El crimen

Capitulo 2

-Pero la vieron.
-No, creo que vieron a alguien muy parecido. –Al decir eso sonó el celular de Yulia.
-Es Nicolai. Dime...(Al teléfono) Sí...¿De verdad? ¿Muy grave? ¿Agresivo? Oh...sí, yo le digo. Gracias...sí, iremos a buscarla.
-¿Qué te dijo?
-Andrei tenía muy mal el hígado.
-¿Qué tan mal?
-Cómo un alcohólico de 50 años, dice que debió de sufrir muchos dolores, se automedicaba y que podía ser muy agresivo, Debemos hablar con Elena.
-Bueno...se te cumplió el deseo.

-¿Ustedes? ¿Qué hacen aquí? ¿No creen que es muy tarde? –Preguntó Inessa quien abrió la puerta.
-Necesitamos hablar con Elena.
-Salió a tomar aire, no debe de tardar, pasen.
Yulia y Natalia se sentaron en un sofá blanco de piel, Inessa les dio té y charlaron unos minutos antes de que llegara.
-Mamá, estoy en casa. –Se escuchó.
-Aquí en la sala Lena, ven.
-¿Qué pas...Oh, ustedes.
-Necesitamos hablar. –Dijo Natalia. –Tome asiento.
-¿De qué?
-Tenemos razones para creer que usted no estuvo en el spa.
-Claro que estuve, me vieron.
-En ese caso se comportó de manera muy irresponsable al beber alcohol como lo hizo.
-Am. Este...soy alcohólica, tengo un problema.
-¿Alcohólica? ¿Elena? ¿Tú? Oh cariño, buscaremos ayuda. –Dijo su madre abrazándola.

-Buena movida para sacarse del interrogatorio. –Dijo Natalia mientras se subía al auto.
-Yo le creo. –Dijo Yulia.
-¿Sabes? No estas haciendo nada por este caso, no dijiste ninguna palabra aquí dentro.
-Tú lo tenías todo controlado.
-Claro...llévame a mi casa, tengo sueño,
ya casi es la una.
-¿Quieres compañía?
-Yulia, si no te quisiera tanto y no fueras como mi hermana y nos conociéramos desde la secundaría, ten por seguro que ya te habría golpeado.
Natalia tenía razón, Yulia la dejó en su casa y se fue a la suya.
-¿Qué me pasa? –Se preguntó metida en la tina. –Ay Lena, Len Lenita, Elena, Oh, no debo ser ridícula, es viuda y está embarazada, está triste.
Al día siguiente pasó por Natalia, el color morado abundaba en ella, como ya era costumbre, se veía muy bien.
-Mejor tómame una foto. –Le dijo al ver que estaba embobada.
-ash, ni me gustas.
-Claro...
-Ya súbete fea.
-¿Fea?
-Anda Naty, vamos tarde.
(Estas 2 siempre discutiendo...)
EN LA ESTACIÓN:.
-Háblenme de su caso. –Dijo el fiscal en cuanto las vio.
-Tenemos un asesino, no hay evidencia aparente, estamos investigando la historia familiar y la relación.
-amm, bien, déjenme saber cualquier avance.
-¿Qué vamos a hacer? –Le preguntó Yulia.
-¿Cómo que qué vamos a hacer? ¿Qué pasó con tu profesionalismo? Vamos a seguir investigando, ve a hablar con Elena, haber si te compones, pregúntale sobre la discusión, procura que Inessa no esté, ya viste que no nos dejó continuar anoche.
-¿Y tu?
-Iré al spa de nuevo, Marik me llevará.
-Perfecto.
Eran las 10 de la mañana, Yulia salió rápidamente, parecía niña.
Cuándo llegó vio que Elena estaba por entrar a la casa.
--Señora Elena.-Le gritó para que se quedara allí. -¿Saldría conmigo para tomar un café?
Elena puso una leve sonrisa y bajó las escaleras de la entrada para reunirse con yulia.
La pelirroja llevaba un pantalón negro de vestir y una blusa bordada de manga larga del mismo color, Yulia le abrió la puerta del pasajero y la llevó a un café cercano.
-¿Qué quiere que le diga? –Preguntó mientras pedía un té.
-Quiero que me hable de la discusión que tuvo con su esposo la noche antes del asesinato.
-Todas las parejas discuten detective Volkova.
-Llámeme Yulia.
-Bien, en ese caso usted llámeme Lena.
-La veo de mejor ánimo.
-Bueno...voy a tener un bebé, ni siquiera he asimilado la muerte de Andrei, siento que puede regresar en cualquier momento.
-¿Le importaría decirme por qué discutían?
-Fue algo tonto, era sobre mis zapatos, dijo que una mujer no debía usar cosas tan provocativas.
-¿Solían pelear mucho?
-¿Disculpe?
-Su esposo bebía mucho y tomaba muchas medicinas, es probable que intentara agredirla ¿Hay algo que quiera decirme al respecto?
-No, nuestro matrimonio andaba bien.
-¿Tiene alguna idea de quien pudo haberlo matado?
-No, ya les dije, el era bueno.
-¿Frecuentaba algún bar?
-Sí, algunas veces iba a un bar. Llamado "La roca gris"
-¿Muchas veces?
-Quiero que me lleve a mi casa, estoy mareada.
-Seguro.
Yulia pagó y la llevó, Lena se encontraba pálida y la ayudó a llegar a la puerta.
-Gracias por traerme Yulia. –Le dijo al darle un abrazo.
La ojiazul se puso nerviosa y torpemente correspondió el abrazo; al sentir los brazos de Yulia en su espalda fue la pelirroja quien se puso nerviosa y una cálida sensación inundó su cuerpo, no pudo terminar el abrazo, recargó su rostro en el hombro de la pelinegra y comenzó a llorar, era un llanto diferente, cómo de miedo.
-Déjalo salir todo Lena. –Le dijo al oído.
-No quiero que mi mamá me vea así. –Explicó sin soltarla.
-¿A dónde quieres que te lleve?
-Quiero dormir, llévame a tu casa.
-¿A mi casa?
-Por favor.
Aún no dejaban el abrazo pero Yulia la soltó para acompañarla al auto nuevamente le abrió la puerta, la vio acomodarse y llevarse las manos a la cara para llorar sin ser vista.
-No lloras por tú esposo ¿Por qué entonces?
-Tengo miedo del futuro. –Fue lo último que dijo.
Yulia la llevó a su casa y le dio un te de manzana, en su cama la dejó dormir hasta que unas horas después despertó, no hubo momento en que la dejara de mirar, sus ojos nunca estuvieron tan cómodos, tenía un gran deseo de abrazarla y hacerla sentir bien sin importar cómo.
-Debo regresar al trabajo Elena ¿Te llevo a tú casa? ¿O te quedas en tu casa?
Lena sonrió, se sentía más tranquila. –Llévame con mi madre.
Yulia asintió y nuevamente la dejó en la elegante casa Katin.
-No se cómo agradecerte. –Le dijo Lena abrazándola.
-Llámame si recuerdas algo, si tienes miedo, si te sientes triste...para lo que sea a la hora que sea. –Le dijo al entregarle su tarjeta con nombre y número.
-Gracias. –Le dijo y entró en la casa, rápidamente subió a la habitación que su madre le había arreglado, al ver su reflejo en el espejo del tocador pudo ver dos cosas: satisfacción y asco.
-¿Qué estás pensando Elena? Es muy pronto, si ella supiera...Oh no, nadie sabrá.

CONTINUARÁ...