butterflies

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Y así pasaron los meses; Perrie y Jade se juntaban todas las tardes a la misma hora y en el mismo lugar. Su amistad se iba fortaleciendo a medida que pasaba el tiempo.

A pesar de que Jade siempre sonreía cuando estaba con la rubia en realidad no era completamente feliz. Aún sentía un vacío en su interior que, según ella, ni la ojiazul podría llenar.

James se dió cuenta del extraño comportamiento de su hija. Captó lo deprimida que se veía la mayor parte del tiempo que pasaba en casa, además ya no rendía tanto en cuanto a sus estudios. Por eso decidió que tal vez sería bueno llevarla a un especialista. Pero cuando el hombre le comentó su idea a la morena, esta se negó diciendo que no lo necesitaba y que todo estaba bien. Él decidió no seguir insistiendo.

A los 14 años, Jade convenció a su padre para que la inscribiera en un instituto, con la excusa de que estudiar en casa hacía que se sintiera más sola y deprimida, lo cual era cierto.

Curiosamente el instituto al que inscribieron a la morena, era el mismo al que asistía Perrie. Cabe destacar que James aún no sabía de la existencia de la rubia.

Pasaron los años, Jade ya tenía 16 años y Perrie estaba por cumplirlos. Ambas habían crecido y habían terminado de desarrollarse, y a decir verdad eran unas jóvenes bastante atractivas.

Ya llevaban casi dos años estudiando en el mismo lugar y siempre estaban juntas, de hecho, algunos de sus amigos las molestaban diciendo que parecían novias. Ellas reían nerviosas y se sonrojaban.

Ya no era necesario que se juntaran en el bosque para verse, ya que se veían todos los días en el instituto.

Era un 8 de julio cuando Jade decidió invitar a la rubia por primera vez a su casa. La presentó como "una amiga del instituto", ya que no podía decirle a su padre que conoció a Perrie en el bosque.

Por su parte, James estaba completamente feliz de que su hija no estuviera sola y que tuviera con quien pasar la tarde y distraerse.

Ese día Jade le suplicó a la rubia para que se quedara a dormir en su casa. Perrie aceptó ante la insistencia de la castaña. Eran las ocho de la tarde y decidieron ponerse sus pijamas. Luego ambas se acomodaron en la cama de la morena.

- ¿Verdad o reto? - preguntó la morena. Ya llevaban media hora jugando verdad o reto y no paraban de reír por los estúpidos retos que ponía la rubia.

- Jmmm - Perrie se tocó la barbilla mientras pensaba en que responder - Verdad.

- ¿Alguna vez te haz enamorado? - preguntó Jade para luego sonreír pícaramente. La rubia se sonrojó y soltó una risita nerviosa. - ¿Si lo haz hecho? Porque te sonrojaste.

- Cállate - decía avergonzada la ojiazul tapándose el rostro con sus manos. Los temas del amor la ponían nerviosa y el hecho de que la morena la mirara de esa forma no ayudaba en lo absoluto.

- Responde - insistió Jade.

- Está bien, está bien... Si, si me he enamorado Jeed - soltó al fin la rubia.

- Y... ¿cómo se siente? - preguntó tímidamente la castaña.

- Es una sensación bastante extraña al principio - la rubia empezó a explicar - Pero luego se siente bien...Cuando estás con esa persona lo único que quieres hacer es congelar el tiempo para estar siempre con ella. Quieres protegerla de todo lo malo del mundo. Quieres hacerla feliz ya que esa persona te hace feliz... - la rubia se empezó a explayar. Luego se dio cuenta de la mirada atenta proveniente de Jade. La miró de vuelta y ambas se sonrojaron.

- Suena lindo - comentó Jade mirando sus manos - ¿Puedo preguntar algo más? - la rubia asintió no muy segura - ¿De quién te enamoraste?

Perrie se puso un poco nerviosa al escuchar la pregunta. Ella ya tenía claros sus sentimientos hacia la morena, pero tenía miedo de perderla si esta se enteraba.

- No puedo decirte - dijo la ojiazul poniéndose aún más nerviosa.

- ¿Es un chico del instituto? - la morena seguía insistiendo. Y al parecer no pararía hasta obtener respuestas.

- No es un chico, Jade - murmuró Perrie con la voz temblorosa, a punto de llorar. El pánico invadió su cuerpo.

- ¿Q-que? - preguntó la morena con el ceño fruncido.

- Lo que oíste... Estoy enamorada de una chica - dijo Perrie tratando de contener las lágrimas.

- Oh - fue lo único que pudo decir Jade en ese momento.

El silencio inundó la habitación. Sólo se escuchaban sus respiraciones un poco agitadas. Ambas estaban nerviosas.

- ¿Qué sientes cuando estás con ella? - se atrevió a preguntar Jade.

La ojiazul levantó la vista para ver a la castaña, se dio cuenta de que no estaba molesta o incómoda por la situación. Esto le ayudó a tomar la confianza suficiente para seguir hablando.

- Lo que te dije antes... Cada vez que estoy con ella siento que soy la chica más feliz del mundo, y eso hace que yo quiera hacerla feliz. Es la única persona que me hace sentir seguridad... Incluso siento las famosas mariposas en el estómago - explicó la rubia para luego soltar una pequeña risita nerviosa.

- Eso suena hermoso - dijo Jade mirando el mar azul que se encontraba frente a ella - ¿La chica sabe lo que sientes? - preguntó intrigada.

- No... tengo miedo de no ser correspondida - respondió Perrie bajando su mirada. Se sentía intimidada por la cercanía de la morena.

- Creo que deberías decirle, no pierdes nada con intentarlo - la animó la morena.

Jade tomó con delicadeza el mentón de la rubia para que la mirara fijamente a los ojos, le dio una tímida sonrisa para luego depositar un pequeño beso en su frente.

Las dos jóvenes sintieron una corriente eléctrica recorrer sus cuerpos.

Perrie no pudo evitar sonrojarse, lo que hizo sonreír a la morena.

- ¿Quieres ver una película? - preguntó Jade sin sacar esa enorme sonrisa de su rostro.

- Claro - respondió Perrie sonriendo brillantemente al ver que su morena amiga también lo hacía.

Cuando la película llegó a su fin, ambas chicas acomodaron las almohadas para luego cubrirse con las tapas de la cama.

Esa noche durmieron abrazadas. Sintieron el calor que emanaba el cuerpo de la otra. Sintieron la seguridad en los brazos de la otra.

Esa noche ninguna de las dos jóvenes se sintió sola. Disfrutaron la compañía. Y no podían pedir nada más.

En el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora