George Weasley siempre ha encontrado a Clarise, como sus pensamientos lo dicen, perfecta, y es que para todo Hogwarts es obvio, incluso para ellos, todos saben que George Weasley está enamorado de Clarise Potter, al igual que Clarise Potter está ena...
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𝘯𝘰 𝘵𝘦 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘷𝘰𝘵𝘢𝘳! ༺✩༻❀༺✩༻
El domingo siguiente, la señora Weasley los despertó a todos temprano. Después de tomarse rápidamente media docena de emparedados de beicon cada uno, se pusieron las chaquetas y la señora Weasley, cogiendo una maceta de la repisa de la chimenea de la cocina, echó un vistazo dentro.
Molly: ya casi no nos queda, Arthur - dijo con un suspiro - tenemos que comprar un poco más... ¡bueno, los huéspedes primero!, primero tú Harry, cielo!
Y le ofreció la maceta. Harry vio que todos lo miraban.
Harry: qué... qué es lo que tengo que hacer? - tartamudeó
Ron: Harry y Clarise nunca han viajado con polvos flu - dijo Ron de pronto - lo siento, no me acordaba chicos
Arthur: nunca? - le preguntó el señor Weasley - pero, cómo llegasteis al callejón Diagon el año pasado para comprar las cosas que necesitabais?
Clarise: en metro...
Arthur: de verdad? - inquirió interesado el señor Weasley - había escaleras mecánicas? ¿cómo son exactamente...?
Molly: ahora no, Arthur - le interrumpió la señora Weasley - los polvos flu son mucho más rápidos, pero la verdad es que sino los habéis usado nunca...
Fred: lo harán bien, mamá - dijo Fred - Harry, Clarise, primero miradnos a nosotros
Cogió de la maceta un pellizco de aquellos polvos brillantes, se acercó al fuego y los arrojó a las llamas. Produciendo un estruendo atronador, las llamas se volvieron de color verde esmeralda y se hicieron más altas que Fred. Este se metió en la chimenea, gritando: «¡Al callejón Diagon!», y desapareció.
Molly: tenéis que pronunciarlo claramente - dijo a los mellizos la señora Weasley, mientras George se despedía de Clarise susurrándole un "suerte y hasta ahora" e introducía la mano en la maceta - y ten cuidado de salir por la chimenea correcta
Clarise: qué? - preguntó Clarise nerviosa, al tiempo que la hoguera volvía a tronar y se tragaba a George
Molly: bueno, ya sabéis, hay una cantidad tremenda de chimeneas de magos entre las que escoger, pero con tal de que pronunciéis claro...
Arthur: lo harán bien, Molly, no te apures - le dijo el señor Weasley, sirviéndose también polvos flu
Molly: pero, querido, si los chicos se perdiera, ¿cómo se lo íbamos a explicar a sus tíos?
