5.

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Estar inconsciente no es tan malo como parece. O al menos eso cree el moreno, tras enterarse de dicha información entre los sollozos de angustia de un joven doctor y millones de pares de ojos observándolo preocupado.

Bien, no es tan malo como parece.

Aunque para ellos sí, al parecer.

Siente su cabeza dar mil vueltas, sin ser consciente del todo de aquello que le rodea. No entiende como terminó en aquella situación, ni mucho menos cuándo fue que empezó. Él cree tener un fugaz recuerdo de caer inconsciente en la cubierta de aquel barco en mitad del océano, sin embargo no cree ser una fuente viable para apoyar suposiciones.

—¿Una semana? —pregunta una vez más, tan confundido como al principio.

Observa como el de cabellos azules asiente ferozmente mientras llora sin restricciones.

Está más que confundido y, tan natural como parece, voltea a enfrentar a Nico Robin. Se siente tan normal para él, buscar las respuestas en ella que incluso el mismo no tiene palabras para explicar dicha situación.

—No estoy muy segura de que es lo que ha ocurrido —explica, poseyendo la paciencia que tanto la caracteriza—. Pero creo que es esto.

No aparta la vista a la mujer, mientras está extiende uno de sus brazos y abre la palma de su mano; la piedra preciosa de color púrpura. Él ni si quiera recordaba eso.

—Supongo que... ¿Tengo que llevarla siempre? —pregunta tropezando con sus propias palabras.

—Eso creo.

Toma la joya y la observa por varios segundos antes de alzar la cabeza una vez más.

—¿Algo más?

La de ojos celestes sonríe misteriosamente, habiendo esperado dicha pregunta con ansias.

—Se está encogiendo.

Los miembros presentes de la tripulación, captan el leve movimiento de las cejas del morena. Viendo cómo estas se levantan levemente para –en un segundo– fruncirse en confusión.

—¿Cómo se puede empequeñecer una piedra?

Todos parecen poseer el mismo interrogante.

—Este pequeño mineral posee una característica que lo hace único —señala el objeto mientras explica con paciencia—. Según muchos, la vida es condensación. De tal modo que, el aire se convertirá en nubes; las nubes en agua; el agua en hielo, es decir, en la tierra;  y la tierra en las piedras y minerales.

Toma de las manos del moreno la pequeña piedra morada para después alzarla para que todos la puedan ver.

—Este mineral es el proceso inverso. Por lo tanto producirá la rarefacción, en vez de condensación. Empezando por los minerales hasta el aire y, después de esto, el fuego.

Ante las miradas confusas de toda la tripulación, la arqueóloga ríe suavemente. Abre su boca para hablar, no obstante es interrumpida por el cocinero.

—¿Entonces esa piedra terminará siendo aire?

—Sí, la piedra se está encogiendo porque su alrededor de está convirtiendo rápidamente en aire. Pasando de ser mineral a tierra durante bastante tiempo, pero serán rápidos los siguientes pasos.

—Esto es... —parpadea aturdido el de nariz larga—. Sorprendente.

Todos asiente de acuerdo.

—Pero, Robin, ¿qué tiene que ver esto con Luffy? —esta vez, quién pregunta es la navegante.

—En el momento en el que esa piedra se descomponga, Luffy se marchará con ella.

El silencio sepulcral que parecía haberse apropiado del ambiente, rápidamente fue reemplazado por un caos revuelto de voces llenas de preocupación. El moreno se sintió retroceder varios pasos inconscientemente, sin muchas ideas que efectuar.

—¿¡Cómo puedes decir eso tan fácil, Robin!?

—¡Luffy va a morir!

—¡No entréis en pánico!

—¡Entrad en pánico!

—¿¡Qué haremos ahora!?

El bullicio pareció interminable para el joven. Este se mantenía al margen, observando a la morena que seguía con su mirada clavada en él. Mientras la tripulación revoloteaba por su alrededor.

Tanto él, como la arqueóloga y el espadachín, eran quienes parecían no enloquecer de alguna manera ante las palabras de la mujer.

Fue pronto cuándo el de cicatriz bajo su ojo perdió por completo su paciencia.

—¡Parad! —exclamó ferozmente, con una suave oleada de haki desbordando de él. Todos se detuvieron al instante.

Tomó una respiración profunda y miró a la mayor.

—¿Volveré?

—Volverás.

Y eso fue todo. La calma volvió a establecerse en el navío, como si lo anterior jamás hubiese ocurrido en primer lugar.

—Robin-san —llamó con suavidad el esqueleto—. ¿Cuánto tiempo queda?

—Menos de una semana.

La sonrisa se extendió en el rostro del joven marine.

—Entonces... —susurró, sus ojos con un brillo divertido—. Deberíamos aprovechar el tiempo, ¿no?

Todos asintieron risueños.

El joven doctor y el francotirador, junto al moreno, se divirtieron la mayor parte del tiempo. Mientras molestaban constantemente al cocinero y a cierta navegante. En algunos momentos de la tarde, el carpintero se acercaba para exhibirse.

No fue hasta el final de aquel agotador día que, cierto espadachín de cabellera verde se acercó al menor.

Uno junto al otro, observaron el ir y venir de las olas, junto a la una que otra gaviota que cruzaba de un lado a otro.

—¿No crees que... —murmuró el moreno—. ...de repente el sol ilumina más?

Sin apartar la vista del mar, el espadachín contestó.

—Sí, también lo creo.

Una suave melodía de violín siempre sonando a lo lejos, dejando poco a poco su sonido mientras el sol se esconde.

🔻🔻🔻

Muchas gracias por leer, aunque sé que esta historia no es muy buena. De hecho, publicarla fue una idea descabellada.

He de decir que me sorprende que alguien lo lea.

Quería preguntarles una cosa:

¿Qué les parece el ZoLu?

Tras pensarlo bastante, creo que pondré ZoLu. Aunque si tienen alguna idea de otro ship, pueden comentarlo.

Así que...
Muchas gracias por leer, se aprecia el apoyo 🙌❤️.

¡Feliz año nuevo!

Memorias del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora