Final

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Año nuevo

Jun llevaba toda la noche lejos de Chan, sin respirar su mismo aire, sentía que se moría; pero al verlo salir de la habitación en donde se llevaba acabo la fiesta de fin de año sin dudarlo lo siguió, viendo como se subía al ascensor y para que no lo viese casi se tiró a las escaleras. Con la esperanza de que fuese a la habitación de ellos, empezó a subir corriendo las escaleras con rapidez y desesperación por encontrarse con él. Cuando llegó arriba lo encontró metiendo la llave en la ranura, se escondió tras oír la puerta cerrar y soportó que una mujer mayor junto con su perro chihuahua que pasaban por el mismo pasillo pensara cosas raras de él.  Cuando esta se fue se acercó a la puerta como si se tratase de un ladrón y metió la llave sigilosamente, al entrar no lo vio en la sala y al levantar un poco más la mirada, lo vio, vio como salía a la terraza y sin pensárselo salió a por él y lo pudo observar mejor: con su bebida en la mano, apoyado en la barandilla mirando las estrellas con desdén, su traje negro con destellos plateados era uno de los tantos regalos que él le había dado y sin duda le encantaba verlo con ello puesto, para su gusto le hacía aun más irresistible.



-Están hermosas-susurró muy cerca de su oído, provocando que Chan diera un respingo. Para que al girarse se encontrara con los labios de su alto esposo atrapados a los de él, y no se negó,  al contrarió, pasó sus brazos tras su cuello llevando consigo la bebida.



-Te echaba de menos-dijo apoyando su frente contra la de un agachado Jun.



-Y yo a ti, me faltaba el aire



-Eres un exagerado-comentó riendo mientras sus narices jugaban-tengo ganas de ver a los peques-comentó con impaciencia.



-Y me dices exagerado a mi. Cuando a ti te separan una noche de nuestros hijos y ya estas por morirte.



Ambos sonrieron y volvieron a besarse. Acompañados por los luminosos estallidos de los fuegos artificiales y los gritos de la gente de la habitación inferior se oyeron como si estuvieran ahí mismo.



-Feliz año nuevo, amor



-Feliz año, cariño-dijo Chan besándolo una vez más y en ese mismo momento el cielo se despejó y de reojo ambos pudieron ver el destello de un estrella fugaz.



-No pidas nada-se apresuró el ya señor Wen-por favor.



-Aunque no me lo pidieses no iba a pedir nada-dijo captando la atención de su pareja-tengo todo lo que quiero y cómo lo quiero. Aunque la última vez que pedí un deseo fue cumplido de una manera un tanto...extraña



-¿Qué?¿Tú pediste...un deseo?-peguntó entre anonado e incrédulo el mas bajo de entre los dos.

Cuidado con lo que deseas |• JuNoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora