos en común. Al principio ella no me gustaba, era todo lo que yo no quería en una mujer; era complicada, altanera, sarcástica, molesta, orgullosa, terca, muy terca, nunca sabía con qué humor estaba. Siempre discutíamos, nos veíamos y era como si no existiera nada más, cada comentario, acción o mirada estaba destinada a molestar al otro. Luego, una noche, estábamos tan borrachos que nos olvidamos que nos odiábamos y dormimos juntos.

Al otro día no se quedó a desayunar y cuando nos volvimos a ver discutimos incluso más que lo normal, pero volvimos a dormir juntos. Pronto se volvió un ciclo sin fin, ni siquiera nos excusábamos con el alcohol, a veces yo iba a ella o ella venía a mí, pero siempre terminábamos en la cama. Poco a poco, no solo el sexo estuvo involucrado, comenzamos a hablar, hablar sin discutir, a conocernos, conversábamos de nuestras viejas heridas y las nuevas, de nuestra familia y trabajo, pasábamos horas hablando y teniendo relaciones.

Pero no éramos nada. No había termino que nos definiera, no había una etiqueta, y aunque siempre creí que no las necesitaba, tampoco me hacía sentir menos intranquilo sin ellas. Quería saber si ella me quería como yo la quería. Definitivamente no quería a otra mujer en mi vida en un largo tiempo además de ella.

Y ahora estaba aquí, vistiéndose luego de unas rondas de sexo en la cama, había pedido una pizza para comer y estaba por llegar.

—¿Qué somos? —pregunté mientras me colocaba unos pantalones para deporte. Géminis detuvo sus movimientos y me miro.

—¿Disculpa?

—¿Qué somos Géminis? —pregunté, ella hizo una mueca.

—¿Humanos? —dudó. Pusé los ojos en blanco.

—Géminis.

—No entiendo a qué te refieres Escorpio —habló enderezándose, estaba casi seguro que estaba haciendo tiempo para encontrar una salida para escapar.

—Tú y yo, ¿qué somos? ¿Amigos con beneficio, pareja o nada? —Cuestioné cruzándome de brazos, no iba a negar que me molestaba mucho su actitud desinteresada. Ella dudó.

—No somos pareja, definitivamente no somos pareja, no te presentaría a mis padres ni en un millón de años —contestó colocando sus manos en sus caderas, ella enarcó una ceja cuando hice una mueca, sus palabras me dolieron un poco, pero me hicieron dar cuenta que quien había puesto su corazón sobre la mesa había sido yo, y a ella no le importaba.

—Entonces somos amigos con beneficios.

—Sí.

Géminis respiró hondo y me miró atentamente. Me encogí de hombros fingiendo desinterés.

—¿Te enamoraste de mí? —preguntó lentamente como si la idea todavía no fuera real en su mente.

Mi primer impulso fue negar, pero sí, me había enamorado de ella. No sabía en qué momento había pasado, hace cinco minutos ni siquiera creí que lo estaba, pero ahora, viendo como para ella no soy nada más que alguien con quien tiene sexo de vez en cuando y habla un poco de cómo fue su día, mi pecho se apretaba en protesta, como si lo hubieran pisoteado un par de veces con unas simples palabras.

—Sí —acepté.

Géminis jadeo por la sorpresa, retrocedió un paso y bajo la mirada al piso, avergonzada. Rodé los ojos.

—¡No puedes hablar en serio! —gritó. Elevé las cejas con sorpresa.

—¿Disculpa? —pregunté comenzando a molestarme, ¿quién era ella para decidir sobre mis sentimientos?