En el bosque

it was my fault

Al día siguiente, a las cuatro de la tarde, Jade volvió al bosque. Tenía muchas ganas de reencontrarse con la rubia. Estuvo caminando un poco más rápido de lo normal, estaba realmente ansiosa.

Logró divisar la pequeña cabaña en medio del bosque. Se acercó a paso decidido, pero no vio por ninguna parte a la rubia. Espero unos minutos, pero su amiga seguía sin aparecer. Se sintió decepcionada de cierta forma, pues enserio tenia ganas de verla de nuevo y pasar la tarde junto a ella.

Dio media vuelta y estaba a punto de irse, pero alguien agarró su brazo. La morena volteó a ver de quien se trataba y sonrió al encontrarse con un hermoso par de ojos azules.

- Lamento llegar tarde, pero tenía unos asuntos - se disculpó rápidamente la rubia.

- No te preocupes, lo que importa es que ya estas aquí - dijo Jade sonriendole tímidamente. Sin poder contenerse más, rodeó a Perrie con sus delgados brazos.

Al principio la rubia se sorprendió por el repentino abrazo, pero luego le correspondió atrayéndola incluso más cerca a su cuerpo.

- Enserio te extrañé estos años Perrie - dijo la castaña alejándose un poco para poder ver los ojos de su amiga - Necesitaba esa pizca de felicidad en mi vida.

Por alguna extraña razón, ambas se quedaron mirando por un largo tiempo. Aunque ninguna lo admitió, estaban admirando la belleza de la otra.

Luego de unos minutos, ambas salieron de su pequeño trance y se adentraron en la cabaña.

Esta vez, Jade logró captar un par de fotografías encima de la mesita que había en la cabaña. Se acercó lentamente y las tomó entre sus manos. Eran dos fotografías de distintos paisajes.

La primera imagen era de un gran árbol en medio de un campo de flores, y se mostraban los hermosos colores del atardecer.

La segunda foto mostraba un pequeño río en medio de una especie de bosque. La morena pensó que tal vez era el mismo bosque en el que se encontraban en ese momento.

- ¿Tú las hiciste? - preguntó Jade sin apartar la vista de las fotografías. Estaba admirando cada pequeño detalle de cada imagen, simplemente le parecieron las fotografías más hermosas que alguna vez haya visto.

- Si... amo sacar fotografías - respondió Perrie con una sonrisa que podía iluminar toda una habitación a oscuras.

- Son muy hermosas - dijo la joven castaña levantando la vista para ver el rostro sonrojado de la rubia.

Perrie solo susurró un tímido "gracias", pues nadie más sabía de su amor por la fotografía, y el hecho de que Jade admirara su arte la ponía muy feliz, pero por alguna razón también se puso nerviosa.

Siguieron hablando de todo y de nada. Hasta que las preguntas empezaron a invadir la cabeza de la rubia. Esta se preguntaba lo que había ocurrido con la madre de Jade.

La castaña nunca le había hablado nada de su familia, bueno excepto de su hermano Karl, pero aún así Perrie quería saber más cosas acerca de sus padres, así que decidió preguntar.

- ¿Qué le ocurrió a tu madre? - preguntó tratando de ser sutil y no sonar como una insensible.

La morena se tensó al escuchar la pregunta, también sintió como algo removió su estómago. No le gustaba hablar de ese tema, pero pensó que Perrie necesitaba una explicación, después de todo la abandonó por tener que cuidar a su madre.

- Si no quieres decirme, no importa - dijo Perrie al notar lo incómoda que se veía su amiga.

- S-si quiero - respondio casi inmediatamente la castaña. Tomó una bocanada de aire antes de empezar a hablar - Bueno... Hace tres años le diagnosticaron cáncer de mamas, todos estábamos muy tristes con la noticia - empezó a contar la morena -Yo no quería ver como mi madre se debilitaba cada día, no quería verla agonizar, así que decidí aislarme de mi familia - Mientras ella hablaba la ojiazul la miraba atenta a lo que decía - A la única persona que le hablaba era a ti, venía todas las tarde a encontrarme contigo. Tu me hacías sentir feliz, hacías que olvidara todo el drama que había en mi hogar, me gustaba estar contigo - una sonrisa abarcó el rostro de la rubia- Pero luego me di cuenta de lo egoísta que estaba siendo con mi madre, así que decidí pasar sus últimos meses de vida con ella... Estaba con ella todo el tiempo cuidándola o simplemente hablando, ya no tenía tiempo de venir al bosque.

- Vaya Jade, no tenía idea. Lo siento mucho - la rubia la miraba con tristeza y compasión. Jade solo se encogió de hombros. - Lamento haber actuado tan cortante contigo ayer, no sabia por lo que habías pasado.

- Perrie no necesitas disculparte, todo fue mi culpa por no haberte explicado lo que estaba pasando en mi familia. Si lo hubiese hecho estoy segura que habrías entendido... - le decía la castaña lamentándose por lo que no había hecho años atrás - Además, si te fueras de la nada sin dar explicaciones, yo te trataría de la misma forma en la que tú me trataste ayer - se detuvo un momento antes de empezar a hablar de nuevo - La que debe de disculparse aquí soy yo...Lamento haberte dejado de la nada. Lamento que hayas venido al bosque con la esperanza de que yo llegara. Lamento haberte desilusionado. Fue mi culpa.

Ambas se quedaron unos minutos en silencio. Perrie se dio cuenta de que ambas se debían una disculpa.

- ¿Qué te parece si quedamos a mano? - propuso Perrie estirando su brazo hacia la morena. Jade aceptó con una hermosa sonrisa en su rostro. Sentía alivio de que todo se haya arreglado con la ojiazul.

Como era de costumbre, se quedaron hablando de otras cosas sentadas en el frío e incómodo piso de la cabaña, pero eso no les importaba en lo absoluto, lo único que querían era pasar tiempo juntas.

Luego de eso la castaña se tuvo que ir a su casa. Se despidió de Perrie con un tierno beso en la mejilla, y la rubia sintió lo mismo que la vez anterior.

Su amor por la castaña cada vez era más fuerte, pero en ese entonces ella no sabía lo que se sentía estar enamorada.