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Capítulo final

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Meses después...

🎁 Callum 🎁

-¡Voy tarde! y no se supone que los profesores lleguen tarde- Cal se rió mientras veía a su novio corriendo de un lado a otro por el apartamento como si estuviera ocurriendo una emergencia.

Se recostó en la cabecera de la cama aun con las sábanas alrededor de su cintura y disfruto de la vista de Leif yendo a la ducha y saliendo un par de minutos después con el cabello goteando y sin nada cubriendo su sexy cuerpo. Leif no tenía curvas femeninas, solo bordes duros, masculinos, pero infinitamente hermosos. Sexy como el pecado. Se mordió el labio cuando lo vio inclinarse para ponerse la ropa interior... y pensar que hace poco aun estaba dentro de ese hermoso trasero. Su entrepierna cosquilleo ante el recuerdo.

Cal nunca había sido partidario de compartir su espacio con alguien más. Su apartamento era como su santuario y por lo tanto lo protegía con recelo. Nunca le gustó llevar a sus ligues y dejar que se quedaran a dormir. E incluso con Ágata, la relación más seria que había tenido, se limitaba a verla fuera, a dormir en el apartamento de la chica.Quizá fue en parte eso lo que desgastó la relación, la innumerable cantidad de veces que ella le pidió mudarse juntos y Cal se negó sin siquiera pensarlo. ¿Pero con Leif? Mierda... estaba prácticamente rogándole que se mudara con él al mes de empezar a  salir.

No le veía sentido a no hacerlo cuando vivían justo enfrente y Cal pasaba más tiempo con Leif que solo. Y para que negarlo, Cal odiaba despedirse de Tate por las noches.La decisión fue fácil de tomar. Debían vivir juntos. Aunque fue difícil convencer al rubio, pero lo había conseguido y solo una semana atrás, Leif Cassel se había mudado definitivamente.

Y aquella mañana Cal había despertado y su corazón se había llenado de calidez al ver aquella cabellera rubia descansando sobre su pecho. Fue tan revelador darse cuenta de que quería despertar de esa manera siempre. El sentimiento fue tan grande y abrumador que la única manera de canalizar todas esas emociones, fue despertar a Leif y hacerle el amor. Lo había rodado sobre su espalda, antes de acomodarse entre sus piernas y dejar un camino de besos desde su cuello hasta su boca y maldición, ver esos ojos verdes abrirse inundados de deseo, fue todo lo que pudo soportar antes de dejarse arrastrar por la necesidad y el amor que el chico le inspiraba.

Deslizarse dentro de Leif siempre era una experiencia por demás agradable. La estreches, la  calidez que lo recibía tan bien, haciéndolo sentir como si estuviera en casa. Y eso sumando a la manera en la que el rubio se entregaba sin dudarlo, con sus expresiones tan  sinceras, tan abiertas y entregadas que era imposible no amarlo de todas las maneras posibles. Besarlo, acariciarlo era algo que Cal adoraba hacer y más cuando su novio era tan receptivo. Gemía, rogaba de una manera tan sexy que el castaño no podía más que entregarle todo lo que tenía; susurrándole palabras cariñosas (y a veces un poco sucias) sabiendo que eso llevaría a Leif hasta la cima. Y verlo correrse con esa expresión de absoluto éxtasis, solo servía para que Callum alcanzara su propio orgasmo sintiendo que más que un poco de sexo, le había dado a Leif un trozo de su alma.

Pero quizá aquella mañana se habían entretenido más de la cuenta y Leif estaba llegando tarde a su trabajo.

-Rayos, es tarde...y aun debo darle el desayuno a tate...

-Leif- trató de llamar su atención, pero el chico no le prestó atención.

- Y se supone que hoy es mi turno de supervisar la puerta principal.

- Leif

- El Director Travis no estará feliz si llego tarde. Especialmente porque ayer dijo que yo era un ejemplo de puntualidad.

Querido Santa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora