«Limites» •Trueno•

8

Narra Mateo:

Despues de que escuchamos eso Lucas y Camilo me llevaron a una esquina de la pieza y cargaron unas armas que ni yo sabia que tenian ¿acaso estan todos locos aca? todo llevan arma todo el tiempo. Sentimos unos pasos apurados que venian hacia nosotros, firmes y rapidos. Al rato vimos una sombra que paso corriendo y toco la puerta fuerte, casi tirandola.

—Abranme... Soy yo.— suspire y me relaje tanto al escuchar esa voz femenina. Los dos corrieron a la puerta y al abrirla estaba Carla agarrándose del marco de la puerta para no caerse. Estába con golpes por todos lados y lo primero que hicieron los chicos es agarrarla para ayudarla a caminar.

—Abajo— dijo agitada ella haciendo un gesto rarisimo. Los chicos asentaron como si con esa palabra ella hubiera explicado todo. Bajaron corriendo y yo la ayude a ella a sentarse en la cama que había ahí.—Yo puedo sola.— me dijo soltandose de mi agarré.

—No podés, mira como estas— la apunté y ella se acercó hasta quedar cerca de mi cara, no de una forma provocadora sino de una forma amenazadora.

—No necesito que ningún hombre me diga cómo puedo o no me puedo sentir.— se paró de la cama y se fue a buscar una venda a su mesita de luz. Cuando la saco me miró mal ¿Y ahora que hice?

—No te digo como te tenés que sentir, te digo la realidad...

—Pues tu realidad es una mierda.— dijo ella poniendose la venda.

—¿Porque estás tan enojada conmigo?— le grite. Hace media hora que me trata mal y no sabía porque. Si no le hice nada. La trato de ayudar y me saca cagando.

—¿Porque?— dijo sorprendida y asenti—¿Enserio me preguntas porque? Te tuve que salvar el culo más de una vez hoy y todo ¿Porque? Porque el señorito no puede dejar de curiosiar con lo que no le importa.— saco un papel y se limpio como pudo las heridas.

—Yo que vos no hablo mucho. SI, TE SEGUI y ¿Sabes con qué me tope? Que a la supuesta señorita que "me salva el culo tantas veces" estaba hablando con la cana cuando supuestamente es de un barrio delincuente dónde todos se saben cuidar...

—...todos excepto vos porque ni caminar tranquilo por la calle con tu hermano sin que te roben podés.— me interrumpió ella.

—Estamos de acuerdo en que si yo no te hubiera seguido ese tipo te hubiera golpeado en el callejón y hasta te hubiera matado quizás ¿No?— le dije sarcástico.

—Entonces no hiciste un buen trabajo porque termine golpeada por ese tipo al fin y al cabo— dijo ella con vos de nena dulce. Se acercó hasta a mí con lo puños cerrados.— Si no me hubieras seguido nada de esto pasaba.

—¿Ahora me hechas la culpa?— dije sorprendido. Lo que me faltaba que esta taradita me dijera o me reprochará boludes.

—No, te digo la realidad de lo que paso.— dijo ella.

—Pues tu realidad es una mierda— dije reutilizando su frase de antes.

—¿Quien te pensas que soy yo idiota?¿Te pensas que soy una de esas pendejas que necesitan que las rescaten? Yo a diferencia de vos me se cuidar...

—No se nota...— señale la única parte del cuerpo en dónde tenía una venda, el abdomen, dónde ya se empezaba a ver una manchita chiquita de sangre que traspasa a la tela.

—Estas terminando con mi paciencia Mateo y trabajo con dos hombres al lado mío asique imagínate la cantidad de paciencia que tengo. — se acercó y cuando le iba a contestar susurró un "shh" y me tocó la herida que tenía en la cabeza.

—Auh me duele!— le grite.

—Y si te pegaron con el mango de un arma boludo ¿Que querés?¿Que no te duela?... Un arma no es de algodón por si no lo sabías, obvio te va a doler Mateo.— me movia para todos lados cuando trataba de tocarme. Me ardía mucho y Carla no es precisamente lo que se llama "delicada"— MATEO QUEDATE QUIETO NENE... TE ESTOY TRATANDO DE CURAR!— su voz salió con un enojo tan grande que me quedé quieto sin decir nada.