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Narra Mateo:

—Mateo dale que se hace tarde!— mi papá me apuraba para que terminara de cambiarme. Tenía que ir a buscar a Emilio a la casa de un amigo en la que se quedó para hacer la tarea de la escuela.

Rodé los ojos. Una paja ir a buscarlo a las 11 de la noche. Me levanté con toda la flojera del mundo, agarré una campera y baje.

—Ya estoy...— saludé a mi papá agarré las llaves de la casa, lo saludé y salí.

Apenas toque la baldoza de la vereda sentí la lluvia finita que caía. Estuvo lloviendo fuerte todo el día ayer pero por lo menos ahora se calmo el tiempo un poco.

Caminaba por la vereda de mi barrio escuchando como las gotitas de la lluvia chocaban contra mi campera haciendo un ruidito corto que solo escuchaba yo. Tenía las manos en mi bolsillo e iba pateando charquitos de agua, piedras y jugaba a "no pisar las líneas". Parecía tremendo pelotudo pero me chupaba un huevo porque de todos modos eran las 11:00 y la mayoría no estaba en la calle. Solo uno que otro dobolu que se puso hasta la japi un día lunes como hoy porque le pinto.

Caminaba y caminaba mientras saludaba a los que estaban en la calle. En La Boca nos conocemos todos o bueno... Ellos me conocen a mi o a mi papá. Escuché puteadas del otro lado de la calle, mire y supe inmediatamente porque gritaban y puteaban: la policía. Uh loco, como los odio. Se viven metiendo al barrio y nos viven provocando lo giles estos. Desde que balearon a un pibe porque estaba fumando un porro los odio. Hijos de mil puta.

¿Que hacen rondando por acá?

No le di importancia y seguí caminando y boludeando con cualquier cosa que había en la calle. Hubo un tiempo en el que hasta te encontrabas plata en la calle. Ahora la pichula te vas a encontrar hermano... La Argentina es está hecha mierda, está en crisis. Bueno, aunque en realidad siempre estuvimos en crisis o entrando en una crisis o saliendo de una crisis. En Argentina está tan mal todo que hasta te acostumbras a la crisis con el tiempo. Por suerte a mi nunca me faltó nada: ni comida, ni estudio, ni nada y ahora el poder ganar plata haciendo lo que amo me da una felicidad inmensa. No sé si lo mío era suerte o esfuerzo.

Llegue a la casa del amiguito de Emi asique golpeé la puerta y me atendió una señora. Supongo que es su mamá.

—Hola, venía a buscar a Emi.— aclaré.

—Ah si ¿Vos sos el hermano no?— dijo abriéndome la puerta para que pase y eso hice exactamente. Su casa era muy parecida a la nuestra, solo que tenía dos pisos.

—Mateo.— volví a hablar.

—Claro ¿Querés algo para tomar?¿Un te, café, jugo...?— que agradable sujeto. Le sonrei y le asente.

—Agua.— pedí. Quería que Emi bajara y volver a casa para acostarme. Había sido la última jornada de Fms hoy y el wosito organizo una joda para festejar... Va! para festejar que el salio campeón mejor dicho. Se lo re merece, la parte el wacho pero seguía con un nudo en la garganta por decender, me había esforzado mucho y aún así no fue suficiente. Eso mezclado con el escabio me daban unas ganas de dormir tremendas.

—¿Con hielo, al natural, gasificada, mineral, saborizada...?— empezó a enumerar.

Nombre: Quein
Apellido: Tensa

No sé señora. Agua, mire si me va a importar si tomo una o la otra. Para mí son todas iguales.

—Natural gracias.— hablé. Era la mas rápida de servir. Emi baja rápido la puta que te pario. Me dió el vaso y me arrepentí de no pedírselo con hielo porque estaba tibia el agua. Pero bueno ya fue. Sentí los pasos apurados de los chicos bajando las escaleras mientras la mujer les gritaba "bajen con cuidado. Martinnnnn me vas a romper todo" cuando empezaron a tocar los cuadros colgados en la pared.

«Limites» •Trueno•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora