-Levántate Elena y no hagas ruido. –Le dijo el hombre en vos apenas audible.
—Lena se sentó lentamente, y con el arma apuntándole la nuca, salió de la habitación, el pasillo estaba iluminado y varios hombres que reconoció al instante la estaban esperando.
Deseaba que Yulia y su pequeña no despertaran, sabía que si algo le pasara a ella, la pelinegra mantendría a su hija a salvo.Salieron del hotel y el apenado gerente la miró con lástima mientras los malientes lo liberaban.
La subieron a una camioneta blanca, muy nueva y la sentaron en el asiento de en medio, nadie dijo nada, por lo que pareció toda la noche, tras mucho vagar, al fin llegaron a un edificio, las luces de neón estaban encendidas y las chicas de los aparadores se veían enérgicas, debían ser las 3 de la mañana y una música electrónica le prohibía escuchar sus propios pensamientos, subieron tres pisos y la metieron en un cuarto, no recuerda nada mas de esa noche.
La golpearon y la amarraron a una silla, no supo cuanto tiempo estuvo inconsciente, pero la luz del día que se filtraba por las cortinas le indicaron que había sido bastante tiempo, no sentía sus brazos ni sus piernas y un intenso dolor de estómago la mantenía aturdida, su oído se agudizó y pudo escuchar voces, pero solo reconocía la de Vincent.
-Elena! Querida. –Dijo con vos comprensiva al abrir la puerta.
-Si me van a matar háganlo rápido. –Dijo con la garganta seca.
-No, preciosa ¿Tienes idea del daño que me has hecho? –Preguntó llevándose una mano al corazón.
-¿Yo? –Preguntó exhausta.
-Sí, verás, primero, matas a mi elemento más poderoso, luego, nos engañas y antes de que nosotros te pudiéramos asignar a tu nuevo esposo desapareces, alegando que estabas enamorada de un policía, que para colmo es mujer. Solo tengo preguntas para ti. ¿Cómo pudiste matarlo? El hombre era mortal, ¿Cómo escapaste de sus sospechas? ¿Por qué lo hiciste?
-Una mujer no debe ser golpeada y todos los hombres siguen rutinas que odian romper, solo hay que descubrir cuales son y en un dos por tres puedes dejarlos sin defensas.
Vincent la miró incrédulo. ¿Dónde había quedado la joven asustada que él recordaba? Y pronto comprendió que ellos mismos la habían convertido en un monstruo.
-¿Cuánto nos odias, Elena? –Le preguntó.
-Depende. –Dijo ella enderezándose, al parecer, entendía el juego.
-¿De que?
-Sí dejan a Yulia y a mi hija en paz, yo puedo olvidar mi odio, pero si las tocan, me encargare de que cada uno de ustedes, me suplique que los mate.
-Suéltenla. –Ordenó Vincent mientras servía agua en un vaso de plástico color rojo.
Elena no se pudo mantener en la silla cuando la liberaron por lo cual calló al suelo sin poderse levantar; Vincent se puso a su altura y dio un sorbo al agua.
-Yo se que tienes sed, querida, tengo dos opciones, una, es matarte, pero no quiero, honestamente tú eres lo que necesito, solo tu puedes tomar el lugar de Andrei, tienes el carácter y no hay compasión en tu corazón. La segunda opción, es que te quedes a mi lado, quien sabe, tal vez te guste, podemos quitarle a tú hija a esa policía de segunda, todo va a estar bien si te pones de nuestro lado. –Le dijo entregándole el vaso con agua.
-Mi hija se mantendré lejos de mí, soy peligrosa, soy tuya si me das tu palabra de que no las lastimaras, ni tu ni nadie.
-Tienes mi palabra, hoy mismo volamos a St, Petersburgo, el congreso de Abogados se reúne y nos encontraremos con viejos amigos.
Vincent se puso de pie, alzó a Elena hasta que quedó levantada y salieron de allí.
-Necesito ir al baño. –Dijo Elena en un tono inexpresivo. Vincent lo sabía, ya la estaba llevando.
-No hagas nada estúpido. –Le advirtió mirándola a los ojos.En cuanto la dejaron sola lloró amargamente tirada en el suelo, ¿Qué acababa de hacer? Se preguntaba acongojadamente, quería terminar con su vida, las dos personas que más quería en el mundo estaban a salvo y no la necesitaban. Se lavó la cara y se miró en el espejo que tenía detrás un botiquín; una idea loca le pasó por la mente y no se dio tiempo de analizarla, simplemente con una mano abrió el compartimento y de él sacó lo primer que encontró, debían de ser aspirinas, no prestó atención, solo comenzó a tomárselas, primero de una en una y luego de más en más hasta que al fin, el frasco que debía contener unas 50 quedó totalmente vacío, fue casi instantáneo, comenzó a sentir un profundo sueño, la tina del baño parecía un perfecto lugar para morir, se recostó y lentamente cerró los ojos.
De pronto un estruendo sonó fuera del cuarto de baño, no hubo ningún grito antes de que el tiroteo comenzara y de pronto no hubo más ruido, así de rápido como había comenzado se había acabado. El miedo le heló los huesos y el alma se le endureció, alguien se acercaba a ella, a lo lejos podía escuchar pasos y la perilla de la puerta dio un giro preciso antes de abrirse.
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El crimen
FanfictionNo soy dueña del fic que contaré, solo quiero recordar a los fans de Tatu de hace 10 años y más, que han escrito excelentes historias y que al día de hoy, es momento de recordarlos. Esta historia es del año 2009 y espero que sea de su agrado.