Papi - un SVU

19.Fantasma

Pesadillas  Cada vez que cerraba los ojos la perseguían las pesadillas y cada vez que la sacudían despierta, aterrorizada y gritando o aterrorizada y desorientada, no había una cantidad de consuelo que pudiera ayudar por más tiempo del que necesitaban los brazos del cansancio para tirar.  ella debajo una vez más, repitiendo así el ciclo.

Esa noche, se despertó con uno que era inmensamente peor que todos los demás y esta vez, cuando se despertó gritando, arrastró recuerdos con ella que inundaron su mente tan fuerte y tan rápido que ni siquiera pudo respirar mientras tenía otra crisis allí.  delante de todos y esta vez no permitiría que nadie se acercara a ella excepto Fin;  ella se aferró a él gritando, llorando y temblando mientras balbuceaba incoherentemente cosas que no tenían sentido.  Nick, Amanda y Brian se quedaron mirando impotentes e incrédulos ante lo que estaban viendo.  Fin terminó enviando a todos, diciéndoles que regresen al hotel y duerman un poco mientras él pasaba la noche con Olivia y la abrazaba todo el tiempo.  Finalmente, se rindió para dormir nuevamente y esta vez Fin no la dejó ir una vez que lo hizo.  Él se sentó en la cama con ella en sus brazos toda la noche mientras ella dormía y milagrosamente logró pasar toda la noche sin otra pesadilla y durmió tranquilamente hasta la mañana.

Cuando llegó la mañana, trajo consigo terribles náuseas matutinas.  Su náusea había estado presente el día anterior, pero de alguna manera había logrado no vomitar, pero hoy volvió con fuerza.  Cuando se despertó, casi se asustó antes de darse cuenta de que era Fin lo que estaba acostada, sintiendo las náuseas de inmediato y rápidamente salió de la cama, cojeando al baño justo a tiempo antes de que su estómago forzara sin piedad el vómito de su boca y ahora,  15 minutos después todavía estaba de rodillas eructaba violentamente.  Eso, junto con sus costillas ya magulladas y estaba en agonía, sollozando entre arcadas.

"Liv ... ¿estás bien allí?"  escuchó a Fin preguntar desde el otro lado de la puerta del baño.

"Estoy bien", su voz era débil, temblorosa y, a pesar de sus intentos de amortiguar sus gritos, Fin pudo quejarse por la puerta.

"Bebé, voy a buscar al doctor" hizo una pausa.  Lo último que quería era que la tocaran y tocaran de nuevo, pero el dolor era tan fuerte en este momento ...

"¿Liv?"  la llamó suavemente como si buscara su permiso

"Está bien ..." ella estuvo de acuerdo, su voz pequeña mientras se limpiaba las lágrimas.  Volvió a lanzar pero esta vez no surgió nada y estaba agradecida.  No había tenido comida en el estómago desde que vomitó la poca cena que había logrado ahogar la noche en que escapó, lo que significaba que estaba vomitando bilis ácida y su garganta ardía horriblemente.

Agarrando el fregadero para aprovechar, se levantó, con las piernas temblorosas y tiró del inodoro, inclinándose rápidamente sobre el grifo para enjuagarse la boca.  Cuando se enderezó, no se dio cuenta del espejo sobre el fregadero y por primera vez en tres meses vio su propia cara y se congeló.  No reconoció a la persona que le devolvía la mirada;  su ojo derecho, negro e hinchado, cerrado por los golpes de la noche anterior, un moretón prominente y un corte sentado en su pómulo justo debajo de su ojo izquierdo.  Sus dos labios estaban partidos y había enormes huellas de manos moradas en su cuello, además de que su rostro estaba casi hundido. Lentamente, se tocó la cara con los dedos y jadeó mientras caían más lágrimas.

Alcanzó detrás de ella y desató las cuerdas de su bata de hospital, permitiendo que se cayera para revelar su cuerpo desnudo y un sollozo arrancado de su garganta;  No había una pulgada de ella que no estuviera cubierta de hematomas y cortes de diversos grados y podía ver las huellas de las manos de Harlan en toda su piel: púrpura, negro y azul.  Sus senos, caderas, cintura, brazos;  sus hombros, cuello y muslos.  Incluso su pequeño oleaje donde yacía el bebé: todas las áreas que había agarrado con demasiada fuerza mientras él ...