Final Parte 2/2

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Una ambulancia estuvo allí en segundos.

-Aguanta un poco, Lena, no te mueras. –Dijo ahogada en lágrimas. —Amor, todo va a estar bien...no, Lena, no te duermas, ¡No! Quédate despierta, escucha mi vos, no te vallas, ¡Lena! ¡TE NECESITO! ¡LENA! ¡ESCUCHAME! ¡TE NECESITO! –Gritó a todo pulmón antes de que uno de los paramédicos la sedara.

¿Cuántas horas pasaron? Quien sabe...¿Valía la pena saberlo? ¿Su vida aún tenía sentido?

-Yulia, ya no hay razón para que sigas dormida, no te dieron tanto sedante. – Dijo Alexis.
-¿Qué haces aquí? –Preguntó Yulia con los ojos cerrados.
-Jamás de los jamases, dejaría que otro doctor te atendiera.
-¿Viniste desde Rusia? –Cuestionó aun con los ojos cerrados.
-Sí, tenía que hacerlo, abre los ojos.
-No, luego abandono este estado de cordura.
-¿Vas a tener los ojos cerrados para siempre? –Le preguntó pasando su mano por la despeinada cabellera negra que ya mostraba signos de una raíz rubia.
-Yuliya, devantate. –Dijo la pequeña pelirroja.
Al escuchar esa vocecita abrió los ojos y se sentó para recibirla, las lágrimas de sus ojos caían de manera automática mientras la pequeña de mirada azul la miraba fijamente.

-¿Y mimami? –Preguntó.
-Alex...¿Y...? ¿Y su mami? –Le preguntó con la vos quebrada.
-Cuando llegué acababan de hacerle el lavado estomacal y se encontraba relativamente estable, solo que ocupaba un respirador, mientras se lo ponían su corazón se detuvo y un médico incompetente dio la hora de muerte, yo me acerqué y logré reanimarla tres veces antes de que se estabilizara, no me levantarán cargos por intromisión si Lena no los demandas por negligencia.
-¿Ella? ¿Ella? Esta, esta, esta...
-¿Viva? Sí, ocupará tiempo para reponerse, Pero va a estar bien, te lo prometo.
-¿De verdad?
-Claro que si, atarantada, Natalia te mandó a la niña, está a tu cargo, asi que debes ponerte las pilas, pero ya.
-Necesito verla.
-Vamos. -Le dijo ayudándola a ponerse de pie.
Yulia no sabía cómo sentirse, estaba ansiosa, enojada, preocupada, feliz, y llena de incertidumbre, y la situación no cambio cuando vio a Lena, esta traía un respirador, el cuarto blanco la hacía verla mas pálida y los rizos rojos estaban despeinados contra la almohada.
Alexis y Morgan, esperaban afuera, junto a la pequeña Yulia.
-No se que decirte, Lena, no se que pensar. –Expresó acariciando la mano de la inconciente. No pudo quedarse más tiempo, estaba indignada.
-¿Tan rápido te vas? –Preguntó sorprendida Alexis, mientras Yulia le quitaba a niña.

-Llamame si hay cambios. –Dijo inexpresivamente y salió.
-¿Yuliya, a nonde vamos?
- A dónde tú quieras. -Le dijo dulcemente.
-Con mimami.
-Pronto, bebé, tú mamá tuvo que ir a hacer unas cosas, me dejó cuidándote, ella sabe que estas bien. ¿Tienes hambre?
-Chi, cellial.
-¿Cereal?
-Chi.
Estaban saliendo del hospital y mientras Yulia pensaba en dónde iba a conseguir cereal, pudo ver a Natalia de la mano de una chica.
-Naty!! –Exclamó señalando las manos unidas de las chicas, cómo si burlarse de su amiga le levantara el ánimo.
-¿Ya te vas? Cuestionó ignorándola.
-Yulia quiere cereal. –Le dijo. ¿Quién es tu amiga?
-¿Por qué tan pronto? Quédate con Lena, yo llevo a la pequeña por el cereal. –Se ofreció Natalia.
-No, no quiero ver a L-e-n-a. -dijo deletreando para que la niña no se diera cuenta. –Me enoja! –Exclamó.
-¿Por qué? –Preguntó la chica junto a Natalia.
-Por que se intentó matar, sin que le importara mi dolor, ni el de su hija. –Contestó como si llevara tiempo intentando decirlo.
-¿Tienes idea de lo desesperada que se tuvo que sentir para tomar la decisión de abandonar a las dos únicas personas que le importan?
-Sí. Pero...
-¿Consideras el conflicto por el que la hicieron pasar?
-Pero...
-¿Has pensado en el chantaje emocional por el que pasó? ¿Qué tal si ella debía suicidarse para salvarlas? ¿Qué tal si se vio sometida a algún ataque físico que la degradó como persona? Yulia, ¿Qué tal si la violaron?
-Pe....
-Estas siendo muy egoísta, ni siquiera has escuchado su versión de las cosas y ya le estás dando la espalda.
-Yo...
-Tú, Yulia Volkova, nos vas a dar a la niña y vas a ir con tú mujer a esperar a que despierte. ¿Entendido? –Cuestionó la mujer de rizos negros y mirada obscura.
-Sí. –Contestó tímidamente mientras le entregaba a su pelirrojita.
No entendía muy bien lo que acababa de pasar, pero básicamente, la amiga de Natalia le había dado una golpiza psicológica y ni siquiera sabía su nombre; era cierto, Lena no era estúpida cómo para matarse, a menos que su situación emocional fuera extremadamente compleja, ella era psicóloga, una experta en emociones que había caído demasiado bajo.
En cuanto la puerta del elevador se abrió, caminó decididamente al cuarto de Lena.
-Nuevo, record, 4 minutos, chócalas. –Le dijo Alexis a Morgan.
-Ya, ya, ten. –Le dijo sacando 20 euros.
-¿Apostaron sobre mi? –Preguntó molesta.
-No sobre la "amiga" de Natalia, es mágica, Morgan no me creía.
-¿Quién es?
-Oh, es Viviana, la jefa del departamento de psicología en el hospital de la universidad, en Moscú.
-Se nota.-concluyó entrando en la habitación, ahora todo se veía diferente.
–Lena, perdón, soy una estúpida, egoísta y desconsiderada, despierta, por favor ¿Sí?
-Así no funciona esto. –Le dijo Alexis.
-Quítale el tubo.
-Eso la mantiene viva, Yuli.
-¿Qué puedo hacer?
-En estos casos ser el familiar es mas doloroso que ser el paciente.
-Ya lo noté. –Dijo acariciándole la cara a Lena.
-Pero puedes hablar con ella, ¿Recuerdas que Natalia te escuchó todo?
-Bien...pero...no se que decirle.
-Dile que es la pelirroja más sexy del planeta y que no puedes esperar un segundo más para...-Alexis no pudo terminar su comentario sexoso por que Lena comenzó a toser.
-¿Está bien? ¿Qué hago? –Cuestionó yulia nerviosa.
-Lena, intenta calmarte, tienes un respirador, te lo vamos a quitar ¿Ok? Se va a sentir un poco raro pero el que tengas tos quiere decir que tus pulmones ya están pudiendo trabajar solos. -Le dijo Alexis mientras le quitaba el tubo de manera delicada.

La mirada verde metálica se mantuvo fija en Yulia, estaba llena de culpa.
-Perdóname. –Fue lo primero que dijo con su ronca vos.
-No hay nada que perdonar mi amor, solo prométeme confiar en que yo siempre te voy a salvar a tiempo, no ocupas ser tan extremista.
-Te lo prometo. –Le dijo estirando los brazos para que la abrazara. -¿Cómo esta mi niña? –Preguntó mientras el calido abrazo le devolvía la vida.
-Dios, pobrecita, me dolía tanto que preguntara por ti.
-¿Dónde está?
-Con Natalia y su novia.
-Wow, ¿novia?
-seee, es una genio de la psicología o algo así.
-Es mujer.
-Ya se, todo ese rechazo que manifestó hacia mi y me sale con esto, es un poco raro, eso me pasa por espantarle a los galanes,
Lena rió.
-Te amo.
-Yo a ti.

No hubo necesidad de huir a Clayton Georgia, el asesinato de los 12 mafiosos se convirtió en un rumor y Yulia se dio cuenta de que para proteger a quien amas, no se puede dudar a la hora de jalar el gatillo, entendió a la perfección el sentimiento de Lena al matar a Andrei en el momento en que su pistola proporcionó la bala que mató a Vincent, sabía que no lo haría de nuevo, solo que fuera necesario y más que nunca estaba segura de su amor por Lena y por la pequeña niña con la que compartía nombre.
Su vida estaba perfectamente bien, estaba con quien amaba, tenia ahora una hija, buenas amigas, lo tenía todo y aún así les esperaba un brillante futuro.
Porque su historia, apenas comenzaba.


Fin

El crimenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora