Jade y Perrie se encontraban paradas frente a la puerta de la casa de los Thirlwall. La castaña sacó unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta, dejó que la ojiazul entrara primero.
Cuando Perrie entró se dió cuenta de que todas las luces del lugar estaban apagadas. De repente sintió unos delgados brazos rodear su cintura.
- Feliz cumpleaños - le susurró Jade en el oído para después dejar un delicado beso en su mejilla.
Acto seguido se prendieron las luces y mucha gente saltó gritando "sorpresa".
La rubia por instinto se llevó ambas manos a la boca, pues no se esperaba eso. Captó que estaba todo su grupo de amigos: Michelle, Emily, Thomas, Jacob, Mason y por supuesto Jade. Además estaba su tía Joanne y su prima Ellie, que básicamente eran su madre y su hermana. Su madre real desapareció de su vida cuando ella apenas era un bebé, nunca supo nada de ella y honestamente nunca le importó.
Abrazó a cada una de las personas que se encontraban en el lugar. Nada ni nadie lograba borrarle la sonrisa que llevaba en el rostro.
Comieron pizza mientras veían una película de comedia. Jugaron juegos de mesa, juegos de preguntas, y hasta verdad o reto.
Jade en ningún momento apartó la vista de su rubia favorita, estaba hipnotizada con la brillante sonrisa que tenía en su hermoso rostro. Perrie sentía una mirada sobre ella y, cuando descubrió que era de la morena, su sonrisa se hizo aún más grande.
La estaban pasando de maravilla, pero a las doce de la noche todos sus amigos se tuvieron que ir a sus respectivos hogares. La rubia se despidió de cada uno de ellos, y les agradeció por haber ido a la fiesta. Su tía y su prima fueron las últimas en irse. Joanne dio el permiso para que Perrie se quedara a dormir en casa de Jade, con la condición de que estuviera en casa antes del almuerzo del día siguiente.
- ¿Tú organizaste todo, no es así? - preguntó la rubia acercándose lentamente a Jade.
- Pues si... ¿la pasaste bien? - preguntó la castaña rodeando la cintura de Perrie.
- Nunca la había pasado mejor. Muchas gracias por todo - la ojiazul rodeó el cuello de la morena y la abrazó fuertemente.
Empezaron a caminar abrazadas hasta que chocaron con el sofá que se encontraba en el living.
La morena recostó a Perrie delicadamente en el sofá y se sentó a horcajadas sobre ella. Se quedaron mirando un largo rato. La morena estaba embobada mirando las finas facciones de la rubia. La rubia miraba con admiración el rostro de Jade, mientras acariciaba el sedoso pelo castaño.
De a poco la castaña fue acercando su rostro al de la rubia, pero en vez de besar sus labios, besó su frente.
- Hey - se quejó Perrie haciendo un pequeño puchero con los labios - Quiero un beso de verdad.
- Como tu digas niña caprichosa - se burló la castaña. Acto seguido cortó la distancia que había entre ellas y la besó con ternura.
Jade se había vuelto adicta a los labios de su rubia. Se sentían tan suaves, sentía que estaba en una nube.
Por otro lado, Perrie estaba feliz de al fin poder besar los labios de su castaña amiga. Llevaba tanto tiempo con el deseo de sentir esos labios, y ahora podía hacerlo, y vaya que lo estaba disfrutando. Sus labios encajaban perfectamente, se movían en una hermosa sintonia, como si estuvieran destinados a besarse.
Perrie empezó a acariciar la espalda de su amiga bajo la camiseta blanca que llevaba puesta. Esto hizo que la piel bronceada de Jade se erizara por completo y que un escalofrio recorriera toda su espina dorsal.
- Vamos a dormir, se hace tarde - murmuró Jade entre besos.
Se paró del regazo de la ojiazul y tendió su mano para que se levantara del sofá, Perrie a regañadientes aceptó el gesto de la morena.
Subieron las escaleras rápidamente y caminaron hacia el cuarto de Jade. Se pusieron ropa cómoda y se acostaron abrazadas bajo las mantas de la cama.
- Te amo - murmuró la rubia intentando vencer el cansancio que se apoderaba de su cuerpo.
- Yo te amo mucho más - respondió Jade acariciando la piel de porcelana de la ojiazul.
- Eso no es verdad... Yo te amo muuuucho más - dijo Perrie alargando las palabras, haciendo que Jade riera con ternura.
- Eso es imposible. Te amo el triple - aseguró la joven castaña luego de que su risa cesó.
- ¿Enserio vamos a discutir por eso? - preguntó la ojiazul con una sonrisa boba en el rostro.
En respuesta, Jade depositó un tierno beso en la nariz de la rubia, para después ver como la arrugaba - ¿Como puedes ser tan linda? - preguntó con una brillante sonrisa.
- Shh, no digas eso, harás que me sonroje - susurró Perrie tapando sus mejillas con ambas manos.
- Me gusta cuando te sonrojas - murmuró Jade apoyando su mentón sobre la cabeza de la rubia y acercandola aún más a su cuerpo.
Perrie se relajó al instante con el contacto de la morena, y sin poder evitarlo dejó que sus ojos se cerraran.
- Buenas noches - dijo Jade al ver que su amiga estaba luchando contra el sueño.
- Duerme bien baba - dijo la rubia aún con sus ojos cerrados. Sintió unos suaves labios posarse sobre los suyos y sin pensarlo dos veces, siguió el beso.
Cuando les hizo falta el oxígeno, Perrie lentamente apoyó su cabeza en el pecho de Jade, disfrutando del sonido que hacían los latidos de su corazón. No tardó mucho tiempo en quedarse dormida.
Por otro lado, la morena no lograba conciliar el sueño. La misma pregunta rondaba una y otra vez por su cabeza.
¿Qué se supone que eran ahora? ¿Amigas? ¿Novias? No lo sabía. Lo único que tenía claro es que necesitaba a la rubia en su vida. Quería besarla y abrazarla cuando se le diera la gana, también quería protegerla y sentirse protegida en sus brazos. Necesitaba una vida entera con Perrie.
Lentamente sus párpados empezaron a pesar. Se durmió con la imagen de la rubia besando sus labios.
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En el bosque
FanfictionSe conocieron de una forma inusual, ambas eran muy distintas y eso hacia que juntas fueran perfectas. mini fic de mi ship JERRIE!!