Capítulo 17

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— ¿Cómo te ha ido Piper? —. La doctora la notaba un poco tranquila, más de lo normal se alegraba de verla se veía un poco diferente.

— Creo que mucho mejor.

— Vaya eso es bueno, me quieres contar.

— He recordado un par de cosas y... Me siento bien por eso, aún me desespera un poco pero es un avance.

— Sí Piper eso es grandioso, ¿cómo ha sido?

— Bueno yo, pase por un lugar y tuve esa sensación de haber estado ahí sabe no fue un recuerdo sólido solo, lo supe....

— Vaya, que curioso, pero si, es normal, he sabido de casos en donde solo aveces pasa de esa manera, el alma también recuerda no solo la cabeza, y se puede sentir simplemente.

— Si, yo...

— Tiempo al tiempo Piper te lo dije...

*****

— Piper —. Alex está sentada del otro lado de la sala... Piper se asustó y dió un brinquito, iba saliendo del consultorio, pensó que ya no vería a Alex como cada vez que salía , porque Alex tenía cita con el fisiologo y tardaba más. Y ya que antes de entrar ella a su cita no la había visto pensó que sería hasta la próxima semana.

— Alex, creí que no estarías...

— Llegue tarde, apenas entrare...

— Oh ya veo.

— Si yo ... ¿Crees que quieras hacer algo está semana? —. Si pudieras darme tu ... O yo te paso el mio....

— Ah, claro, yo, mi madre me está esperando justo ahora debo irme pero si —. Era cierto su madre la recogía después de cada seción. Y aunque hubiera querido acompañar a Alex mientras entraba al consultorio no podía.

— Ok, entonces ven —. Alex la tomó del brazo, la acercó, husmeo en su bolso y sacó una plumón...

— ¿Qué haces? —. Se apresuró a decir Piper al tiempo que retrocedía pero el brazo pero Alex mantuvo su agarre... — No Alex, qué...

— Shhhhh —. Alex garabateo en su yeso, mientras Piper estaba alarmada.— Ya está...

— ¿Estás loca?, ¿No podías darme un papelito con el número? —. Si, Alex había escrito su número en el yeso...

— No tengo papelito....

— ¿Y el teléfono?

— No seas nena Piper, para eso son los yesos.... — Se burló.— Háblame y quedamos ¿si?

— Sí, claro —. Piper sonreía por dentro... — Yo te hablo.

*****

— Mamá, ¿recuerdas a Alex? —. Preguntó a su madre que iba conduciendo de regreso del hospital, pero esta no despegó su vista del frente.

— Sí... — Contestó segundos después.

— Hemos hablado, creo que empezamos a caernos bien... —. Piper no notó lo tensa que se había puesto su madre tras el volante.

— Piper, no creo que sea buena idea ...

— Porque no, no tengo amigos, y ella me cae bien, hemos platicado y no te dije pero el día en el parque, la encontré ahí, me invitó a almorzar no quería ser grosera, y platicamos, creo que podría llevarme bien con ella.

— Piper, no le menciones nada de esto a tu padre —. Se habían detenido en un semáforo, más bruscamente de lo que Piper esperaba, su madre por fin volteó a verla y Piper sintió su desesperación, se alarmó y se sintió abrumada por la actitud de su madre.

— Pero porque —. Sabía que su padre era un viejo agrio que no quería que se relacionara con nadie si era posible, pero esto iba más aya podía sentirlo. Lo sintió como aquella mañana en el parque, la sensación de haber estado ahí, así sentía justo ahora, la sensación de haber pasado por algo similar a esto.

"No le digas a tu padre"

— Te dije que tu padre no terminó en buenos términos con el señor Vause, no creo que le agrade la idea de que estés viendo a su hija —. Sólo una cosa agradeció Piper. Alex se apellidaba Vause. Fuera de eso notó que su madre quería aparentar estar tranquila y no lo lograba.

— Entiendo, entonces no lo mencionaré.

— Te podría prohibir que la vieras, pero algo me dice que no harás caso.

— No tiene nada de malo.

— Solo espero que todo vaya bien y tengas cuidado —. Piper se relajo en el asiento entendiendo por "y tengas cuidado" un "ojalá tu padre no se entere", oyó la casi plegaria de su madre y se forzó a pensar si había algo más entre la familia Vause y la suya que su madre estaba ocultando.

En el corazón se perteneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora