Capítulo 60: La Doncella de Hierro y Jacques.

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"La flecha había cruzado el cuerpo de aquella liebre, lo curioso era que era blanca como la nieve, una liebre albina, Jacques se dirigió hacia la liebre y quitó la flecha del pecho de la liebre. Murió instantáneamente. Luego Jacques miró hacia el cielo, de entre las copas de los arboles podía observarse grandes columnas de humo. El muchacho guardó la liebre en su bolso de cuero y se subió a uno de los árboles. Desde la cima pudo ver la aldea en la cercanía y como esta estaba en llamas. Notó los jinetes y sus capas de cuero. En ese momento supo de quien se trataba... "Alfonz" Jacques bajó del árbol. Entonces escuchó a alguien que corría en el bosque. El muchacho fue por su espada y se escondió detrás del tronco de un árbol. El muchacho desenfundó su espada, estaba listo para matar al bastardo que tratase de ir por él. pero para su sorpresa no se trataba de un saqueador, o de un hombre, sino de una muchacha, debía ser una campesina de la aldea. La chica iba corriendo a todo lo que le daban sus pies pero entonces cayó un una zanja y se golpeó la cabeza con el suelo. Jacques se dirigió hacia ella, su larga cabellera cubría su rostro y Jacques movió uno de los mechones que cubría su rostro con la punta de su espada. La chica no era de mal ver, pero sin duda las había más bonitas. Entonces escuchó hombres en la cercanía, sabía cuál sería el destino de esa chica si la dejaba a merced de los hombres de Alfonz. Jacques entonces la cargó, por suerte era una campesina que había llevado una mala alimentación toda su vida pues estaba desnutrida y era liviana. Jacques se la llevó a su campamento."

Selene desenfundó su espada, los hombres la miraron a medida que la chica los miraba.

--¡Hermanos! ¡Hermanas! —exclamó Selene.—¡Nuestro enemigo esta ahí al frente! ¡Estamos tan cerca de liberar Tierra Santa, de traer paz! ¡Marchad conmigo una ultima vez!, ¡Duque Enrico, usted y sus tropas quienes llegaron a Tierra Santa para liberarla de manos de Saladino! ¡Todo nos lleva a este momento! ¡Sultán Hairam!¡Su pueblo quien sufrió la persecución a manos de Saladino, está a punto de terminar! ¡Señora Sarah de Escalón, sus pueblo nunca más será débil ante los ojos de los sarracenos! ¡Marchad conmigo, Peleen conmigo! ¡Vivan conmigo! ¡Hacia la victoria! ¡Atacad! —exclamó Selene. Y las tropas comenzaron a correr hacia el campo de Batalla Jacques desenfundó su espada y cabalgó, las tropas chocaron en medio del campo de batalla, Jacques peleaba a lomos de su caballo lanzando tajos descendentes a diestra y siniestra, su semental negro encabritaba a medida que atropellaba a los soldados enemigos bajo sus pezuñas. El muchacho entonces chocó espadas contra el espadón de un hombretón que tenía la cabeza rapada. La fuerza del choque de las espadas tiró a Jacques de su caballo a la arena. El hombre cabalgaba a los lomos de un Percherón gris. El hombre meneaba el mandoble como si fuese una espada de mano. Jacques se reincorporó el muchacho entonces trató de enfocar al hombre podía ver perfectamente en tiempo más lento por donde atacaría el hombre, Jacques entonces levantó la espada por encima de su cabeza y esperó, El hombretón corrió hacia Jacques con la intención de embestirlo con su montura pero Jacques dio un giro y cortó la garganta del caballo. La espada de Jacques quedó clavada en el cuerpo de la bestia.

Jacques entonces desenfundó el hacha que traía en la espalda.

--¡Al fin un digno oponente! —exclamó el hombretón. —Vamos muchacho, hazme el día. Dijo el hombretón mientras sujetaba con firmeza la espada. El hombre dio un salto y lanzó el tajo, Jacques entonces alzó el hacha de guerra y con la hoja curva del hacha logró desviar a un lado el golpe del hombre.

--¡Un hacha en serio! —exclamó el hombretón. Y lanzó un tajo hacia la cabeza del muchacho, Jacques lo evadió. Entonces el muchacho lanzó un golpe con el hacha en el vientre del hombre, el hacha era más veloz que la espada. Pero el hombre logró evadirlo. Jacques entonces giró su hacha y volvió a dar un contragolpe. El hacha chocó contra el peto del hombretón y logró enterrarse en el cuerpo del hombretón. El hombretón entonces comenzó a reír histéricamente. Y le dio un golpe a Jacques con su puño en la cara, EL golpe fue tan fuerte que arrojó a Jacques a la arena. El hombretón entonces desenterró el hacha de su pecho y simplemente la dejó caer en la arena. El hombretón entonces se dirigió a Jacques y le tomó de un pie. Y lo arrastró, Jacques no pudo tomar nada más que un puñado de arena que le arrojó al hombre a la cara, El hombre trató de tallarse los ojos y Jacques le dio un golpe con todas sus fuerzas en la cara, le rompió la nariz al hombretón. El gigante lanzó un gruñido de dolor, pero eso le dio a Jacques tiempo suficiente para ir a buscar su hacha.

El hombre lo miró con ojos llenos de ira a Jacques. El hombretón colocó su pulgar y su dedo medio en su nariz y dio un tirón, de un golpe se arregló la nariz.

--¡Felicidades muchacho has logrado hacerme enojar! —Exclamó el hombretón furioso y se arrojó contra Jacques. El muchacho sabía que lo embestiría. El hombre agarró a Jaques y lo levantó, comenzó a estrujarle la espalda, si Jacques no hacía nada lo mataría. El muchacho tampoco podía el hacha de dos manos para matar al hombre ya que estaba muy cerca. El aire comenzó a escapar del cuerpo de Jacques. --¡Mírame! ¡Mírame! –exclamó el hombretón. --¡Quiero ver cuando la luz se escape de tus ojos! —dijo el hombretón.

El mango del hacha comenzó a resbalarse de la mano de Jacques, cuando el muchacho entonces se dio cuenta que ese era el momento de atacar. Jacques lanzó un grito que sonó más como un rugido de guerra cuando con una sola mano logró levantar el hacha y lanzó un golpe lateral en la cabeza del hombre. La hoja del hacha atravesó la cara del hombretón hasta media cara, El hombre todavía dio un parpadeo antes de caer muerto al suelo, Jacques comenzó a toser sangre. Desenterró el hacha del rostro del hombretón. luego caminó hacia la montura y desenterró la espada del caballo muerto. Los hombres continuaban atacando el frente, tratando de romper el flanco central de Edric Bardo, entonces fue cuando se separaron las tropas de Edric en dos flancos. Selene fue empujada por los hombres tras ella entre los flancos y su caballo fue justado por ambos lados.

--¡Selene! —Exclamó Jacques. --¡Hombres conmigo! ¡Seguidme! ¡Protejan a su comandante! --Exclamó Jacques y se abrió paso entre el muro de escudos que protegían a ambos flancos. Con el hacha de Alou logró matar a uno de los hombres detrás del escudo y luego blandió el hacha de lado, y logró hacer una brecha en su formación enemiga, por donde sus hombres traspasaron rompiendo el flanco izquierdo. Entonces vio como la milicia de Escalón ya había empezado a entablar combate con el segundo flanco. Sarah estaba sobre su caballo con una armadura de cobre gritando.

--¡Hombres de Escalón peleen por Selene! ¡Peleen por Escalón! ¡Peleen por su señora! —exclamó ella. un muro de picas se enterró contra los hombres de la formación del flanco izquierdo. Jacques luchó con destreza en el campo de batalla, dando gritos, los hombres caían por ambos lados, y su sangre era devorada con velocidad por la arena. Fue entonces, que un tercer flanco de hombres dirigirse contra las tropas de Selene y contra ella en especial. Jacques tenía que llegar con ella, más hombres se unieron a la causa de Jacques. Y continuaron avanzando hacia la posición de Selene.

--¡Selene! –exclamó Jacques. El hombre continuaba avanzando y mandando refuerzos a la ya carcomida unidad de soldados que peleaban con Selene. Entre ellos vio entonces a él. A Edric Bardo, el hombre había entrado finalmente a la batalla y ahora se dirigía hacia Selene. Cinco hombres fueron tras Jacques. El muchacho comenzó a perder terreno, otros hombres entraron en batalla con ellos para permitirle el paso a Jacques.

Entonces Jacques sintió un dolor intenso en su corazón, pensó que le habían dado con una flecha o con algo, pero no era nada, sabía que algo andaba mal, tuvo un mal presentimiento. Y miró a Selene, la chica estaba peleando un duelo singular contra Edric Bardo. El muchacho tenía peor técnica que Selene, pero la chica ya se notaba cansada, entonces cuando los dos chocaron espadas y comenzaron a forcejear, Selene rotó su espada, e hizo perder equilibrio a Edric, sin embargo, el muchacho antes de perder el equilibrio desenfundó una daga y trató de apuñalar a Selene en la cabeza, por la fuerza el yelmo de Selene salió volando, pero el ataque de Edric no había sido dañino.

Más enemigos le cortaron el paso a Jacques, tenía que reconocerlo, los sarracenos sabían pelear bien y no sabían rendirse. Pelearían hasta el último hombre de ser necesario. Jacques trató de ver entre el constante movimiento de los hombres a Selene, la chica y el comandante enemigo se quedaron viendo por unos instantes y luego se abrazaron en medio del campo de batalla. El dolor volvió a Jacques. Y luego fue embestido por una gran cantidad de hombres. Mientras empujaban a Jacques el muchacho miró hacía la colina, cuando vio un gran ejercito de jinetes bajar, los estandartes del león, de la flor de Liz y del águila bicéfala. Los cruzados.

Jacques trató de reincorporarse, tenía que encontrar a Selene tenía que escapar de ahí, Entonces la vio arrodillada mientras abrazaba a su hermano...una flecha en el pecho de Edric. Sintió entonces nuevamente el dolor intenso cuando vio a Selene. Algo no estaba bien con ella. Jacques trató de acercarse, pero entonces dos de sus hombres lo agarraron por los hombros Selene yacía a gatas aferrada a los pies de Edric.

--¡No! ¡Selene! ¡Selene! —exclamó Jacques mientras los hombres trataban de sacar a Jacques de la confrontación, la llegada de los cruzados marcaba el fin de la batalla. Y Jacques supo entonces lo que había pasado.

La Doncella de Hierro IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora