¿Qué es navidad?

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Desde que Draco tenía memoria nunca supo cual era el verdadero significado de la navidad, para él solo era recibir los grandes y números regalos de sus padres que trataban de llenar el vacío del abandono que sentía durante las fiestas. Y ahora con este raro sueño que tenía, le mostraba algo diferente que nunca imaginó que podría suceder.

Tal vez debería regresar a casa y continuar el sueño para que pronto acabará y volviera a su vida común. Por más real que se sintiera, sabía que todo esto era falso.

—Demonios.—dijo Draco golpeándose con algunas ramas de un árbol al estar distraído.

Solo regreso a dónde suponía que era su casa, entro por la gran puerta y escuchó algunas palabras.

— ¿Por qué se fue? No entiendo he tratado de que cada navidad sea especial para él y parece no importarle.—se escuchaban algunos sollozos en la cocina, se acercó silenciosamente para ver quiénes era.

—Tranquila Herms, sabemos que para Draco fue difícil pasar navidad. Pero ahora que estás aquí con él, todo es diferente.—dijo Pansy tratando de animar a la castaña, aunque internamente quería matar a su rubio amigo.

—Se dará cuenta que su rabieta de niño pequeño es absurda y volverá.—continuó diciendo Tory.

—Papá ¿Dónde estabas?—su pequeña copia estaba delante de él. Pero en cuanto vio que su tía se acercaba corrió escaleras arriba.

—Al fin regresas.—dijo Pansy molesta viendo a su rubio amigo con algunos rasguños es su rostro.—No entiendo tu actitud, pero no es justo lo que hiciste.

— ¿En serio estás de su lado?—al menos creía que sus amigos estarían de su lado como siempre en este sueño.

—Solo deberían arreglarse para la cena, llamaré a Ron de que ya regresaste.—dijo Tory igual de molesta que la azabache. Cuando ambas se fueron Hermione al fin habló.

— ¿Por qué te fuiste?—preguntó tratando de contener las lágrimas, era la primera Navidad que serían anfitriones y su esposo la había abandonado como si nada durante todo el día y parte de la tarde.

—No me gusta la navidad, ni siquiera le encuentro sentido a esta fecha.—hablo Draco de lo más tranquilo.

—Es estar con tu familia y amigos.—Hermione trataba de controlar sus gritos para no llamar la atención de sus hijos, nunca le había gustado que ellos escucharán la discusión que tenían.

—Pase la mayor parte de mi vida solo Granger, nunca aprendí a ser bueno con el prójimo.

— Cancelaría todo esto, pero no lo haré por mis hijos.—dijo Hermione subiendo las escaleras.

Draco no pensaba pasar más tiempo ahí, estaba aturdido y con un dolor agudo de cabeza que no lo haría tolerar gente ese día. Subió las escaleras para tomar su abrigo e irse a algún bar lejos de casa.

Pero entró a una habitación que no era suya, ahí estaban sus 3 hijos, sentados en la cama.

— ¿Por qué pelearon?—pregunto el mayor de ellos mirando fijamente a su padre.

—Si es por el hurón que pedí, no lo quiero.—dijo la pequeña Themis mirando con ojos llorosos a su padre.

El mirar a los 3 niños provocó un sentimiento de culpa a Draco, él sabía lo que era tener una mala navidad en su infancia y ahora estaba arruinando la de aquellos niños.

—Los adultos a veces discuten por tonterías.—se inco para estar a la altura de Themis y limpio una de las lágrimas que caían sobre su mejilla.—Ninguno tiene la culpa de que su padre sea un tonto.

— ¿Entonces, por qué no quieres pasar navidad con nosotros?—preguntó Scor mirando más serio a su padre.

—Es algo complicado.

—Nada es complicado, solo dilo.—dijo Abraxas y los tres niños se sentaron en el suelo. Draco imitó la acción de sus hijos.

—La navidad solía ser muy solitaria para mí, no tenía con quién pasar las fechas y nunca supe lo que era pasar este día con mi familia.—explicó Draco con las palabras más sencillas que podía decir para unos niños de 8 y 7 años.

—Por eso te esfuerzas con nosotros.—dijo Themis— ¿Para qué no pasemos lo mismo que tú?

Draco no entendía lo que su hija decía, así que se levantó del suelo y busco en el librero un álbum de fotos. En este aparecía todas las navidades que pasaban junto a sus hijos desde que estaban en el vientre de Hermione hasta el momento, se notaba la felicidad en sus ojos con solo admirar las fotografías.

—Sí, no quiero que ustedes pasen lo mismo que yo.—confesó Draco—Ahora un abrazo para papá.

Sus tres hijos abrazaron a su padre, incluso ese abrazo se sentía real y podía sentir como algo que faltaba al fin era encontrado.

La cena comenzaba y Hermione terminaba de acomodar los últimos detalles de la enorme mesa para todos sus invitados, por la chimenea aparecían las familias Nott Levogood, Weasley Greengass, Zabini Weasley, Longbottom Greengass y Potter Parkinson con sus respectivos hijos.

— ¿Todo bien Hermione?—preguntó Harry a su mejor amiga al notar la un poco distraída.

—Solo fue una pequeña pelea tonta.—apareció Draco luciendo un elegante traje negro.—Todas las parejas la tienen.

—Creo que actuaste muy inmaduro Malfoy.—recrimino Harry.

—Lo sé.—dijo Draco y tomo a Hermione de la mano para llevarla a otro lado de la casa—Se que actúe como un verdadero idiota, solo tenía miedo de que esto saliera mal.

—Draco, eres un idiota por hacerme sufrir pero yo soy más idiota por creer en ti.—dijo Hermione aún molesta con el rubio.

Sabía que el enojo de la castaña iba a durar un tiempo y por sus hijos trataría de que ella lo perdonará. Se dio la vuelta y se fue con los invitados.

—Este es el regalo de mamá, deberías dárselo para que te perdoné.—apareció Abraxas con una pequeña caja en manos.

—Aún no es momento de los regalos pero toma.—dijo Draco evitando que la castaña saliera de la cocina.

— ¿Por qué piensas que un regalo lo solucionará?—claro para él lo solucionaba, pero al parecer para la castaña no.

—Abrelo.—dijo con seguridad. La castaña abrió la caja de madera y vió una esfera, aquella esfera que tenía en Hogwarts y mostraba un recuerdo navideño.

Se acercó aún más y miró a través de la esfera, se observaba la imagen de Draco bailando junto a Hermione y al fondo un gran árbol de navidad, miró con cuidado y lo notó. La ropa y su rostro lo mostraba, era su último año de Hogwarts. Por último un muérdago apareció arriba de ambos y un pequeño beso fue depositado en los labios de la castaña.

—Es nuestro primer baile.—dijo Hermione viendo a Draco.

—Esta esfera muestra un recuerdo navideño, el más importante para mí.—dijo observando el artículo encantado.—Y al parecer tu eres ese recuerdo.

Las doce campanadas anunciaban la navidad, las risas y voces iban disminuyendo con el sonido de cada campanada, Draco se acercó aún más a Hermione y tuvo el valor de besarla. La última campanada sonó y Draco despertó.

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Deseó de navidad |Dramione|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora