La verdad es que Jade quería jugar al escondite solo para escapar un rato de su casa y de sus pequeños primos revoltosos. Se dirigió hasta el bosque y empezó a caminar tranquilamente entre los enormes árboles.
A medida que avanzaba por el bosque, miles de recuerdos llegaron a su mente, todos ellos con algo en común, o mejor dicho, con alguien en común. Aquella chica rubia de ojos azules.
Hace tiempo que la morena no pensaba en Perrie, quería saber como estaba ella ahora, quería volver a ver esos hermosos e hipnotizantes orbes azules.
Justo en ese momento sintió como unas ramas se rompían no muy lejos de allí. La imagen de la rubia vino a su mente, y tenía la esperanza de encontrarla de nuevo en aquel bosque desolado.
- ¿Hola? ¿hay alguien ahí? - preguntó lo mismo que hace tres años, el día que decidió correr de su casa y terminó en ese mismo bosque. Solo que esta vez no sentía miedo.
- Hola de nuevo, Jade- escuchó una voz femenina a sus espaldas haciendo que volteara rápidamente.
- ¿Perrie...? - susurró al ver a una chica rubia parada frente a ella. Se acercó un poco más para corroborar que era ella, y si era. Estaba mucho más alta que la última vez que la vió, tenía el pelo más largo y en definitiva era muy atractiva, ya no tenía el cuerpo de una niña - Vaya, ha pasado tiempo...
- Ajá - se limitó a decir la rubia mirándola con algo que Jade no pudo descifrar en ese momento - ¿cómo te ha ido? - preguntó en un tono bastante frío. En definitiva esta no parecía la niña dulce que había conocido.
- Bien, supongo... ¿y a ti? - preguntó la morena mientras frotaba sus manos contra sus pantalones. Estaba nerviosa y las manos le empezaron a sudar.
- Bien - respondió Perrie en el mismo tono frío.
Se formó un silencio incómodo en el lugar, pero la rubia dicidió romperlo...
- ¿Hoy es tu cumpleaños? - preguntó tratando de sonar indiferente. Jade asintió cabizbaja, pues se sentía avergonzada y culpable. Y el hecho de que Perrie estuviera actuando tan distante con ella no le ayudaba en nada - Bueno... Feliz cumpleaños.
- Gr-gracias - dijo Jade tímidamente aun sin levantar la vista. No podía creer que aún recordará el día de su cumpleaños. Se lo dijo en una de las tantas conversaciones que tuvieron cuando eran niñas.
- ¿Por qué no me miras? - preguntó Perrie. La rubia se sentía un tanto dolida por lo que había pasado hace años. Jade se fue de su vida así sin más, nisiquera se despidió. - ¿Acaso te sientes avergonzada? ¿O solo sientes lástima por mi?
- Me siento culpable ¿ok? - dijo Jade en un hilo de voz - Se que estas molesta, pero dejame explicarte.
- No estoy molesta, Jade, solo algo dolida - explicó para luego soltar una risa irónica - Te fuiste así sin más... ¿Sabes lo mal que me sentí? Vine a este bosque varias veces esperando a que llegaras, pero no lo hacías... Por meses sentí que yo era el problema, pero luego entendí que no tenía que culparme de todo.
- Perdón por hacerte pasar por eso, enserio. Pero las cosas no estaban bien en mi hogar ¿ok? Mi madre estaba agonizando y no quería dejarla sola - soltó la castaña con impotencia. Entendía que Perrie estuviera actuando de es manera, pero de todas formas ella tenía sus razones para alejarse.
La rubia quedó realmente sorprendida al escuchar la confesión de Jade, que jamás había hablado de su madre con ella, así que decidió bajar la guardia y acercarse a abrazar a la morena. Al principio la castaña se resistió, pero después de unos segundos le correspondió el abrazo. Ambas lo necesitaban.
Se quedaron al rededor de cinco minutos en la misma posición, ninguna quería soltar a la otra.
- No sabes lo mucho que te extrañé - susurró la ojiazul apretando a la morena contra su pecho. - Literalmente terminé hablando con las paredes - bromeó haciendo que Jade soltara una pequeña risita.
- Yo también te extrañé Perrie - dijo la castaña sonriendo con nostalgia. Se separaron lentamente y ambas sonrieron - ¿Aún tienes tu casita club?
- Claro que si - respondió Perrie sin sacar la sonrisa de su rostro - ¿Vamos? - estiró su mano para que la morena la tomara. Esta lo hizo y fueron a la cabaña.
Tuvieron que caminar al rededor de diez minutos para llegar. Cuando por fin llegaron Jade se dio cuenta de que seguía en perfecto estado.
- Veo que seguiste viniendo - aseguró Jade con una sonrisa.
- Pues si, a veces las paredes de mi habitación se aburrian de mi y tenía que venir a desahogarme con estas - la rubia seguía bromeando.
No había cambiando nada, seguía siendo la chica alegre que siempre hacía bromas.
Se adentraron en la cabaña y notaron que ya no caían paradas. Se miraron y soltaron una carcajada ya que ambas estaban pensando en lo mismo. Decidieron que sería mejor sentarse en el suelo.
Empezaron a hablar de sus vidas. De lo que había sido de ellas estos últimos años.
Jade había cumplido ya trece años, en cambio Perrie seguía teniendo doce.
La morena siempre había estudiado en casa, tenía profesores particulares que iban a enseñarle pues sus padres eran muy sobreprotectores con ella. En cambio, Perrie estudiaba en escuelas comunes y corrientes, a eso se debe su habilidad para socializar. De hecho, está por entrar a la secundaria.
Estuvieron más de una hora hablando, nisiquera se dieron cuenta de que estaba oscureciendo hasta que la morena miró por la ventana.
- Me tengo que ir. Se hace tarde - dijo Jade mientras se levantaba del piso. Ayudó a Perrie a pararse también.
- ¿Volverás? - preguntó la rubia bajando la cabeza con un poco de vergüenza y tristeza.
Jade tocó delicadamente su mentón para que la mirara fijamente a los ojos.
- Te lo prometo... no volveré a dejarte - dicho esto, le dio un rápido beso en la mejilla y movió la mano de un lado a otro despidiéndose de la rubia.
- Adiós Jadey - susurró la ojiazul tocando su mejilla con una sonrisa boba en el rostro.
Perrie había sentido un cosquilleo en el estómago cuando Jade le besó la mejilla, pero no le dio importancia, supuso que se había enfermado.
Pero lo que la rubia había sentido en realidad fueron las famosas mariposas en el estómago, se estaba empezando a enamorar. Lástima que tardó mucho tiempo en darse cuenta.
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En el bosque
Fiksi PenggemarSe conocieron de una forma inusual, ambas eran muy distintas y eso hacia que juntas fueran perfectas. mini fic de mi ship JERRIE!!