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El de cabellos grisáceos giró la esquina y se puso en frente del rubio. Justo en el momento en el que se paró el móvil del menor comenzó a emitir una canción indicando que lo estaban llamando.

—Mierda —susurró el de ojos dorados al ver lo que decía la pantalla —.

—¿Quién es? —preguntó amenazante el sicario temiendo por si le habían descubierto.

—Es mi abuelo —contestó tartamudeando el de menor estatura —.

—Ponlo en manos libres y coge la llamada —ordenó el de ropas oscuras, el menor obedeció inmediatamente —.

—¿Si? —preguntó cómo si no supiera quién lo llamaba, obviamente la sabía, pero el estrés le había bloqueado la mente y no se le ocurría otra forma de empezar a hablar.

—¡Zenitsu! —gritó alterado el hombre al otro lado de la línea —¡¿Dónde se supone que estás?! —continuó gritando.

—En... La calle —contestó con inseguridad y bastante nervioso al sentir la atenta mirada del sicario sobre él —.

—¡Vuelve ahora mismo a casa! —exclamó alterado y asustado para así colgar la llamada.

Levantó la mirada para así mirar al sicario de forma asustadiza y nerviosa. Este suspiró.

—Mañana quiero la parte de hoy y de mañana, anda y tira a tu casa —comentaba mientras le daba la espalda al rubio para así salir del callejón —.

Cuando el sicario salió de aquella estrecha calle, Zenitsu hizo lo mismo. Corrió todo lo que pudo hasta llegar a su casa.

Esta estaba llena de policías y una ambulancia, Zenitsu se congeló al ver aquella escena.

Al ver que metían a una persona tumbada en una camilla en la ambulancia, corrió en dirección a esta con las fuerzas que la adrenalina le otorgaba.

Las puertas de la ambulancia se cerraron antes de que Zenitsu pudiera ver algo. Y tan rápido como se cerraron, la ambulancia se fue a una muy alta velocidad.

El rubio comenzó a mirar a su alrededor para buscar a su abuelo para que le explicara que sucedía.

Lo encontró en frente de dos policías que parecían estar interrogando lo.

El de ojos dorados corrió hacia este, cuando el hombre de avanzada edad vio al chico, corrió a abrazarlo y a comenzar a dar gracias a todos los dioses.

—¡¿Qué ha pasado?! —exclamó Zenitsu asustado separándose del abrazo.

—Usted debe ser Zenitsu Agatsuma, ¿verdad? —cuestionó uno de los dos policías que estaban a su lado.

El recién nombrado asintió sintiendo como su corazón latía fuertemente.

—Le explicaremos la situación y luego le tendremos que hacer unas preguntas —explicó el Guardia Civil para apresurarse a hacer lo que había indicado —. A las diez y media de esta misma noche un individuo desconocido entró de forma forzosa a la casa —dijo calmadamente —, rompió una de las ventanas y así entró por esta. La ventana por la que ingresó al hogar era la de la habitación de Kaigaku Agatsuma, que se encontraba allí en esos momentos —explicó, Zenitsu se podía imaginar la que pasó, sus ojos se cristalizaron —. El individuo apuñaló repetidas veces al joven en el abdomen y se fue por la ventana nuevamente —terminó de explicar mientras el menor se llevaba las manos a la boca mientras las lágrimas caían —.

—No hemos podido encontrar ninguna pista que lo delate, por lo que hemos podido averiguar que es un profesional, una de nuestras teorías es que fue un sicario el que lo atacó —habló el otro policía —.

—Ahora, si nos lo permite, empezaremos con la preguntas —continuó hablando el primer Guardia Civil —. ¿Sabe si su hermano tiene alguna enemistad?

—No lo sé —dijo de forma simple, le costaba hablar y tartamudeaba —.

—En ese caso, ¿usted ha sentido que su vida a estado en peligro en algún momento? Otra de la teorías es que no sea algo en contra de la víctima, sino en contra de la familia —volvió a cuestionar el Guardia Civil —.

El rubio se quedó mirando al suelo, recordó lo que había vivido esos días. Quizá si la policía se enteraba podrían protegerlo, pero aún así temía bastante. Además, ese sicario no tenía pinta de querer matarlo, ¿verdad?

—No —susurró de forma muy leve tratando de no tartamudear y de sonar seguro —.

La policía apuntó todo lo que dijo y se retiraron de allí.

—¿Cómo está él? —dijo el de ojos dorados mirando al suelo, ninguna lágrima salía de sus ojos, el terror no le permitía llorar más.

—No le sé, mañana iremos a verle, ¿si? —dijo el de cabellos grisáceos tomando la mano de su nieto haciendo que este le mirara.

Zenitsu al ver la sonrisa melancólica de su abuelo, no pudo evitar romper en llanto mientras lo abrazaba.

El de ojos carmesí miraba la escena desde una distancia prudente para evitar ser visto por la policía.

El móvil del sicario comenzó a sonar, este se alejó y cogió la llamada.

—¿Qué pasa? —preguntó el sicario mientras caminaba en dirección contraria a la casa del rubio.

—Se ha cancelado la petición de asesinato que te encargaron, puedes volver a la central —habló un hombre que era secretario del sicario al otro lado de la línea —.

—¿Por qué se ha cancelado? —cuestionó irritado y curioso.

—La persona que lo encargó contrató a otro sicario para otra víctima, el trabajo del otro ya ha sido realizado, por lo que no necesita que el chaval ese muera —explicó mientras miraba algunos archivos de los casos en su ordenador —. No necesita que muera de momento, es lo que nos ha dicho —colgó la llamada y el sicario se quedó mirando a su teléfono —.

El de cabellos grisáceo marcó otro número en su celular y esperó a que la llamada fuera atendida.

—Muichiro —habló el sicario al notar que la llamada había sido cogida —, necesito que mires algunos archivos del Hospital General, dime si hay alguno de un chico apellidado Agatsuma —explicó al chico que estaba al otro lado de la línea —.

—Espera un segundo —respondió el de mechas celestes buscando la información que la habían pedido —. Sí, hay uno. Kaigaku Agatsuma, cuatro apuñaladas en el abdomen, ahora mismo está en la UCI siendo tratado —contestó leyendo la datos que habían en su monitor —.

—Muchas gracias —agradeció el de joyas extravagantes para así cortar la llamada —.

Comenzó a caminar hacia la central de su mafia, pensaba averiguar quién era la persona que había realizado aquellos pedidos en contra de la familia Agatsuma.

Cuando la policía desalojó la vivienda, Zenitsu se dirigió a su cuarto y a investigar sobre aquella mafia que había en la ciudad. Averiguaría quién estaba en contra de su familia y por qué.

Hired AssassinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora