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Venezuela se encontraba en un pequeño pueblito del Estado de Roraima, zona que le pertenecía a su acompañante de ese día.
La situación era que habían acordado pasar tiempo de caridad desde hace meses, los cuales debido a diferentes circunstancias, no sucedian, más gracias a unos ajustes de agenda se encontraban ambos en absoluta disponibilidad.
Venezuela despertaba cual niño pequeño listo para ir al colegio, después de unas gratificantes cinco horas que él felicitaba como "dormir algo", muy diferente de otros días, esos donde normalmente no solía conciliar el sueño y la ansiedad le perturbaba cada espacio de su ser, sin embargo, esa situación no iba al caso de su día de hoy.
Bajaba las escaleras de la casa de su actual pareja, que para él fue raro no verle a su lado al levantarse, mismo ya siendo las 7:00 a.m, pero hasta el mismo Brasil reconocía que era un perezoso bueno-para-nada.
Estando en planta baja, se llevo el susto de vida al ver ese brasileño en la cocina con un balde gigante de farinha cosida con salchichas, también había otra paila, aún más grande, con más farinha cocinandose.
- ¿Se puede saber que coño e'la madre pasa por el coco tuyo? - Se atrevió a preguntar, con el seño fruncido, después de haber recuperado sus colores, gracias al susto, claramente.
- Fazendo farofa, ué, cê tá vendo não? - respondió de lo más tranquilo Brasil, sin dejar de prestarle atención a su "comida".
- Y bueno, ¿tú no cenaste esa verga anoche? - Venezuela se movió de su lugar en la entrada de la cocina, pasando a estar ahora en la entrada del patio sin perder la mirada de su contrario.
Brasil se encogió de hombros, prefería terminar de cocinar lo que ahora sería su desayuno-almuerzo, puesto que su pareja dudaba de que fuera capaz de comer todo eso en la mañana, solo quizás, lo demás quedaba para el almuerzo, ¿No?
Mientras tanto, el tricolor, tratando de ignorar todo simbolo de anormalidad en su compañero, se volteó hacia el patio para encontrarse con otra razón para llevar a ese ser con un psicólogo.
Una piscina inflable de Torombolo que parecía tener 500 años de antigüedad guardada, estando en pleno patio casi llena hasta el tope con solo farofa.
- ¡Bendita Republica Federativa de Brasil, ¿Se puede saber porqué mierda estas haciendo toda esa verga ahí?
- Tenho fome (Tengo Hambre).
- Este maldi'mamaguevo...- Maldijo en voz baja Venezuela, luego tomo una gran bocanada de aire - ¡LLEVAS 5 PUTOS DÍAS COMIENDO LA MISMA VERGA! ¡CUIDA'O Y CAGAS CASABE! ¡'TOI HARTO DE'STA VERGA! ¿QUE SOLO COMES-BEBES FAROFA?
Brasil se alejo lentamente de la puerta, sin dejar de observar a su- ahora enojado- amado, quien en cualquier momento estaba considerando quemar cualquier rastro de esa cosa, era eso o empezar a cagar casabe con salchicha durante todo el mes de diciembre.
-Fín.
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