4. Vecina

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~KRA~

Las cajas de la mudanza bajaban una por una en las manos de Jason y Tommy. Finalmente había encontrado una manera de hacer que se soportaran, al menos por un par de horas. No era una secreto para nadie que entre ellos había una enorme rivalidad por quien sería el primero en conquistarme.

El primero en hablarme de sus sentimientos fue Jason un semestre antes de la graduación. Mi respuesta claramente fue negativa, nunca le dí una sola razón para negarme a ser su novia, pero lo que en ese momento solo era una sospecha para mí, terminó de confirmarse cuando llegó la revelación de Tommy, que sin dudarlo un segundo puedo afirmar que fue aún peor que la de Jason, pues no solo me confesó que llevaba casi año y medio enamorado de mí, sino que también me besó y el tener que decirle que no estaba interesada en él románticamente se volvió ligeramente más complicado.

Pero aquí estábamos, a pesar de todo, bajando mis cosas del camión de mudanzas estacionado frente al edificio en el que finalmente, tras casi 4 años de trabajo y ahorros desde la secundaria, pude comprarme mi propio departamento y librarme de Amanda y Shannon, mis ahora ex roomies.

-Tengan cuidado con esas cajas por favor, están llenas de platos-. Pedí señalando las últimas cajas que aún quedaban en el mediano camión rentado.

-No te preocupes Kim, yo me encargo-. Jason me guiño un ojo y continuo con el trabajo que se ofreció a hacer desde el momento en el que supo de mi cambio de residencia.

Tommy acababa de subir a dejar las cajas que cargaba, así que tardaría un par de minutos en bajar nuevamente. Me detuve frente al enorme edificio de 15 pisos contando una por una de las plantas hasta llegar a la numero 10 donde se encontraba el que sería mi nuevo hogar. Reí cuando vi a mi amigo de ojos verdes asomarse desde el balcón para saludarme con energía. Dijo algo que no pude escuchar así que solo reí y regresé mi mirada a Jason que cargaba una sobre otra las cajas que le dije contenían los frágiles platos de cerámica.

-Jason, solo lleva una, no quiero que se te caigan-. Me acerqué a él intentando tomar una de las dos pero el se apartó y me miró mal.

-Puedo hacerlo Kim, ni siquiera pesan-. Cerré los ojos con frustración pidiendo a cualquier fuerza superior que protegiera la linda y cara vajilla que mi abuela me había heredado.

Miré al interior del camión. Ya no había nada dentro de él así que cerré la parte trasera y coloqué la alarma para seguir a Jason y asegurarme de que no tirara nada. Cuando entré al edificio no lo vi y el sonido del ascensor anunciando cuando pasaba un piso más me informó que mi amigo rubio ya subía rumbo al departamento. Oprimí el botón para esperar a que el único elevador bajara de nuevo.

5 minutos después ya subía para encontrarme con mis atractivos amigos, solo esperaba no encontrarlos discutiendo sobre donde poner las cajas o sobre donde colocar el sillón de una casa que no era de ellos.

Las puertas se abrieron ante mí y prácticamente corrí hacia la única puerta abierta de todo el piso. En el pasillo aún estaba uno de los sillones que acababa de comprar dos días atrás justo para no llegar a mi departamento sin una sala de estar decente.

Jason había comprado un par de cervezas para celebrar la mudanza y esperaba sentarme en los sillones grises, con mis dos mejores amigos para brindar que en ese momento comenzaba oficialmente mi vida de adulta completamente independizada. Tenía 26 años y me sentía absolutamente realizada. Cada una de mis elecciones me habían traído a este momento de mi vida y no me arrepentía de ninguna de ellas. No me arrepentía de haber repetido ese año en la preparatoria, no me arrepentía de haber renunciado a ese horrible primer trabajo, no me arrepentía de haber salido con las personas con las que salí, no me arrepentía de haber cortado toda comunicación con mis padres, cada pequeño punto se conectaba perfectamente con el siguiente para formar la perfecta figura que ahora solo me encargaría de colorear. O en otras palabras, ya tenía construida toda la base y los primeros pisos de un edificio, ahora me dedicaría a construir cuantos pisos me fueran posibles para intentar formar un rascacielos.

Trimberly (One shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora