〘 1 8 〙

3.1K 248 93
                                    

「❤」

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

「❤」

Chile sabia que lo había arruinado otra vez, se había dejado manipular por su ira y fue la primera reacción que tuvo, se sentía un completo imbécil. Lo único que quería ahora era el perdón de su amado porque en serio estaba apenado, sabía que se había sobrepasado con él, ningún país merecía eso. Ahora miraba al peruano que seguía en el piso, tratando de que en su mirada vea el temor de lo que hizo, solo quería que lo perdonara y todo acabará.

Como todas las veces.

No se imaginaba una vida sin su querida pareja.

Comenzó a murmurar un sin fin de cosas tratando de convencer al menor, lo que sea necesario para que pueda perdonar esto, pueda sentir piedad de él y que hagan como si nada haya pasado.

Pero no esperaba que el menor lo rechazara empujándolo con toda la fuerza que poseía.

— ¡No me toques! ¡Aléjate!.- Con el dolor de sus manos heridas y la grieta en su corazón, camino hacia la habitación que compartía con el contrario, encerrándose allí.

En su corazón sabía que tenía que ir por él, tenía que abrazarlo y ayudarlo, ¡Demasiadas cosas que por un estúpido error se sentía lejano!. Quería derribar esa puerta, esa barrera entre él y el peruano para realizar lo que tanto quería.

Pero no podía hacer nada.

Y una lágrima recorrió su mejilla al sentirse perdido.

「❤」

Lo primero que hizo el bicolor fue asegurarse que toda entrada se encuentre sellada, cerrada de toda salida de su habitación se encuentre lejos de la luz del sol; cerró con llave aquel cuarto para evitar el paso del mayor. El miedo seguía en el, todo su cuerpo estaba temblando, sin parar, el miedo lo estaba invadiendo.

Ya no sabía a quién pedir ayuda, se sentía tan pequeño.

En el espejo toco esa reciente marca, sabía que dejaría una cicatriz notoria en piel, ¿Qué podía responder ante esto? No quería que nadie sintiera lástima y odio por el chileno, era suficiente con la reputación que ya tenía.

Miro a su cama, observando el móvil del tricolor encima de él, podría ser una buena oportunidad para pedir ayuda, a quien sea, necesitaba a alguien ahora que lo pueda ayudar.

— Venezuela...- Susurro, por suerte, Chile tenía agendado el número del venezolano.

Una cristalina lágrima cayó mientras buscaba desesperadamente, seguida de muchas más, dejando sus mejillas ahora empapadas, provocando un ardor en la abertura, sintiendo la impotencia de no poder enfrentar al país que se encontraba afuera.

- Venezuela, contesta por favor.- Sentía el temor de que el chileno lograra abrir esa puerta.

Dolía tan profundamente el sentimiento de dolor, no solo de esa herida, sino por los temerarios celos enfermizos. ¿Dónde quedo en que iban a cambiar? Parece que ese trato quedo en el olvido, dejando a la bestia que era su pareja.

¿Amor? [Chirú // Violentometro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora