Capítulo 15: Puzle.

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Claudia llegaba a comisaría poco después de haber recibido la llamada del Comisario Jefe, pidiéndole que acudiera allí. Aquella llamada solo podía significar una cosa: que el equipo de laboratorio había descubierto algo nuevo. La joven inspectora se encontraba tan confusa con respecto al caso, que cualquier pista le sería de mucha ayuda para seguir investigando. Realmente, esperaba con ilusión que aquel nuevo hallazgo confirmara de una vez la implicación de Minami y el director de la academia en la muerte de Shiraho.

—¡Jefe! —lo llamó Claudia mientras abría de golpe la puerta del despacho.

El Comisario sufrió un tremendo sobresalto ante aquella entrada de su subordinada.

—¡Me vas a matar de un susto un día de estos, Claudia! —se quejó desde su silla—. Vamos, pasa, no te quedes ahí.

—Lo siento, lo siento. —Claudia se colocó frente a la mesa de escritorio que la separaba de su superior y educadamente le cedió la palabra.

—Hemos conseguido averiguar algo más de aquellos papeles quemados que encontraste en una papelera de la academia, los que la propia víctima tiró.

—Pues no parece muy contento, jefe. —Claudia se había fijado de inmediato en su semblante serio.

—Lo sé. —El Comisario se llevó una mano al rostro en señal de cansancio—. Este caso me va a hacer envejecer diez años.

—¿Qué ha ocurrido?

—Creemos que los papeles que tiró Shiraho Suzuran no eran notas escritas por alguien, sino un documento cualquiera.

—¿Cómo lo sabe? —se interesó Arron.

—El laboratorio ha podido identificar la tinta del símbolo parcialmente borrado que había en él, la cual se usa para el sellado de documentos oficiales. Es posible que la víctima recibiera una carta de alguna institución.

—¿La Academia Aihara, quizás? —Claudia apoyó ambas manos sobre la mesa de su jefe, cada vez con más interés.

—Es muy posible, pero aún no lo hemos confirmado.

—Entiendo... —Claudia volvió a su posición, deteniéndose a pensar por un instante—. Y Shiraho se deshizo de esa carta...

—Quizás era una carta de expulsión.

—La verdad es que no sería muy descabellado pensar que la querían expulsar... —La inspectora guardó unos segundos de silencio antes de dirigirse de nuevo a su superior—. Yo... también he descubierto algo nuevo.

—¿De qué se trata?

—Minami Kuma quería apartar a Shiraho de la obra a toda costa, y había amenazado con retirar la financiación que su familia aportaba a la academia. Puede que Taniguchi Mitsuko y el director llegaran a un acuerdo con él.

—¿Y por qué querría Minami apartarla de la obra?

—Porque había descubierto que Shiraho era la amante secreta de su prometida...

Al Comisario le llevó unos segundos asimilar lo que había oído pero, muy sorprendido, habló de nuevo:

—¿Cómo has dicho?

—Nadadoras de aguas profundas... —Claudia rio nerviosa.

—¿Qué?

—Nada, nada. —La inspectora se rascó la nuca, tratando de disimular—. Digamos que las estudiantes se aprecian mucho.

—Está bien, está bien. —El Comisario dejó a un lado los líos amorosos y chismorreos—. Mañana seguiremos con esto, ya es hora de comer y supongo que querrás irte a casa.

Amor en escenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora