Narra Mateo:
—Toma— le di mi celular y mis auriculares a Emi para que se entretenga y no me rompa las pelotas en lo que esperábamos a qué el micro venga para ir a la escuela de Emi. Ayer no dormi nada, estaba cansadisimo y tuve pesadillas con ese puto hombre toda la semana.
Le dije a mi papá que no me sentía bien hoy, me había levantado con vómitos y mareos, tenía la cabeza en cualquier lugar menos en dónde debia. No quería ir a la escuela pero estar encerrado no ayudaba en nada al maquineo en la cabeza que me estaba haciendo y las pesadillas lo hacian peor asique le dije a mi papa que yo llevaba a Emilio. Por lo menos era una hora y media que me iba a despejar.
Ya paso una semana desde que estuve en la casa de Carla, del tiroteo, de ese hombre. Antes de irme de ahí me hizo firmar un estúpido acuerdo de confidencialidad para que no le diga nada a nadie. Cómo si le fuera a decir a medio mundo, no entiendo su desconfianza pero igual lo firme.
El salir y llevar a Emi a la escuela me distraía. Toda esta semana no ví a Carla, pasaba por su casa y no se veía nada ni siquiera las luces encendidas, me los encontraba a sus... No sé exactamente qué son Lucas y Camilo de ella pero me los encontraba en la calle y ella nunca estaba con ellos. Toda esta semana desapareció de la faz de la tierra y no se hizo ver.
Pensé que le había pasado algo, por todo lo del tiroteo, los seguimientos, no me extrañaría que le pasará algo pero Camilo y Lucas no estarían tan calmados y paseando por ahí si fuera así. Ella dijo que eran sus personas de mas confianza asique dudo que no se preocupen si le pasa algo a Carla.
—Teoooooo— me sacudió Emi y me señaló el micro que ya estaba enfrente de nosotros estacionado en la para. Lo agarré a Emi de la espalda y nos subimos, pagamos el pasaje y nos sentamos.— ¿Que te pasa?
—Nada enano, estoy cansado. No dormi bien anoche.— le revolvi el pelo, el alzo los hombros quitandole importancia y hasta ahi llegaba nuestra conversacion del dia.
Cuando llegamos a su escuela lo acompañe a la entrada escuchando como se quejaba. Por mi lo dejaba irse solo a la escuela, si ya esta grande. Yo cuando tenia su edad andaba solo por la calle y nadie me hacia nada pero si lo dejo solo mi papa me mata y ya no quiero escuchar mas sus puteadas. Mientras menos discuta con el mejor.
Y no ni me pienso sacrificar por el pendejito este.
Estabamos ya casi a una cuadra cuando vi a una chica con dos nenes. Nunca la vi por aca pero los nenes se me hacian conocidos.
—¿Emi podes entrar solo?— le pregunte y el asento feliz corriendo con uno de sus amigos para entrar juntos. Pasaba entre la gente saludando a algunos amigos mios que tambien llevaban a sus hermanos con la misma cara de culo que yo. Cuando llegue al lugar en donde se suponia que estaba la chica ya no estaba. Por a culpa de estos pendejos roñosos la perdi.
Un olor a pata tienen ¿acaso sus papas no le dicen que se bañen
—¿A quien buscas?¿tu hermano estudia aca?— me pregunto una profesora.
—No, digo si... Estudia aca pero no lo estoy buscando a el. Yo... emmm, mejor me voy.— ella me miraba raro ¿y como no? si parecia un imbecil tartamudeando como cualquier niñito que se pierde en el Carrefour.
Me subi el cierre de la campera a tope y empece a caminar.
Me devolvi cuando pase por un kiosko para comprarme unos puchos. Ultimamente estaba dejando de fumar pero cuando me estresaba eso me calmaba. Le pague y cuando me di vuelta me choque con dos nenitos, con los mismos dos nenitos que estaba buscando antes en la escuela de Emi... No sabía que iban ahí. No se que me pasa, hoy estoy en modo pelotudo.
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«Limites» •Trueno•
Jugendliteratur«Yo no pongo los limites en este barrio. Yo SOY los limites asique no te metas conmigo Teito ¿Ok?» •No se aceptan copias ni adaptaciones de esta novela•