epílogo

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Sus labios dolían, casi quemaban por la inflamación que le estaban brindando esos besos.

Recostados en la cama, repartiéndose caricias que en cuestión de minutos, se convirtieron en caricias intensas. Yoongi ya no sabía donde poner sus manos. Sujetaba la mandíbula de Jungkook para no perder el contacto de su boca, se aferraba a su camisa, iba a los brazos, la cintura y regresaba. Lo mismo sucedía con las manos del pelinegro, sólo que sus toques eran más precisos y sabía perfectamente dónde tocar.

Yoongi rompió el acalorado beso para pasar aire. Su pecho subiendo y bajando mientras miraba esos oscuros ojos.

ㅡ Se supone que esto era un besito.ㅡ casi reclamó. Su sonrisa contagió al alfa, que no dudó en agarrar su pierna para subirla hasta su estrecha y firme cadera.
Dios, Jungkook en sólo un par de años había ganado altura, dejándolo una cabeza abajo, y también había conseguido músculos. Unos buenos músculos que lo hacían ver como el alfa que toda y todo omega desearía tener.

Si que era afortunado.

ㅡ ¿Qué tiene de malo un beso así?

ㅡ Tú sabes.

Yoon hundió su rostro en la curvatura del cuello de Jungkook y olfateó. Llenándose de su aroma, y cubriendo su vergüenza.
Era un omega virgen, y los toques de ese tipo lograban encenderlo muchísimo más que sus celos.
Le apenaba mucho el reaccionar de su cuerpo con algo tan simple, y que Jungkook lo provocara era mucho más excitante y penoso.

No entendía porque Jungkook no lo había dejado ya si en lo que llevaban juntos no habían tenido... eso.

Quería, sí que quería hacerlo. Había esperado casi cinco años, mentalizándose y preparándose para cuando se diera, pero la vergüenza era su peor enemigo.

ㅡ Sabes que yo puedo esperarte el tiempo que tu quieras...ㅡ Jungkook acarició su espalda.ㅡ Podemos pasar otros cinco años así.

Yoongi golpeó con poca fuerza el pecho de éste riéndose contra la tibia piel de su cuello.

ㅡ ¿Qué hay de nuestra descendencia?ㅡ preguntó sarcástico.

ㅡ ¿Quién dijo que necesitamos cachorros?

Yoongi hizo un pequeño puchero.
Claro que él quería tener bebés. Pequeños cachorritos, juguetones y que molestaran a su padre alfa.
Ese era uno de sus deseos.

Se alejó un poco para ver el rostro de Jungkook. Con el tiempo, la madurez en sus facciones también había llegado. Ese alfa que era un niño torpe había pasado a tomar una figura varonil y atractiva. Lo volvía loco.

Le vio la boca, esos labios delgados brillantes y tentadores. Deseoso por más de sus besos, besó a Jungkook con ganas.
Algo sorpresivo para ambos.

El pelinegro le siguió el beso tan rápido cómo pudo, y con el calor de sus cuerpos sensibles, lograron encenderse.
Yoongi empujó el cuerpo macizo para que la espalda de Jungkook quedara sobre la cama, y sin detener su acción se colocó encima.
Piernas a los costados, inclinado para continuar con su encuentro de bocas, sus manos a los lados de la cabeza del otro.

Entonces pasó. Jungkook capturó su trasero con firmeza, apretando sus nalgas y gimió agudo sobre su boca.

Sus anatomías juntas, sintiéndose el uno al otro, despertando ese placer y deseo que por tanto se restringieron.

Yoongi era consciente de la dureza bajo su trasero, y no hubo vergüenza en su rostro.
Lo necesitaba. Sí, necesitaba sentirlo. Sentir a Jungkook, probarlo, unirse a él.

ㅡ Yoon...ㅡ Jeon apenas pudo decir cuando los pequeños labios le impidieron seguir.

ㅡ Quiero.ㅡ el omega susurró.ㅡ Quiero hacerlo, Jungkookie.

together  ㅡ KOOKGI OMEGAVERSE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora