2. Carretera

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~KRA~

Eran las 9 o tal vez 10 de la noche, no lo recuerdo muy bien. Llevaba casi 4 horas conduciendo, las juntas de trabajo eran mis peores enemigos, aun así no podía darme el lujo de faltar a alguna y perder el puesto que tanto esfuerzo me había costado.

La carretera estaba completamente desierta, ni un solo auto había pasado cerca de mí en casi una hora y mi única compañía era la música de Metallica.

Nunca fui fan de conducir en carreteras, y es por esa razón que no me atrevía a acelerar más allá de los 100 kilómetros por hora. Zack y Tommy ya me esperaban en el apartamento que compartíamos desde el momento en que decidimos mudarnos de Angel Grove a Los Angeles para cumplir nuestros respectivos sueños individuales.

A pesar de que mi mirada y concentración estaban por completo en el camino, mis pensamientos divagaban desde la enorme pila de trabajo que debía hacer, hasta lo que cenaría apenas llegara a casa.

Recuerdo perfectamente que fue justo después de una curva que la vi. Estaba ahí parada, a un lado del camino y en medio de la noche. Mantenía una de sus manos dentro del bolsillo de su chaqueta mientras con la otra trataba de conseguir que algún auto se detuviera. Aminoré la velocidad apenas distinguí que en efecto se trataba de una chica. Tenía un enorme dilema conmigo misma entre detenerme y ayudarla, arriesgándome a que se tratara de alguna clase de robo planeado, o seguir de largo, dejando que la desconocida siguiera esperando a que alguien quisiera detenerse en medio de esta autopista fantasma.

-Maldita sea Trini-. Me reclamé cuando me detuve un par de metros delante de ella. La miré por el retrovisor. Por la obscuridad del cielo no pude distinguir muy bien su rostro pero pude notar que sonreía con alivio. Baje ligeramente el vidrio de la ventana para escuchar lo que fuera que tuviera que decir sobre la razón por la que estaba parada completamente sola en el kilómetro 87 de la carretera.

-Hola, gracias por detenerte-. Agradeció inclinándose un poco para quedar a la altura de la ventanilla. Tenía un par de ojos color café, tristes, no hay otra forma en la que podría describirlos, aun así sonreía con ternura y miraba nerviosa la parte trasera de mi auto. Tal vez buscando algo para robar, tal vez solo buscando algún acompañante.

-No hay problema, ¿Qué haces por aquí? -. Tragó saliva ante mi pregunta y acomodó todo su cabello hacia atrás.

-Yo ... si te soy sincera no lo recuerdo-. Fruncí el ceño ante la respuesta. ¿Debía confiar en ella? -Pero solo necesito llegar a Los Angeles-.

-¿Estás sola? -. Asintió. -¿Tienes alguna maleta? ¿Celular o algo en los bolsillos? -. Esta vez negó volteando la tela de las bolsas de su chaqueta para mostrarme que de verdad no tenía nada. Era muy extraño pero no podía dejarla ahí. De vedad parecía perdida, y la manera en que miraba de un lado a otro con miedo me hacía temer por ella. -Bien, sube, también voy a Los Angeles-. No titubeo ni medio segundo antes de abrir la puerta y subir, acomodándose con relajación en el asiento a mi lado.

-Muchas gracias, de verdad-. Inclinó el respaldo del asiento para recostarse, cerró los ojos y suspiró con fuerza.

Recuerdo haber sentido frío, mucho frío, claro que lo atribuí a la entrada del aire cuando la chica abrió la puerta así que no presté demasiada atención.

Analice a la desconocida de arriba a abajó. Usaba un par de botines con un pequeño tacón, sus jeans eran grises y estaban rasgados a la altura de las rodillas, su playera era rosa pastel y su chaqueta era de cuero negra, su cabello parecía estás completamente empapado, pero no escurría una sola gota de agua de este lo que me pareció extremadamente raro como toda la situación en general, su piel era apiñonada pero un poco pálida y sus labios tenían un leve tono morado por el frío. Sus labios, creo que podría detenerme a hablar de ellos durante horas y horas, eran carnosos, no demasiado, pero lo suficiente para ser perfectos, definitivamente de no ser por la temperatura podía asegurar que tendrían un tono rosado bastante lindo, y para finalizar, como la cereza más jugosa del más fino de los pasteles, un lindo lunar se posaba sobre la comisura izquierda de ellos.

Trimberly (One shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora