8. Misión.

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La cantidad de veces que pasó por ese exacto momento eran incontables. Había repasado decenas de veces que hacer cuando llegara el momento. Conocía las palabras que serían dichas, las expresiones que se mostrarían. Sabía la hora, el color del cielo, cada sonido, cada detalle. Decenas y decenas de simulaciones para estar preparada para cualquiera de los posibles caminos, de manera que pasara lo que pasara, todo terminara como se supone que debía hacerlo para que se continuara con el camino más optimo a largo plazo.

18 eran los intentos fallidos hasta ese momento, 18 eran las personas que habían intentado evitar que Kimberly Hart apretara el gatillo del arma cuya boquilla tenía pegada en la mandíbula.

Trini Kwan se ofreció como la voluntaria numero 19 para la misión y por fin comprendía, a pesar del entrenamiento, por que resultaba tan difícil para todos cada una de las veces. No era lo mismo una simulación que la realidad en carne y hueso. No podía cometer errores.

El primer voluntario ni siquiera había logrado explicarle a Kimberly la razón por la que era tan importante que se mantuviera con vida. Para el décimo, Kim por fin aceptó escuchar la historia que, para sorpresa de todos, no logró convencerla ni siquiera un poco. El intento 15 fue quizá el que más cerca estuvo, pero para el 16 fue como comenzar de nuevo. Ahora estaba en manos de Trini, pero los nervios de perderla se acumulaban en su garganta y sentía que, aunque lo intentara, las palabras que tanto practicó no saldrían.

-¿Dime por qué? ¿Por qué no debería hacerlo? Todas esas personas murieron por mi culpa, ¿Cómo se supone que pueda vivir con eso? -. Era cerca de la vez número quinientos que Trini escuchaba esas palabras y se suponía que era su turno de explicarle porque valía más viva que con una bala en la cabeza. Aun así las palabras no salían de su boca.

A pesar de que eran las únicas en aquel departamento Trini sabía que eran observadas. Que la imagen de lo que sucediera sería trasmitida en directo a sus superiores que dependiendo del resultado enviarían al voluntario 20 o darían por cumplida la misión.

-¿Por qué Trini? -. Kimberly gritaba, visiblemente alterada. Era obvio que la culpa de lo sucedido la consumía. Ella era la única que lo sabía, pero también la única que podía hacer algo para que no volviera a suceder. Trini debía decirle eso. Debía decirle que en un futuro donde ese gatillo no era oprimido, era ella quien salvaba millones de vidas más. Sin embargo, aquello le había sido dicho muchas veces y no parecía ser suficiente para aminorar el dolor y la carga que sentía.

-Por que te amo-. Soltó con impaciencia cuando la idea de ver a Kimberly morir frente a sus ojos por una explicación que no la haría cambiar de opinión la lleno de miedo. Con eso, cualquier simulación, cualquier posible escenario practicado, cualquier posibilidad que conociera, se esfumó. Este era un nuevo camino; uno basado en algo que no esperaba sentir.

2 meses eran los que llevaba conociéndola por un error a la hora de ser enviada a la misión. No se suponía que debía llegar con tanto tiempo de anticipación, pero se había logrado adaptar a ello, siempre teniendo en mente su objetivo.

Evitar el suicidio de Kimberly Hart

Se había presentado en su vida cuando chocaron al salir de las instalaciones donde Kimberly trabajaba en el proyecto cuyo fracaso estaba por provocar su muerte. No había sido orden de nadie que se encontraran de esa manera, más bien se trató de un plan B que ella misma se impuso. ¿Qué probabilidades había de que Kimberly Hart desistiera de su suicidio porque un desconocido apareció en su apartamento para explicarle que el futuro contaba con ella? Tomando en cuenta los fracasos de los voluntarios anteriores la respuesta era, ninguna. En cambio, Trini se había tomado el tiempo de conocerla y de ganarse su confianza para que, llegado el momento, la explicación no pareciera tan extraña. Pero cuando comenzó a suspirar por el sonido de su risa, a querer verla todos los días o a desear que no tuviera que sufrir por las vidas que su generador arrebató; Trini se arrepintió de no haber seguido el plan original, sabiendo que, si fallaba como el resto de los voluntarios, no solo tendría que vivir con el hecho de haber fallado, si no también de haber perdido a Kimberly, de quien ya estaba irremediablemente enamorada.

Trimberly (One shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora