C A P I T U L O: 19

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Todo parece mentira cuando miro a mi padre sentado comiendo sus panqueques con chispas de chocolate y su taza de café en un pequeño restaurante a dos cuadras de la escuela, yo sólo miro mi tasa de cereal y él come animada mente mientras yo sólo miro mi taza.

—Hijo se pondrá feo eso sí no te lo comes—. Miro a mi padre quien no luce para nada avergonzado o que trata de ser moderno y sobre llevar toda esta situación, que para él es nuevo.

—No me mires así, me pones nervioso. Además aquí hacen unos deliciosos desayunos.

Sigue comiendo cómo si nada de lo que le dije hace unos minutos frente a la escuela no hubiese pasado.

—Papá.

—Si.

—¿Cómo?.

—Leí tu diario— lo dice tan natural que no es para nada incómodo para él, pero para mí sí —. Hace dos días entre a tu habitación cuando te escuché llorar, cuando me decidí a hablar contigo y saber que ocurría, ví tú cuaderno. Tú estabas dormido pero en tu rostro había lágrimas y yo, yo no supe que hacer y me picó la curiosidad y lo hice. Lo leí.

—¿Todo?.

—Todo.

Ahora sí, quiero que me trague la tierra, cómo voy a enfrentar todo esto con un padre tan culto cómo él.

—Bueno, omití ciertas páginas. Sólo leí cosas cómo te sentías y tus días grises. Lo demás ya ni preguntes.

—Que vergüenza— susurro.

—No, vergüenza no hijo. Es más, yo la verdad tenía dudas pero bueno, uno cómo padre debe conocer a sus hijos. Yo sólo tome el consejo de Jared.

Mi cuerpo queda totalmente rígido al escuchar lo decir esas palabras, la verdad él nunca habla de él, no porque no lo quiera, no. Sólo que es doloroso para todos. Sólo escucha su nombre y se levanta del lugar dejándonos solo.

—No te preocupes hijo. Ya no es necesario dejar de hablar de él—. Me dice viendo mi taza haciendo una mueca de asco,— lo sé todo hijo y si algo he aprendido es que tengo que ser conciente de que la verdad conlleva consecuencias, y eso se aplica a mí. Saber tú orientación no es perturbador o aberrante cómo creíste.

Me mira y suspira mientras deja a un lado su plato y su taza, por un corto segundo su rostro se oscurece y suelta todo el aire contenido en sus pulmones.

—Te voy a contar un secreto.

Lo miro con sorpresa, ¿Mi padre teniendo secretos? Eso sí que no me lo esperaba.

Él toma un sorbo de su vaso de agua mira a nuestros alrededores y se acerca de manera cómplice, me hace una señal de acercamientos con su mano y me susurra.

—Yo también tengo un amigo Gay.

Alto ahí, ¿Tiene? O sea que tiene un amigo homosexual. Eso sí que es nuevo.

Muy nuevo hasta yo estoy sorprendida querída.

—A ver cuenta.

Ahora pareces vieja chismosa.

—Bueno, verás. Una tarde me hacen un llamado para una nueva asociación y pues cómo es en Canadá yo no podía decir que no más que estamos creciendo a nivel nacional y que me hagan esta propuesta era alusinante. La cosa es que mi nuevo socio se ve muy... Varonil, serio y nada que ver con qué se maquilla y esas cosas raras.

Lo miro y la verdad es que si está tratando de aceptar todo sobre el tema.

—En fin, cuando salí de viaje el mes pasado por negocios fui a verlo hablamos y vimos todo, el acepto todos mis términos. Pero ahí no termina todo ¡No!, Cuando firmamos me invitó a un pequeño bar y nos tomamos unos tragos me platicó que tenía una mamá y dos hermanos y su papá murió de cáncer en el riñón, muy amable y humilde la verdad. Pero quede de hielo cuando sale un joven mucho más puesto no más que tú pero algo mucho más maduro, y le da un beso en los labios a mi nuevo socio.

Para el chico que amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora