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Narra Mateo:

Estaba cagado de frío. Cuando levanté la cabeza de la almohada ví a mi papá sacando las sábanas de mi cama compleatamente. No me quería despertar, no ahora.

—Levantate que hay colegio.

Agarré la almohada y la puse encima de mi cabeza para que no moleste más. Es viernes ¿No me puede dejar faltar hoy no más? Que pesado que es. Uy, encima tengo a la pesada de filosofía, la concha de mi hermana. No, no voy a ir.

—¿Así querés jugar?— preguntó el.

—Andate y déjame dormir!— dije si sacar la cabeza de la almohada. Escuché una tos y después cómo salió de la pieza haciéndome caso ¿What? Salí de mi escondite y me quedé mirando la puerta por dónde salió. Agarré mi celular y lo desbloquee bajando el brillo cuando me cego. Estaba en mi mesita de luz y me fijé la hora: 11:30. Tengo que desayunar, vestirme, preparar la mochila y las excusas de porque obviamente no hice la tarea que me dejó la de filosofía. Una paja.

Tenía notificaciones de mis amigos hablándome y unas fotos que me pasó Valentín de mis escraches en la joda. Dejé el celular de nuevo en la mesa y volví a esconderme de nuevo abajo dea almohada. Se escucha el golpe de como abrieron la puerta pero yo no di ni pelota porque sabía que era mi papa a romper los huevos.

—Levantate, la última vez que lo digo— escuchaba su voz al lado mío, seguro estaba parado mirándome fijamente.

—Andate— dije y me salió un bostezo entre medio. Minutos después sentí un silencio y pensé que se había ido pero mi colchón se dió vuelta dejándome a mi en el piso y tapado por el colchón. Estaba pensando en putear pero ya fué, duermo así. Apoye mi cabeza en el piso fresquito y trate de dormir de nuevo pero un chorro de agua cayó en la cara haciendo que abra los ojos para ver a mi papá.— pero vos sos pelot...— puso un dedo en su boca calmandome.

—Te lo advertí, levántate o la próxima te hecho lavandina en los ojos.— pateó el colchón.— ahora! Que tenés que llevar a Emi tambien— Ahhhhh que paja chabon. Me levanté porque se que es capaz de echarme lavandina el viejo ortivo.
Me puse la estúpida bomba blanca del colegio con los joggings azules y la zapas.

Caminé hasta el baño sacándome las lagañas y me lave la cara, los dientes, me moje un toque el pelo y baje a desayunar.

Abajo estaba Emi tomando yogurt con cereal (más cereal que yogurt) con su pijama de cohetes que antes era mío y se lo dí porque me quedaba chico... Amaba ese pijama era mi favorito asique más vale que lo cuide. Mi papá que estaba tomando mates.

—Emi anda a cambiarte que te lleva Mateo— le dijo mi papá, el asentó comiéndose lo último de yogurt que le quedaba y subió.— Buenos dias— me dijo cuando nos quedamos solos. Son todos menos buenos días. Me quedé toda la noche pensando en esa mina ¿Porque mi papá no me quería decir quién era? Me frustraba el hecho de que todos la conocieran menos yo. Algo había en ella que no entendía.

—Buenos dias— dije seco.

—Fingi una sonrisa por lo menos. Una cara de culo tenes...— ¿Será porque me hiciste volar de la cama con colchón y todo? Lo mire fijo e hice una sonrisita para pararme a buscar el yogurt. Busque en la heladera y lo saqué, me dirigí a sacar el cereal de la alacena y una taza. Me fui a sentar.
Quería hechar el cereal y cuando lo hice salieron dos cereales pedorros que quedaban con el azúcar en polvo. Esta bien, esta bien, no voy a gritar, no voy a gritar... Me servi yogurt... Dos chorros de mierda.

—Emi te voy a matar!— grité. Siempre se traga todo ¿Porque por una vez no me puede dejar algo? Ah, más vale que hoy no me haga rabiar porque lo cago a saques al pendejo mesquino.

«Limites» •Trueno•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora