Enamorado de una Rulér- Jorge Anzaldo [Chinos]

Dos- Diego Cardenas

La alarma resonó a las cinco en punto, contenta se duchó y tomó las maletas que preparó la previa noche.

A las seis en punto pasó una camioneta por ella, estaban tocando el claxon.

"Ya voy" gritó ella mientras corría con las maletas en mano. Estaba un poco nerviosa pero más al ser recibida por Diego Cardenas, su ídolo y una persona que grababa con una cámara profesional detrás de él.

— Hola!!!-saludó el chico con mucha energía y una leve risa.

La chica se llevó las manos a la boca muy tímidamente.

— hola Diego!-lo abrazó cálidamente.

— ¿qué tal, lista para vivir con nosotros un tiempo?

— Si, estoy emocionada!

— Bien-apuntó a sus maletas- déjame llevar eso por ti-el chico sin duda alguna entró por las maletas y las subió a la camioneta.

— ¿que vamos a hacer allá? por cierto, Soy Sofia

— ni idea Sofia, créeme que ni a nosotros nos han dicho en qué consiste todo esto, más o menos nos dieron una idea pero no nos dicen nada.

— Sin duda sufriremos

— yo creo y espero que no-rio Diego junto con la chica.

Subieron a la camioneta, Sofia no podía creer que estuviera como copiloto de Diego Cardenas platicando como si fueran amigos de por vida, el estaba conociendo de ella mediante las preguntas y ella también.

— Ahorita vamos a llegar al depa por Jorge y después por los demás ¿sale?

— Sip, está bien.

Su corazón se estremeció al escuchar el nombre "Jorge"

Suspiró mientras apretaba un poco sus rodillas.
La camioneta se estacionó frente a un departamento muy atractivo a la vista de cualquier persona.
Diego hizo una reverencia y le abrió la Puerta a la ruler.
La había invitado a pasar mientras arreglaba unas cuantas cosas que llevaría.

— ¿Jorge, ya estás listo?!-gritó el mayor mirando hacia arriba de las escaleras.

— Ya voy-la chica sonrió al escuchar esa voz tan linda- ya llegó la ruler?

— Si, está esperándote, ándale apúrate.

Se escuchaban los pasos de alguien bajar las escaleras de prisa, su alma se congeló al verlo ahí, caminando hacia ella con una sonrisa amigable y esos rulos marcados por su cabeza.
De una cosa estaba segura, debía de fingir que no le gustaba aquel chico, y ni siquiera sabía por qué lo haría.

— Holaaaaa!!  ¿cómo estás?-la abrazó mientras la cámara grababa aquel momento.

— Hola!, pues emocionada, lo normal-dijo con un poco de humor.

— ¿ya desayunaste?

— No, salí a las carreras-admitió.

— Bien, Diego quiere llegar por unos tacos, aunque ya es tarde... ¡Diego muévete!-gritó a su amigo para después sonreírle a la ruler.