Capitulo 10: Es imposible escapar del destino.

180 14 0
                                    

Porque el combate entre ninjas no solo era golpear como simios desesperados por comida, ambas infantas no tardaron en colocarse en sus clásicas posiciones de pelea.

Ambas inclinaron sus cabezas en signo de respeto y en cuestión de segundos activaron su línea de sangre.

Cualquier persona que desconociera de las reglas y técnicas de pelea, verían solo a un par de niñas con sus rostros tensos al igual que sus músculos, pero era todo lo contrario.

Ágilmente se movían en el reducido espacio correspondiente al dojo de pelea, ante los ojos de los espectadores.

No era novedad que tal espectáculo surgiera, cada determinado tiempo, la rutina dentro de su clan se repetía, volviéndose a las antiguas tradiciones aún vigentes.

Pelea.

No era pelear por pelear, amistosamente, por deporte, entrenamiento, distracción, o por cualquier tontería sentimental; dentro de su clan, era pelear por su honor y sus derechos como legitimas hijas del líder.

Su chacra se hallaba concentrado y expuesto gracias a su línea de sangre, sin deja de mostrar una sonrisa llena de autosuficiencia y elegancia, Hinata Hyuuga, con un fuerte golpe a conciencia; justamente a las costillas de su hermana, logro volver a derrumbarla.

Hinata atentamente miro a la infanta, mientras intentaba torpemente levantarse del suelo, era obvio que Hanabi estaba muy herida por la enorme dificultad que presentaba para respirar correctamente y los restos de sangre que manchaban su blanco traje de pelea.

La mayor de las dos hermanas, solo pudo tensar la mandíbula ante lo ocurrido, descaradamente miro cada cicatriz y moretón que había provocado llegando a una sola conclusión, su hermana era una tonta.

No podía haber otra respuesta a su insistencia al retarla cada fin de mes.

Hanabi no logro levantarse y rápidamente la docena de aplausos no tardo en resonar, anunciando su victoria.

—Justo como era de esperarse de mi sucesora.

Rápidamente la voz de su padre retumbo con orgullo al hombre que estaba sentado a su lado, Fugaku Uchiha, ella no pudo evitar mirarlos y poner atención a las palabras que decían.

El azabache no había tardado en asentir y sin poder evitarlo cruzar su mirada con la de su propio hijo.

Hinata negó lentamente con autosuficiencia al verse a sí misma como una superior a su compañero de clase y casi dejo escapar una risa de burla al recordar cómo se había tropezado este en su última pelea que él había tenido con la Haruno.

Ni siquiera le dedico una mirada a Sasuke, era una vergüenza para la aldea y para cualquier persona con una línea de sangre.

A su padre le encantaba eso de humillar a cualquier persona, al igual que ella, en especial a los Uchiha, no era un secreto que, para su padre los Uchiha eran un estorbo en la aldea; y ciertamente la parte sádica de su padre adoraba molestar a su ex compañero de equipo gennin, Fugaku, era quizás lo más divertido que podía hacer el líder del clan Hyuuga después de haber sufrido la muerte de su amada esposa.

Ella miro a su padre de nuevo y vio el par de ojos aperlados de este, llenos de malicia, mientras que en su rostro lentamente una sonrisa altanera aparecía, él continuo.

—Acaso estás pensando lo mismo que yo, Uchiha.

El hombre de ojos oscuros suavemente levanto sus hombros, restándole importancia a las palabras de Hiashi.

—No lo sé, quizás no estemos pensando lo mismo.

Los altaneros y fríos ojos de la princesa del byakugan lentamente rodaron al mirar lo que ocurrió a continuación.

//Cancelada// EstigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora